Era domingo, y cuando era domingo significaba juego semanal. Eran diversos, aleatorios, y para elegirlos escribían los nombres de cada juego en un papelito que doblaban y metían en un frasco. Después lo tapaban y revolvían. El papelito sacado era el juego semanal, y en este caso tocó «las escondidas».
Usualmente el juego consistía en encontrar a los que se escondían y ya, pero como el pueblo siempre quería agregarle esa gran pizca de diversión terminó siendo que el que busca tendría a la mano un globo de agua para que cuando encuentre a alguien se lo lanzase. Y el problema es que era agua fría.
Hicieron la misma dinámica de los papeles para escoger a 5 buscadores, afortunadamente no salí en ninguno de ellos, pero Kimizuki si...y él era muy inteligente, así que difícil si estaba la ronda.
Había límite de tiempo: 15 minutos. Y si en esos quince minutos no encontraban a todos los participantes automáticamente perdían los buscadores. Su castigo era que todos les lanzáramos globos al mismo tiempo, ellos no podían moverse, y todos quedamos en el acuerdo de que era justo.
La cuenta había iniciado, teníamos tres minutos para escondernos mientras los buscadores en ese lapso no se podían mover ni ver, solo tenían una venda puesta. Vi a algunos esconderse en barriles y a otros incluso en los arbustos. Akane estaba conmigo, así que nos subimos a la casa del árbol, pero como estaba prohibido entrar a los hogares nos subimos arriba de la casa del árbol, nos guiamos del tronco y las ramas hasta que encontramos un buen lugar para sentarnos y esperar a que pasara el tiempo.
Akane se veía muy incomoda entre tantas ramas, aparte de que el lugar de por si estaba muy estrecho y eso porque estábamos casi llegando a la punta del árbol. Le di mi lugar y yo me pasé al suyo. Ahora el incómodo era yo, pero no me importaba tanto realmente.
El silbato sonó dando a entender el inicio del juego. Quité un poco de las ramas y al asomarme pude verlos desenredándose las vendas, las dejaron a un lado y luego comenzaron a agarrar globos; iniciaron un tipo de charla rápida y al final se dispersaron. Vi a Kimizuki quieto mientras analizaba a su alrededor, me daba miedo lo serio que se tomaba el juego.
Dejé de asomarme por si acaso.
⸺Este es el mejor escondite del mundo ⸺murmuró.
Moví mi pie chocándolo con el de ella.
⸺Mantenlo en secreto ⸺le sonreí y ella asintió.
Quería tomar una foto de ese mismo instante: nosotros en un árbol, escondidos, eso mientras jugábamos a las escondidas. Quería guardar el momento, pegarlo en mi pared, pero mi cámara estaba en la casa del árbol así que tendría que bajar y arriesgarme, y lo haría si no fuera por Akane: en caso de que saliera mal no quería dejarla sola a su suerte.
Escuchamos gritos y globos explotando. Ya habían encontrado a las primeras víctimas. No teníamos idea de cuanto tiempo faltaba, solo era cuestión de esperar el silbato.
Respiré hondo al escuchar otra víctima.
No me agradaba la idea de mojarme, y menos con agua fría. Los juegos que incluían agua los aborrecía con todo mi ser, pero ¿qué se podía hacer?
Las ramas me empezaron a lastimar demasiado lo que provocó que tuviera que levantarme. Akane me miró advertida cuando casi me resbalé.
—¿Quieres mi lugar? —me ofreció.
—No, no es necesario.
Volteé para asomarme de nuevo, pero no vi a nadie.
—¿Cuánto crees que falte?
—Ya deberían de haber pasado cinco minutos —le miré.
—Ya. —Se acomodó—. A veces pienso que no deberíamos jugar esto.
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Príncipe y príncipe
FanficMikaela Shindo, un príncipe desaparecido ¿Y Yuichiro Amane? el príncipe más querido. El día en que la realeza Amane y Shindo festejen por su futura alianza, Yuichiro se verá obligado a dar el brindis, el cuál será interrumpido por Mikaela, quien po...