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🚨Advertencia capítulo con Contenido +18 y también es más largo de lo habitual🚨

Gracias por todo su apoyo. 🫶🏻

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La velada fue muy cómoda, haciéndome olvidar mis pensamientos acerca de esa noche.

Ulises comió más de lo que lo había visto hacer jamás y nunca soltó su mano de la mía. Se la pasó besando mi frente, mis labios y mis mejillas mientras me abrazaba territorialmente, como si hubiera sido yo la que hubiera pasado un mes en la cama de un hospital.

—Quiero otra rebanada de pizza. —se quejó mientras besaba mis labios.

—¿Otra?, Ulises has comido más de lo que hemos comido Rick, Abril y yo, juntos —dije sonriendo con diversión.

—¡Tengo hambre! —dijo haciendo un puchero.

Una risa salió de mi boca mientras enredaba mis dedos en su cabello.

Tras otros cuarenta minutos de charlas y risas,
Abril nos llevó a casa de Ulises.

Caminamos por el pórtico de su casa mientras él buscaba las llaves en los bolsillos de sus pantalones. Su mirada fija en la nada denotaba tranquilidad.

Mi corazón saltó dentro de mi pecho cuando recordé lo que me había traído a ésa situación en primer lugar.

—¿Ya vas a decirme que sucede?, ¿Por qué quisiste dormir en mi casa? —preguntó mientras abría la puerta.

El silencio y la oscuridad lo invadieron todo.
Ulises tomó mi mano mientras me conducía a la sala.

—Quería estar contigo

Ulises se detuvo y se giró hacia mi.

—¿Está todo bien? —preguntó frunciendo el ceño.

—S-Si tartamudeé, nerviosa —. ¿Y Melissa? — dije cambiando el tema.

—Salió con mamá recuerdas, la acompaño ya que tenía cosas que hacer—dijo haciendo una mueca indiferente.

Sin decir una palabra más, enredé mis brazos en su cuello presionando mis labios contra los suyos. Él recibió mi beso con gusto mientras yo inclinaba mi cabeza hacia a un lado para darle entrada a mi boca.

Nuestras lenguas se encontraron en el camino y la sensación de vértigo que causaban sus besos me invadió junto con algo más. Algo nuevo, diferente y absolutamente hermoso.

Cuando nos separamos, él apartó un mechón de cabello de mi cara mientras sus nudillos rozaban mi mejilla.

—Te amo tanto, Nicole.

Mi corazón se saltó otro latido y, entonces, lo supe: Necesitaba a Ulises en mi vida de todas las maneras en las que pudiera tenerlo.

Acerqué mi cuerpo al suyo lentamente mientras mis manos abandonaban su cuello para deslizarse por sus brazos. Él me sostuvo contra su cuerpo enredando sus brazos en mi cintura.
Comenzamos a mecernos lentamente. Al compás de una melodía que no existía más que en nuestras mentes.

Sus labios rozaron la piel de mi mejilla y susurró. —Gracias por estar aquí conmigo.

—Te amo, Ulises —murmuré.

Su aliento me ponía la piel de gallina mientras su rozaba la piel sensible de mi cuello.

Su cabello me hacía cosquillas en la mejilla entonces, susurré —Hazme el amor.

Ulises se enderezó rápidamente. La emoción y la duda surcaban su rostro mientras yo esperaba su respuesta.

—¿Qué? —susurró con un hilo de voz.

Aunque No Pueda Verte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora