Capítulo 34

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Prov. Lucas's

No sé hace cuánto me quedé dormido, ni cuánto dormí. Siento mi cuerpo pesado y mi alma vacia. Un mes ha pasado desde que escuché por última vez su voz, un mes sin su sonrisa, un mes si ver esos ojos café que tanto me hipnotizan.

El sonido de una llamada entrante de mi celular interrumpe mis pensamientos. No tengo realmente ganas de tomarlo pero me levanto y tomo la llamada.

-Diga....

-Desperto, Lucas. Mi niña despertó- Era la voz de la señora Ashiko.

Me levanto rápidamente de la cama y tomo las llaves de la moto.

-Voy para allá. Muchas gracias por avisarme- Y cuelgo la llamada.

Corro por las escaleras. Como que unas simple palabras pueden regresarte el alma al cuerpo, la vida y la felicidad. Mi madre y mi hermana me vieron desconcertadas cuando llegue a la sala. Salí al garaje y puse mi moto a andar.

Me importaba una mierda el límite de velocidad y las normas. Debía llegar rápido al hospital, sin importar si ponía mi vida en peligro.

Luego de unos 15 minutos, estaba en la entrada del hospital, entre corriendo y subí las escaleras y llegue a la recepción, no pregunté por su habitación porque sabía perfectamente dónde estaba. Y allí estaba en la habitación 1901, mis manos temblaban y sentía la adrenalina a mil. Escuchaba voces al fondo, suponía que eran sus padres.

Toque dos veces la puerta y tome la perilla y abrí la puerta lentamente. Y allí estaba ella, esos ojos café tenían ese brillo que me encanta, llenos de vida y felicidad. Ella me miraba con curiosidad y admiración. Fui hasta ella y la tome en mis brazos, la abracé como lo había querido hacer desde hace un tiempo, besé su frente y me alejé.

Estaba sonrojada y algo confundida.

-Lo siento, pero quien eres?- Fueron las palabras que salieron de su boca. Esas simples palabras me aterraron y solo retrocedi.

Estas bromeando, verdad?

-Lo siento pero no. No quién eres.- Senti lágrimas bajar por mi rostro y las limpié lo más rápido que pude.

Voltee a ver a sus padres y ellos estaban tan confundidos como yo.

Lo siento.— Dije muy dolorosamente. Y salí de esa habitación.

No sé que pasaba por mi cabeza pero bajé corriendo y subí a mi moto. No sabía a dónde estaba conduciendo pero quería escapar y salir de allí, no pensar en nada, ni siquiera en ella.

Estaba conduciendo a máxima velocidad y me estrelle contra un árbol y caí en el asfalto. Me importaba una mierda en el dolor físico que estaba sintiendo. Lo que realmente me importa es que ella me haya olvidado, que ese idiota logró su cometido, ella no estaría conmigo.

Mi vida ya se había jodido...

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