Holis, intensa. No me quiero despedir, así que no voy a actuar como si este fuera el último extra, pero lo es. El lunes estaré publicando el final, y luego dos epílogos, ambos estarán en el libro principal.
Gracias por acompañarme por aquí, las quiero mucho, disfruten de la lectura.
*Está larguísimo, espero les guste, dejen sus votos y comentarios.
—¿Bueno?
—¿Por qué suenas molesta?
Respiré hondo mientras tomaba asiento con cuidado en un cómodo sillón. Nicole me conocía tan bien, que le bastó escuchar mi voz por un par de segundos para descubrir mi enojo. Uno del que el idiota de Pablo no se había percatado en toda la tarde que llevábamos juntos.
—Lo de las compras con Pablo fue una pésima idea. Debí aceptar la compañía de mamá. Me odio por no haberlo hecho —resoplé—. Ella habría sido de más ayuda, obviamente sabe lo que vamos a necesitar para Isabella, él no.
Apreté el teléfono con fuerza al ver hacia su dirección, seguía rodeado por tres vendedoras que lo observaban con fascinación mientras lo atendían. Se comportaban como idiotas, como si ver un hombre eligiendo ropa, zapatos y juguetes para un bebé, era una cosa extraordinaria.
—No querías que nadie interviniera con consejos y sugerencias que no pediste. Dijiste que tú y Pablo necesitaban hacerlo juntos porque era su hija y ustedes debían encargarse hasta de las cosas más simples. ¿Qué cambió?
—Nada, simplemente lo pensé mejor.
—¿Se está portando como un imbécil?
No lo sabía, no tenía la certeza de que sus sonrisas coquetas fueran dirigidas a propósito hacia las mujeres que nos atendían. Tampoco si su lado encantador tenía el objetivo de captar la atención de las tres tontas que no se le quitaban de encima. De lo único que estaba convencida era de mi incapacidad para enfrentarme a una situación así. No estaba acostumbrada a la inseguridad que me aquejaba. A sentirme incómoda con mi cuerpo y todo lo que provoca algo así.
—No lo sé. Tiene tres tontas detrás de él, atendiéndole con suma amabilidad. Lo ven como si fuese la cosa más fascinante. La embarazada soy yo, es a mí a quién deberían estar llenando de atenciones. ¿De qué te ríes, estúpida?
—¿Por qué le prestas atención a ese tipo de cosas? Ignora todo y disfruta gastando el dinero de ese idiota. Ellas no están pensando como seres racionales. Somos animales y tenemos comportamiento propios de ellos de vez en cuando.
—Nicki, estoy demasiado aturdida para fingir que te entiendo.
—Como animales tenemos el instinto de preservar nuestra especie —explicó, sonando atípicamente de buen humor—. Están viendo a Pablo como un macho en edad fértil, fuerte y aparentemente sano. No es que crean que él sea la gran cosa, solo ven por encima y se sienten atraídas por la idea de aparearse con él.
—O sea quieren cogérselo.
Su risa fue tan fuerte, que me vi obligada a apartar el teléfono de mi oreja.
—Algo así, pero no tan así. No sé porqué estoy hablando de esto contigo —reflexionó—. Su lado animal les dice que es una buena opción para aparearse y preservar la especie. Lo que quiero decir es que no lo atienden y le coquetean porque se sientan atraídas por él racionalmente, únicamente es su instinto.
—Deberían controlar su puto instinto. Lo único que quiero es que nos atiendan para poder marcharnos. Llevan veinte minutos mostrándole como se usa un extractor de leche. Ni siquiera tiene pechos. En fin, ¿para qué me llamabas?
ESTÁS LEYENDO
Malas Decisiones Escenas extra
RomancePablo lidiará con las consecuencias de haber perdido a Camila, mientras ella triunfa y cumple sus sueños. ¿Podrá soportar el éxito de la mujer a la que saboteó y por la que perdió la cabeza? *** Las malas decisiones de Pab...