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Y ahí me encontraba yo.

Sintiéndome completamente estúpida por lo que estaba a punto de hacer. Ulises me había dicho que no iba a aceptar ni un centavo proveniente de su padre, que trabajaría para conseguir el dinero para su operación; pero yo sabía mejor que nadie que no podía ser asi.

Conseguir un empleo siendo invidente era muy difícil. Por esa razón, mis padres habían optado por tener un negocio propio. Las oportunidades laborales eran muy pocas cuando tenías una limitación tan grande como era ser invidente.
Sabía que Ulises probablemente se enfadaría un infierno conmigo.

—¡Al fin conozco a la famosa novia de Ulises! —la voz ronca y fuerte me hizo dar un salto en la silla en la que me encontraba.

"¡Mierda!" pensé.

Ya no había marcha atrás. Estaba ahí, y él estaba ahí también, esperando a que yo hablara con él y Ulises iba a enojarse mucho.

Me puse de pie rápidamente mientras extendía mi mano con torpeza, ante el hombre que tenía frente a mi. Era alto y regordete; sin embargo, el color de su piel era idéntico al de Uli y compartían parte de su fisionomía. No logré descifrar que era, pero tenían un parecido
extraño.

—Soy Nicole, mucho gusto, señor Webster —tartamudeé con nerviosismo.

—Por favor, llámame John. ¡Pasa!, iSiéntate, por favor!

Estábamos en uno de sus restaurantes.

Melissa tampoco estaba de acuerdo con lo que tenía en mente, pero me había llevado hasta ahí sin protestar. Aún no era hora de apertura y los empleados corrían de un lugar a otro limpiando.

Caminamos entre las mesas hasta sentarnos en una del fondo.

—¿Qué te trae por aquí? —dijo en tono afable.

Mi corazón acelerado latió con más intensidad dentro de mi pecho.

"¡No lo hagas!" dijo una voz dentro de mi cabeza, a la cual, ignoré terriblemente.

—Ulises accedió a realizarse la operación —solté con un hilo de voz.

Alzó las cejas con sorpresa diciendo —Yo
quiero pagarla.

Tragué saliva ruidosamente mientras me ponía el cabello tras las orejas —Ulises no quiere eso. Es por eso que estoy aquí. Él quiere trabajar para ahorrar y pagar su operación. Creo que es admirable que quiera trabajar y pagar su operación, pero conozco las limitaciones en el plano laboral para una persona con una discapacidad visual. Mis papás son invidentes y optaron por un negocio propio, debido a que no había trabajo para ellos en ningún lado —dije sintiendo un nudo en mi garganta.

—¿Entonces, qué propones? —pregunto John alzando las cejas esperando mis opciones.

Él sabía que yo tenía algo en mente. Miré hacia todos lados, como si alguien fuera a llegar a impedirlo en algún momento y tomé una inspiración —¿Quizás si dijéramos que el seguro accedió a cubrir un Setenta por ciento? —Sugerí —, yo me encargaría de conseguir la otra parte.

—¿Cómo sería eso? —dijo él con interés.

—Melissa y yo venderemos... —¿Cómo decirle a un hombre que venderíamos productos del cuidado femenino, maquillaje y accesorios sin ponerme colorada como un tomate? —, productos para mujeres en mi universidad. Además, conseguí trabajo en un restaurante de mesera, confio en poder reunir dos mil euros en un mes —dije sintiendo la vergüenza filtrarse en mi cuerpo.

John alzó las cejas con asombro mientras decía —Estás enamorada.

Bajé la mirada hacia mis dedos entrelazados en mi regazo sintiendo el calor en mis mejillas.

Aunque No Pueda Verte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora