El silencio se extendió y de pronto, la idea de irme flaqueó.
¿Cómo podía irme después de haber oído a
Ulises decir todo eso?, mi pecho se hinchó con dos emociones muy intensas: amor y culpa.Culpa por ser la culpable de que Uli no quisiera operarse.
Yo le había mostrado el mundo de las sensaciones, pero nunca había querido que él prefiriera no ver. Debíamos encontrar la manera de lograr ésa operación. Por muy costosa que fuera, tenía que conseguir los medios para que Ulises se operara y recuperara la vista.
Lo merecía. Él lo valía.
Sin decir más, volví escaleras arriba para toparme con una ansiosa Melissa.
—¡No te fuiste! —chilló tirándose a mis brazos.
Cerré los ojos y la abracé brevemente sin decir una palabra.
—¿Te encuentras bien? —preguntó apartándose de mí para mirarme a los ojos.
Yo solo asentí levemente y se desplomé en la cama mientras intentaba procesar todo lo que había escuchado.
Tenía que haber una forma de que Uli se hiciera esa operación.
—¿Melissa? —pregunté.
—¿Si?
Nuestros ojos se encontraron.
–¿Cuánto cuesta la operación que necesita
Ulises? —inquirí con la mirada fija en ella.Melissa desvió la vista mientras suspiraba con tristeza. Jamás la había visto tan afectada. —
Alrededor de cinco mil euros —susurró."Mierda" pensé.
Cinco mil euros era una cantidad inconmensurable de dinero. ¿De dónde demonios íbamos a sacar cinco mil euros?, un suspiro cansado salió de mis labios.
—Es muchísimo dinero —mascullé en voz baja.
Melissa asintió rápidamente. Alzó la vista y una sonrisa triste apareció en sus labios. —Papá dijo que él la pagaría, pero Ulises no quiere nada que venga de él —dijo. Su voz se quebraba.
—¿Q-Qué? —susurré.
Ulises jamás había mencionado nada de su padre, pero al parecer, no era su tema favorito.
Jamás lo había mencionado.
—Papá y Ulises no tienen una relación buena.
Cuando papá dejó a su madre, Ulises decidió que no quería volver a saber de él; y no hay poder humano que haga que acepte algo proveniente de él —explico Melissa con tristeza. —. Papá tiene mucho dinero. Tiene varios puestos de comida y acaba de inaugurar su primer restaurante en la zona comercial de la ciudad.Mi pecho se encogió del dolor. Si tan solo pudiera llegar a hablar con él, quizás Ulises aceptaría la operación. Quizás nunca se enteraría de que su padre la solventó, pero sería arriesgado.
—¿Nicole? —la voz ronca de Ulises me hizo pegar un salto del susto. Me había tomado por sorpresa.
—Aquí estoy —dije con un hilo de voz.
Ulises entró a la habitación y se sentó a mi lado. Su rostro era una máscara de preocupación.
—¿Te encuentras bien? —preguntó.
Yo sonreí. Ulises era el único chico que tenía el rostro cargado de angustia y preguntaba por mi bienestar, cuando era claro que era él el que necesitaba ésa pregunta.
—Estoy perfectamente, ¿Tú? —dije.
—Estoy ansioso por volver a la cama contigo —dijo, enredando su mano alrededor de mi cintura.
Su ceño se frunció. —¿Te pusiste tu ropa?
Me mordí el labio inferior antes de asentir y decir —Estaba algo así como.. molesta. Y...
—¿Planeabas irte? —la incredulidad se filtró en su voz.
—Pero no lo hice. Además, creo que es hora de que vaya a casa. —dije.
El agarre de Ulises se tensó en mi cuerpo y comenzó a besar el hueco de mi cuello diciendo
—¿No puedes decir que llegarás después de la hora de la comida?Un hueco se instaló en mi estómago. —¿Es acaso una propuesta indecorosa? —susurré.
—Ten por seguro que lo es. —ronroneó contra mi cuello.
Mi pecho se hinchó con una sensación de vértigo y la voz de Melissa me sacó de mi estupor.
—¡Consigan una maldita habitación! — chilló.
Una risa ronca brotó de mi pecho mientras besaba los labios de Ulises.
Él también reía.
Necesitaba un poco de tiempo con él. Tiempo para averiguar la relación que tenía con su padre e intentar comprender qué era lo que sucedía entre ellos.
Nos dirigimos a la habitación de Ulises después de haberle llamado a mi mamá para avisar que llegaría más tarde y él no perdió tiempo para lanzarse sobre mí, a besos.
Una risa ronca vibró en su pecho cuando comencé a besar su cuello en un punto
especialmente sensible.—¡Oh, por Dios!, ¡Si sigues haciendo eso voy a quitarte ese vestido y...!
Sin dejarlo terminar, lo besé en los labios con urgencia.
Sus manos se deslizaron debajo del material de mi vestido y solté un grito ahogado.
—¡Espera! —jadeé al sentir sus manos sobre mi trasero.
Él se apartó de mi y susurró —¿Qué pasa?
—Necesito preguntarte algo —dije, nerviosa.
Necesitaba valor para lo que venía. —Claro,
¿Qué sucede? —dijo con el ceño fruncido.—¿Por qué... —me aclaré la garganta —,¿por qué nunca hablas sobre tu padre?
El cuerpo de Ulises se tensó, tragó saliva ruidosamente. La ira se filtraba por sus ojos y todo mi cuerpo se tensó a la espera.
ESTÁS LEYENDO
Aunque No Pueda Verte ©
Teen FictionUlises Webster debía haber muerto esa noche. En cambio, ese accidente automovilístico sí que le había dejado heridas, y no sólo físicas. Su vida anteriormente estaba llena de fiestas, arrogancia, hipocresía, vida social, sin embargo, todo había lle...