Habían pasado ya siete meses desde aquella noche en la que nos habíamos dicho "te amo"
por primera vez.No podía creer que lleváramos un año juntos; era tan fácil estar con él. Habíamos visitado todos los cafés existentes en la ciudad, habíamos ido a diferentes museos, visto diversas películas a lo largo de todo este tiempo y ambos estábamos increíblemente felices.
Las discusiones nunca faltaban, pero nunca habíamos dejado que una pelea nos separara demasiado.
Ambos éramos celosos y ése había sido, principalmente, motivo de muchas discusiones, pero habíamos sabido manejarlo.
Nuestros encuentros y sesiones de besos eran constantes, sobre todo después de discutir por algo. Generalmente, discutíamos por su renuencia a seguir con su vida. Había insistido innumerables veces en convencerlo de volver al Instituto pero él se negaba rotundamente.
Decía que no iba a exponerse a las burlas de la gente que no entendía que estar ciego no era lo mismo a ser inválido.
Estaba profundamente enamorada de Ulises y, para mi, cada segundo a su lado era increíble.
Jamás habíamos llegado a algo más que caricias y besos a pesar de la sólida relación que teníamos. Cada que estaba a punto de suceder algo más, el miedo me asaltaba y nos deteníamos. Lo amaba por comprender que aún no estaba lista para algo tan grande como éso.
Ulises y Rick se llevaban cada día mejor, incluso, estaban planeando una salida a la playa con sus antiguos amigos. Algo así como una reunión de viejos amigos.
Estaba feliz por él aunque me sentía nerviosa por alejarme de él todo el fin de semana.
—¿No beberás, cierto? —pregunté angustiada una noche antes de que salieran de la ciudad.
Lo estaba ayudando a hacer su maleta.
—Por supuesto que no. No te angusties, sólo estaré con mis viejos amigos, nada más. —dijo mientras depositaba un beso sobre mi frente.
—Tengo un mal presentimiento sobre ésto —me quejé.
En realidad lo tenía.
No confiaba en una bola de chicos en la playa bebiendo hasta la inconsciencia y las imágenes sobre el accidente de Ulises rondaban mi mente.
Tenía una imaginación muy poderosa y no podía dejar de imaginarme aquel aparatoso accidente en el que mi chico perdió la vista.
—Estaré bien. Me comportaré, lo prometo. —dijo con una sonrisa tierna en los labios.
-Debes ser cuidadoso, amor -dije intentando alejar los horribles pensamientos de mi cabeza.
—Lo juro, princesa. —dijo.
Al cabo de casi treinta minutos, Samantha se ofreció a llevarme a casa.
Yo estaba muy renuente a irme porque no vería a Ulises hasta el lunes por la tarde porque saldrían por la mañana del día siguiente y, tras unos largos minutos despidiéndonos, me llevaron a casa.
Aquella noche no pude dormir.
No podía dejar de pensar en él y su dichoso viaje.
"No seas ridícula, Nicole. Sólo será un maldito fin de semana; estás actuando como toda una psicópata." me regañé mentalmente.
El sábado salí con Abril al centro comercial
cerca de su casa.Definitivamente necesitaba distraerme. Me invitó a quedarme a dormir en su casa y acepté gustosa de tener un fin de semana de chicas.
Charlamos a morir y me confesó que había estado íntimamente con Rick casi hace dos semanas. Me contó como había sido, cómo
Rick había sido todo un caballero con ella y lo mucho que lo amaba.Estaba feliz por ella. Dar un paso como ése era algo que yo aún no me atrevía a hacer. No por falta de amor, sino por miedo a lo que pasaría.
Nos fuimos a la cama pasadas las tres de la mañana y no sentí haber dormido nada, cuando mi celular sonó.
Gemí contra la almohada mientras lo buscaba a tientas en el mueble junto a la cama.
—Contesta, por el amor de Dios —se quejó
Abril.Tomé el teléfono y respondí sin ver el identificador de llamadas. —¿Diga?
—¿Nicole? —la familiar voz de Samantha me hizo sentarme de golpe en la cama.
Algo iba mal. Samantha jamás me llamaría a mitad de la noche sólo porque si.
Mis pensamientos se precipitaron hacia Ulises y el corazón comenzó a golpearme con fuerza en el pecho.
Me costaba trabajo respirar, me sudaban las manos, me temblaba todo el cuerpo y una sensación de pánico se apoderó de mi.
—¿Sa-Samantha? —tartamudee.
—Nicole, Ulises tuvo un accidente.
Sus palabras me golpearon como un latigo.
Toda la habitación comenzó a dar vueltas a mi alrededor, la angustia se apoderó de mi y no pude articular palabra alguna.
¡Sabía que algo malo ocurriría!, iLo sabía y no había hecho caso a mis instintos!, ¡Qué estúpida había sido!
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Holis!!!, El capítulo es muy corto, pero necesario ya que después de aquí no falta mucho para que acabe la primera parte...🫢Gracias por todo su apoyo y la espera, los amo.!!🫶🏻
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Aunque No Pueda Verte ©
Teen FictionUlises Webster debía haber muerto esa noche. En cambio, ese accidente automovilístico sí que le había dejado heridas, y no sólo físicas. Su vida anteriormente estaba llena de fiestas, arrogancia, hipocresía, vida social, sin embargo, todo había lle...