13.- Otro día solo

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Lo primero que hice al ver la luz por la ventana fue leer un poco, posteriormente, bajé a prepararme mi desayuno. Algo que me gustaba de ser vegano era que la mayor parte de la comida la podía preparar con la harina, tal como me enseñó Akane, y yo ya tenía mucho trigo sembrado. En conclusión: no tenía tanto problema con comer.

Terminé y salí hacia el bosque: había un lugar donde practicaba y entrenaba algunos días, lo podía encontrar cerca de donde vivía. Era un espacio perfecto donde en cada tronco de árbol marcaba un círculo, entonces yo me alejaba a una cierta distancia y lanzaba flechas, también cuchillas que con el tiempo empecé a crear. Todo eso a diario, como parte de mi rutina.

Traté de inhalar y exhalar con calma antes de tirar cada flecha. Había momentos donde el estrés me ganaba y terminaba fallando todas, odiaba que sucediera eso. Seguí respirando, cerré los ojos un momento y el recuerdo de mi padre sujetando a Yuichiro vino a mi mente. Lancé la flecha sin pensarlo ⸺algo que no debía hacer⸺ y abrí los ojos.

Justo en el blanco.

Me quedé quieto, mirando el circulo y la flecha clavada. Intenté pensar.

⸺¿Cómo...? ⸺susurré agarrando otra.

Tuve una idea, y no me agradaba, pero la puse a prueba.

Divisé de nuevo mi objetivo y volví a cerrar los ojos.

Busqué en mis pensamientos.

⸺Mikaela Shindo...un gran arma.

⸺Nuestra mejor arma.

⸺Hay que darle una buena utilidad, Shikama.

Apreté el arco.

⸺Mis manos...están manchadas de sangre.

⸺Sé que tú no querías eso...

⸺Todos quisimos darte lo que siempre quisiste.

⸺Tú cara lo dice todo.

⸺Príncipe.

Comencé a temblar.

⸺Mikaela.

⸺Padre.

⸺Te encontraré, Mikae....

Tiré la flecha abriendo los ojos, estaba asustado.

Había fallado, ni si quiera le di cerca del círculo.

⸺Que idea pésima ⸺dije tomando mis cosas dispuesto a irme.

Intenté animarme escribiendo algo, pero la imaginación nunca llegó. Parecía que estaba en un tipo de bloqueo o probablemente no era el momento para escribir, así que mejor decidí ir al arroyo por agua. Llevé una botella y la llené completa, me alcanzaba para un día o dos completos. La sujeté porque había olvidado el tapón y en vez de irme me senté en la orilla metiendo mis pies descalzos en el agua, sentí el frio recorrerme y me dio un escalofrío, pero no me aparté, no sé por qué.

Y así como no sabía lo que hacía, así me cuestionaba a veces si existían preguntas sin respuesta, o simplemente eran un misterio que pronto uno descubría.

O quizás no.

Me quedé un buen rato ahí, pensando, cubriéndome el rostro con mis brazos en un intento de escape. No pude.

Al levantarme y ponerme de vuelta mis zapatos, caminé de regreso al castillo. Ya era tarde, pero no tenía ganas de comer, no sé por qué, de nuevo. Tal vez porque estaba desanimado.

«¿Por qué?»

Ya estaba llegando, tenía la botella en mis manos y la miré: estaba sucia. Otra vez me pregunté en cómo funcionaba toda el agua que consumíamos, ¿de dónde iniciaba? Y antes de que me pusiera a reflexionar profundamente, escuché unos gritos detrás de mí.

⸺¡Mika! ¡Oye Mika, mira lo que traje!

De la gran impresión me di la vuelta, y no sé cómo describirlo, ni supe cómo reaccionar, pero al verlo sentí algo positivo que no supe entender, y que no demostré claramente porque estaba sorprendido sin decirle nada, mirándolo como sonreía y se acercaba aun gritándome.

No lo podía creer.

⸺¿Yuu?

Príncipe y príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora