~24~

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El camino a casa fue particularmente lento y silencioso.

Ulises tenía la mirada fija en la nada pero su atención claramente no estaba ahí. Estaba perdido en sus propios pensamientos y yo estaba sumergida en mi propia culpa y remordimiento.

Rick aparcó afuera de mi casa y todos nos quedamos en silencio.

Era inútil aplazarlo más. No quería irme peleada con él, pero no tenía fuerzas para hablar.

—Gracias, por traerme, Rich.

Él me miró por el espejo retrovisor y forzó una sonrisa.

Era evidente que estaba molesto por lo que había sucedido.

—Descansa, Nicole—dijo Abril girándose sobre el asiento para guiñarme un ojo —. Te llamo mañana para ir a desayunar.

Sonreí ante el gesto casual de mi mejor amiga y abrí la puerta de jeep para bajar.

Caminé hasta el umbral y escuché el motor del auto encenderse. Cuando me giré para agitar mi mano y despedirme de ellos, me quedé paralizada.

Ulises estaba a unos pasos de mi. ¿Acaso no pensaba ir a casa?, ¿Querría hablar?, iOh, Dios mío!, ¡Yo no estaba lista para hablar!

—Tenemos que hablar —dijo con su voz ronca y potente.

Mi corazón se detuvo un segundo y lo miré, Parecía cansado, triste, decepcionado, furioso.

—Claro.

Él caminó hacia mi lentamente y yo guardé las llaves dentro de mi bolso mientras esperaba la pelea del siglo.

Sin duda, esto iba a terminar antes de empezar realmente.

Nos quedamos en silencio unos minutos mientras yo intentaba procesar lo ocurrido ésta noche.

—¿Me puedes explicar qué demonios sucedió?
—pregunta Ulises con desdén impreso en la
voz.

¿Estaba enojado?, él lo había iniciado todo y,
¿Estaba enojado?

—No hice absolutamente nada malo, Uli—comencé —. No es como si lo hubiera besado...

—¡ME QUITÉ!, ¡ME RETIRÉ! —me interrumpió Ulises casi gritando.

—¡¿Después de cuánto tiempo?! —espeté enfurecida —i¿Después de recordar el sabor de sus besos?!, iNo soy estúpida, Ulises!, iNo te apartaste inmediatamente!

—¡ME TOMÓ POR SORPRESA!, ¡ME TOMÓ POR SORPRESA Y NO REACCIONÉ DE INMEDIATO!, ¡LO LAMENTO!, ¡LO SIENTO!
—gritó él desesperado mientras hacía ademanes con las manos. —¡PERO DE CUALQUIER MALDITA MANERA, HUISTE A LOS BRAZOS DEL PRIMER IDIOTA QUE SE TE PUSO ENFRENTE!

Esto era el colmo. El completo y maldito colmo.

—¡NO HUÍ A LOS BRAZOS DE NADIE, ULISES!, ¡MALDITA SEA!, ¡ME INVITÓ A BAILAR!, ¡¿QUÉ TENÍA ESO DE MALO!?— grité.

Estaba consciente de que podría despertar a todo mundo si seguíamos gritando pero no me importó.

—¡Eres MI novia! —me soltó enfurecido —iNo tenías porqué ir bailando con cualquier idiota!

—¡Pues ya no sé si quiero ser TÚ novia! —espeté.

Inmediatamente me llevé las manos a la boca.

Claro que quería ser su novia, pero estaba lo
suficientemente molesta como para gritar cosas que no sentía realmente.

Pude ver como se tensaba con mi comentario.
Su expresión era dolida y se acercó a mi lentamente.

Sus manos se posaron sobre mis caderas y me tiró bruscamente hacia él. A estas alturas su proceso de necesitar alguien para saber dónde estaban ciertas cosas, ya no era necesario. Puse mis manos en su pecho para poner distancia entre nosotros, pero era muy fuerte.

—¿De verdad ya no quieres ser mi novia? —pregunto.

Su aliento me golpeaba el rostro haciéndome difícil respirar y pensar con claridad. No pude responder.

Sus labios se presionaron contra los míos con brusquedad mientras su lengua invadía mi boca sin pedir permiso. Me rendí ante su beso mientras inclinaba mi cabeza dándole entrada más profunda a mi boca.

Su lengua acarició la mía enviando descargas por todo mi cuerpo y me odié por no poder resistirme a él.

Se separó de mi y pude ver un brillo oscuro en sus ojos.

—Tus besos son los únicos que me vuelven loco,
Nicole. No los de Sally; Los tuyos —recalcó.—No quiero probar otros labios. No quiero otro sabor en mi boca, no quiero otro aliento mezclándose con el mío; sólo te quiero a ti entre mis brazos.

Mis piernas flaquearon ante la intensidad de sus palabras y él me sostuvo con fuerza mientras volvía a besarme.

Me aparté de él y con angustia y desesperación comencé a murmurar —Si quiero estar contigo, discúlpame, fui muy estúpida, perdóname, por favor, yo...

Él volvió a besarme mientras sus manos se deslizaban de mis caderas a mi espalda. Sus manos bajaron un poco más y se quedaron en la curva donde comenzaba mi trasero.

Su toque encendió algo dentro de mi y jadeé contra sus labios.

—Será mejor que me vaya —murmuró con la voz enronquecida contra mis labios.

—No —dije —. No te vayas.

Sus labios apremiaron los míos con otro beso profundo mientras yo rebuscaba a tientas en mi bolso por las llaves de mi casa.

Cuando las encontré, lo tomé de la muñeca y tiré de él hacia adentro de la casa.

Subimos lo más silenciosamente posible a mi habitación y una vez ahí, cerré la puerta con cautela.

Cuando me volví hacia Ulises parecía nervioso, asustado, ansioso.

Enredé mis brazos en su cuello y lo besé una vez más mientras tiraba de él hasta que mi espalda
pegó con la pared.

Ulises me levantó del suelo con sus poderosos brazos y enredé mis piernas alrededor de su cintura.

Sus manos se deslizaron por mis piernas hasta levantar mi vestido y sentí un jadeo atorado en mi garganta.

Sus manos eran cálidas, firmes, suaves. Todo estaba sucediendo demasiado rápido y jadeé nerviosa —Ulises

Él se separó de mi un segundo. Nuestra respiración era agitada.

—¿Muy rápido?.

Comencé a negar con la cabeza mientras decía—N-Nunca he estado con nadie.

Su ceño se frunció confundido y luego, una expresión de entendimiento pasó por su rostro.

—¿Nunca has...?

—No —lo interrumpí ruborizándome.

Ulises deslizó sus manos fuera de mi vestido y presionó sus labios suavemente contra los míos.

—Tranquila. No pasará —dijo intentando tranquilizarse.

Yo me mordí el labio inferior y dije —Bésame.
El negó con la cabeza diciendo —Si te beso no podré detenerme.

Yo reí un poco y dije —Confío en ti...

Su mirada lucía aterrada. —¿Confías en mi?

—Más que en nadie.

Algo se encendió dentro de él. Algo que me llenó el pecho de una seguridad impresionante. En ése momento supe que Ulises Webster jamás
me haría daño.

Aunque No Pueda Verte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora