Príncipe y príncipe

27.- ¿Confianza?

⸺¡Eres el que agarra confianza así de rápido! ⸺Yuu sonrió orgullecido ¿qué tenía de orgulloso tener buena memoria?

⸺Bueno, si lo dices así suena horrible.

⸺Ya, ya, ¿pero si eras tú? ⸺comenzó a palpar más fuerte y yo le sostuve la mano para que se detuviera.

Creo que lo sentí tensarse.

⸺Si, era yo.

Su sonrisa se ensanchó más, parecía aliviado, demasiado.

⸺Pues mira que ahora entiendo por qué no me dijiste tu nombre.

Agaché la cabeza pensativo, ¿y si se lo hubiera dicho? ¿me hubiera delatado y entregado? Fue como si hubiera leído mis pensamientos porque enseguida respondió:

⸺Pero si me lo hubieras dicho hubiera guardado tu secreto, seríamos los mejores amigos de diferentes realezas que hubieron.

⸺Seríamos...⸺repetí.

⸺Seremos. ⸺Se corrigió⸺. Seremos, Mika.

No dije nada.

⸺Ah, también puedes seguir diciéndome «Yuu-chan», ya ves que entramos en confianza. ⸺Movió las manos como si estuviera explicando.

⸺Apenas y llevamos casi dos días en el mismo castillo.

⸺Si, ¿pero sabes qué? Llevamos conociéndonos desde hace 2 años.

⸺¿Eso cuenta?

⸺¡Claro que cuenta! ⸺lanzó el pañuelo hacia arriba y luego lo atrapó⸺, al final siempre nos estuvimos buscando ¿no?

Sentí un golpecito en mi pecho, uno que me obligó a mirar a Yuu para saber si lo que decía iba en serio. Lo confirmé, y yo no sabía cómo tomar lo que dijo, o cómo saber a qué se refería.

⸺Si...⸺murmuré.

Y eso fue suficiente para que Yuu se pusiera más emocionado volviendo a lanzar el pañuelo y volviéndolo a atrapar.

⸺Bien, sigamos con tu frente. ⸺Se acercó quitando mis mechones de cabello y comenzando a limpiar.

Esta vez Yuu me obligó a sentarme junto a él en la hamaca, me sostuvo fuerte del brazo cuando comenzó a balancearla lentamente y yo me alerté. Alcé mis pies con un poco de miedo y de repente, balanceó con fuerza lo que casi me provoca caerme de espaldas si él no me hubiera sostenido aún.

⸺Voy a golpearte ⸺refunfuñé volviendo a acomodarme.

⸺¿Tienes miedo? ¿Quieres que te abrace?

⸺No, quiero golpearte ⸺repuse.

⸺No te preocupes, yo te cuido ⸺se burló extendió las manos hacia mí y con tan solo acomodarme las mangas se calló de inmediato.

Balanceó la hamaca de nuevo, con cuidado, parte de ella nos hacía hundirnos entre el lugar con más peso...y como estábamos sentados a lado del otro quedábamos muy apegados, algo que noté yo, pero no sé si él también.

⸺¿Al final compraste el libro?

Yuu alzó sus pies contento, como si fuera un niñito viviendo por primera vez un juego. No apartó la mirada, pero si me contestó.

⸺¿Cuál?

⸺La Canción de Aquiles.

Me miró de inmediato, luego miró al suelo y se levantó. Sonrió nervioso y al acordarse de algo se sentó nuevamente, curveó sus labios un poco, era una media sonrisa.

⸺Si...ese día lo compré, pero hasta ahora no lo he leído.

Me quedé mirándolo.

⸺¿Por qué?

⸺Porque tenía planeado regalártelo al día siguiente..., pero no viniste, ni al otro día siguiente, ni a la semana siguiente, nunca regresaste. ⸺Se quedó observando sus pies mientras los columpiaba.

Sentí que me atragantaba, ¿acaso él...?

⸺¿Esperaste a que yo regresara? ⸺las palabras salieron de mi boca sin saberlo.

Pareció pensarlo un poco, dándose cuenta de algo.

⸺Lo hice.

⸺No podía regresar. ⸺Por alguna razón, quería explicárselo.

Asintió, dejándonos en un silencio absoluto en el que él parecía estar con la mirada perdida.

⸺¿Pero querías?

Vi sus pestañas, creo que eran más largas que las mías, luego miré su nariz, su perfil y...

⸺Si.

Volteó a verme.

⸺¿Qué te lo impedía?

Nos mantuvimos la mirada, respiré hondo antes de hablar.

⸺Mi existencia misma.