—Mika —escuchó—. Mika, despierta.
¿Qué sucedió?
Un largo silencio.
Mikaela no entendía porque todo estaba tan callado. No estaba conciliando lo que estaba pasando, su cabeza dolía demasiado; tanto que el dolor punzante en su frente no se iba. Y mucho menos cuando abrió los ojos y trató de percibir su alrededor.
—¿Qué...?
—¿Mika?
Shinoa se encontraba frente suyo. Y solo le bastó verla para comenzar a recordar todo: los pensamientos le retumbaron de repente y fue como si le hubieran echado un valde de agua fría.
Su padre.
El ataque a Sanguinem.
Se llevaron a todos de rehén.
Se llevaron a Yuu.
Fue entonces que se quiso levantar bruscamente, alterado, no obstante, fue detenido por Shinoa, quien lo empujó para que volviera a acostarse.
—¡Yuu-chan!
—¡Tranquilízate, Mika!
—¡No! —negó, zafándose y volviendo a querer levantarse, pero nuevamente siendo obstaculizado por Shinoa—. ¡Acaban de...!
—¡Te exijo que te quedes callado un segundo! —interrumpió Shinoa, empujándolo con mayor fuerza. Uno de sus guardaespaldas se acercó con la intención de ayudarla pero ella negó la solicitud, pidiendo que se alejara—. Te pido, que en esta situación tan crítica en la que ya nos encontramos, trates de recomponer tu racionalidad y te calmes, porque ahora ya no se trata solo de nosotros tres, ahora son todos.
Mikaela trató de regular su respiración, agarrándose del brazo de Shinoa para no perder el equilibrio. Su rostro era de completa confusión.
—¿A qué te refieres?
Y Shinoa miró un momento al suelo para tratar de pensar en las palabras adecuadas para expresarse, cosa que, la tolerancia de Mikaela no pudo soportar, y que solo provocó que su incertidumbre aumentara.
Pero esperó.
Trató de tranquilizarse y esperó hasta que Shinoa tomó una gran respiración, hasta que volvió a alzar la cabeza y a mirarlo directamente a los ojos que mandó un escalofrío por todo el cuerpo de Mika cuando habló:
—Tu padre, el rey Shindo, ha decretado la guerra adueñándose del pueblo de Sanguinem, de los reyes Amane y su hijo, Yuichiro Amane. Tu padre quiere unir las tierras de Sanguinem con las suyas, las de Nagoya. —Hizo una pausa, respiró hondo—. Hizo un aviso general: quien de las otras realezas esté de acuerdo en apoyar su causa, será bienvenido, pero quien se oponga, será atacado.
Shinoa enfatizó las últimas palabras:
—Dijo que está completamente listo para luchar.
Mikaela se quedó atónito, incrédulo por lo que acababa de oír. Intentó sujetarse de ella cuando se sintió echarse para atrás de la conmoción.
—Han pasado unas cuatro horas exactamente desde que te desmayaste —prosiguió Shinoa—, y en esas horas las otras realezas respondieron de inmediato.
Al ver la duda en la mirada de Mikaela, Shinoa siguió:
—Todos los reinos se opusieron a tu padre.
Estaba tan claro.
Un aviso de guerra.
¿Pero tan pronto? ¿De un momento a otro? ¿Cómo era posible que en cuestión de horas toda la paz se desmoronara?
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Príncipe y príncipe
FanfictionMikaela Shindo, un príncipe desaparecido ¿Y Yuichiro Amane? el príncipe más querido. El día en que la realeza Amane y Shindo festejen por su futura alianza, Yuichiro se verá obligado a dar el brindis, el cuál será interrumpido por Mikaela, quien po...