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Aquel sábado me levanté tarde.

No había escuchado sonar el despertador y me maldije todo el camino rumbo a las clases de piano en el Instituto. No volvería a pasar toda la tarde en la casa de Ulises, estas clases eran importantes para mí y la matrícula no era barata para darme el lujo de faltar.

Al llegar a la escuela, era tan tarde que la profesora no me dejo pasar, otro motivo para ponerme furiosa. Me desplome en el suelo y apoye la cabeza entre mis manos mientras intentaba relajarme.

—¿Qué haces aquí boba? —Aquella voz familiar me hizo sonreír y alce la cabeza para encontrarme a MinLing, mi mejor amigo el cual tenía una sonrisa burlona.

—La profesora de piano no me dejo pasar.

Él negó con la cabeza.

—Tienes suerte de que tengo el día libre, el profesor de arte se enfermó y ya sabes lo dramático que es—Sonreí, al parecer mi día quería mejorar—¿Vamos a desayunar?

Miré mi reloj y comprobé que aún era temprano.

—¿Vamos al Starbucks o vamos a la cafetería? —Pregunte.

—Vamos mejor a las crepas de la tía Lucy, después ya veremos en que malgastamos nuestro tiempo. —Sonreí, este chico era una mala influencia, ya que podría esperar en la puerta y ver si se apiada mi maestra, para dejarme pasar en lo que resta la clase.

Pero, es mejor y a comer crepas.

—Vayamos por esas crepas—Me levante y caminamos hasta el estacionamiento, donde estaba el auto de mi amigo.

Después de media hora, por fin habíamos llegado al local de las mejores crepas, nos sentamos en la misma mesa de siempre y comenzamos de nuevo a hablar sobre cosas triviales.

MinLing no paraba de hablar sobre un chico al que había conocido el fin de semana, Rick Paolini. Al parecer lo había invitado a salir el próximo viernes por la noche y bueno, mi amigo no para hablar de él.

Cuando lo conocí, fue tan directo que me dijo "No te enamores de mí, soy gay", quede sorprendida, pero tiempo después me entere que el apenas tenía unos quince días de ser sincero y decirle a su familia su orientación sexual, sus padres y hermana no lo apoyaron, pero cuando me conocieron, de una manera u otra aceptaron a su hijo.  

—Te lo juro Nicole, ¡Él es tan lindo! —Dijo mientras tomaba un poco de su malteada, yo sonreí—Me dijeron que antes solía ser un patán de primera con las chicas, pero porque no le había dicho al mundo sobre su orientación sexual, sin embargo, tuvo un accidente y cambio.

—¿Tuvo un accidente? —Pregunte tratando de centrarme en la conversación—Sí, automovilístico, iba con sus amigos y por lo que me conto su hermana fallecieron dos personas, una chica y un chico, otro quedo ciego y Rick tuvo mucha suerte de salir ileso. —Dijo MinLing con un gran pesar.

Sentí una brisa fría—Eso es terrible.

—Sí, de hecho, el chico que murió se llamaba Roberto y su hermana Sally, no sé si lo has notado, pero en la escuela suelen hablar de ellos, eran conocidos como los hermanos "B", más que nada por su apellido, Benson, la chica era novia del chico que quedo ciego, mmhh como se llamaba.

Mis manos temblaban, por una extraña razón esta conversación no me gustaba.

—¡Oh si!, el chico es Ulises, pero, en fin, eso paso hace un año y medio, ahora solo son recuerdos que a Rick le ha costado superar.

—¿Y qué paso con este chico Ulises? —Pregunte mientras trataba de disimular mi interés por este chico.

—No me conto mucho la hermana de Rick, pero por lo que se nadie lo ha visto, claro hasta este viernes que asistió al mismo Instituto que vamos, pero bueno, espero este bien—Mi amigo me sonrió—Ahora que recuerdo, tú me contaste que ayudarías a un chico ciego, ¿Ya lo conociste?

Sonreí falsamente, mi estomago estaba revolviese.

—¿De casualidad su hermana de Rick te dijo su apellido? —Pregunte evadiendo su pregunta.

—Sí, era algo con W, pero no recuerdo, ¿Por qué?

Negue con la cabeza, definitivamente era él.

—¿Entonces iras en las próximas vacaciones a Paris? —Mi amigo grito de la emoción y empezó a hablarme sobre los planes que tenía, olvidando por completo el tema del accidente y también del chico al quien ayudaría, obviamente Alex.

Aquella mañana y parte de la tarde me la pase bien, a veces me enfocaba tanto en el Instituto, en la tienda y en mis clases de piano, que olvidaba que tenía que ir a veces un poco despacio y disfrutar de mi juventud.

MinLing me dejo en mi casa y después tuvo que irse. Después de comer subí a mi habitación, eran las tres de la tarde así que aún tenía tiempo antes de ir a la casa de Samantha.

¿Me dirán algo si llego antes?

No, no creo.

Me metí a la ducha y al salir me enfoque tanto en lucir bien, que el resultado fue lindo, no iba tan elegante, pero iba decente, podría decirse que eran fan de las sudaderas y bueno esas casi combinan con todo.

Sali de mi casa y tome el autobús rumbo a casa de Ulises, era un trayecto algo largo, ya que estábamos de esquina a esquina en la inmensa ciudad y era algo notario las residencias suelen estar en los lugares más hermosos, con la gente más guapa y bueno, es el paraíso.

En cambio, donde yo vivía era una casa humilde, el lugar era tranquilo y aunque la mayoría de la gente era de bajos recursos, todos lucíamos felices, gracias a que la paz mental e interior es valiosa para nosotros.

Suspire, a este ritmo me volveré loca.

Al llegar, toque la puerta y me recibió Samantha. Su expresión era angustia, sorpresa y un poco alivio, fruncí el ceño, supongo que el llegar antes de la hora acordada no fue la mejor decisión que haya tomado en mi vida, sin embargo, intentaba averiguar qué había pasado, pero como siempre, mi mente se bloqueaba.

—¡Nicole me alegro verte!

—Hola, ¿Que sucede?, ¿Esta todo en orden? —Dije mirándola con cautela.

Estaba claro que pasaba algo y que nada estaba en orden.

Samantha se froto la cara con angustia—Moví sin querer su banquito, fue un accidente y Ulises cayo, sangro de la nariz y yo...—Sus lágrimas se hicieron presentes.

Ella se hizo a un lado para dejarme pasar y con la mente recordándome que la había dejado sola, subí rápidamente las escaleras, él tenía que explicarme porque su madre y hermana reaccionaban como si hubieran visto a un monstruo.

Moví el pomo de la puerta intentando abrirla. Estaba cerrada con llave.

Toque la puerta con brusquedad, pero nadie me abrió.

Aunque No Pueda Verte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora