Selim
Estaba yendo a ver a Ghazanfar por qué había sufrido un pequeño accidente y ahora estaba acostado en cama le tenía aprecio por qué era mi sirviente más fiel así que por eso iba a ver si estado.
- Apuesto a qué estarás bien - escuché la voz risueña de Cecilia y me detuve detrás de la puerta para escuchar la conversación.
"Esto no es algo que haría el sultán más cruel" dijo mi mente, pero lo ignore por completo.
- Lo estaré - escuché la voz de Ghazanfar, estaba muy feliz por lo que escuché.
- Entonces estaré esperando a que te mejores para dar un paseo por el jardín para que te relajes un poco - respondió Cecilia.
Mis manos se hicieron puños inconscientemente ¿Por qué aceptaba a Ghazanfar? Sabía que ella solo había aceptado dar un paseo conmigo por esa vez hubo una fiesta de hecho yo le había pedido a Mihrimah que hiciera eso para que Cecilia aceptará mi invitación.
- Claro, espero recuperarme pronto.
Me acerque un poco más y pude ver como Cecilia agarraba la mano de Ghazanfar y la acariciaba con delicadeza, eso fue suficiente, entre bruscamente a mi habitación, aunque Cecilia no tenía intenciones de soltar la mano de Ghazanfar, él si lo hizo, eso sorprendió a Cecilia, pero no dijo nada.
- ¿Que haces aquí? - pregunté fríamente.
- Vine a ver a Ghazanfar, recuerda que lo conozco por qué él me da todos tus regalos - sonrió con burla.
- Regresa a tus apocentos - ordené, ella frunció el ceño confundida, intento hablar, pero la detuve antes de que pudiera - ve a tus apocentos - grité, ella me miró molesta supongo que fue por qué le alcé la voz, no pude controlarme, salió de la habitación completamente enojada.
- Sultán esto ti....
- Ghazanfar has pasado mucho tiempo conmigo, eres mi sirviente más fiel y confiable - él me miró atentamente - pero si te acercas de más a Cecilia, te veré como un enemigo y creo que sabes cómo acaban todos mis enemigos.
- Lo sé mi sultán - aseguró.
- Espero te recuperes y no olvides que las mujeres de mi harem son prohibidas, sobre todo Cecilia, alejate de ella - dije y salí.
(...)
- Sultan - canfeda entro en mis apocentos.
- Dile a Cecilia que iremos a dar un paseo al jardín - dije serio, ella no dijo nada - ¿Canfeda? - pregunté.
- La señorita Cecilia está dando un paseo con Ghazanfar - me informó.
Hice puño mis manos y posiblemente hay llegado a lastimarme, pero no me importaba ahora, salí de mis apocentos completamente furioso y me dirigí al jardín con una velocidad increíble.
- Entonces ¿El sultán estúpido se molestó? - por fin escuché la voz de Cecilia y me escondí para poder escuchar la conversación, esto se estaba haciendo una costumbre, pero no podía evitar hacerlo.
- Ya te dije que no puedes decirle así Cecilia - respondió Ghazanfar.
Me molestaba, me molesta como ella era con él ¿Por qué no podía ser así conmigo? Quizás tenga que ver con qué yo no hablo mucho, pero aún así yo quiero que ella sea así conmigo.
- Le queda muy bien - dijo riendo.
Cerré mis ojos y me la imaginé riendo, esa imagen era hermosa y pude calmarme un poco.
- Mejor no digo nada por qué no te detendras de todos modos - dijo con un suspiro Ghazanfar - ¿Aún no lo rechazaras? - preguntó y preste toda mi atención a la respuesta que daría.
- Claro ¿Por qué no lo haría? - preguntó divertida.
- Quizás ya te guste - dijo Ghazanfar.
- No - negó segura.
- Entiendo - dijo y ambos guardaron silencio.
Me fui de ahí, pero hablaría con Ghazanfar sobre esto, ya le había dado una advertencia.
(....)
- ¿Estás loco? - Cecilia entro a mis apocentos sin ningún permiso, ya sabía que lo haría.
- Lo sentimos su majestad - dijieron los agas, pero le reste importancia.
- Salgan - pedí.
- ¿Por qué mandaste a ejecutar a Ghazanfar? - preguntó acercándose a mi completamente molesta.
- Aunque no hayas pasado la noche conmigo eres de mi harem y tienes prohibido hablar con otro hombre que no sea yo - dije serio.
- ¿Que? Eso no tiene sentido solo fuimos a dar un paseo - aseguró.
- No importa si solo fuiste a dar unos pasos al jardín, mientras sea con otro hombre tendrá su castigo.
- Bien, entonces castigame a mi también - pidió sería.
- No - dije con simpleza.
- ¿Por qué no? - preguntó molesta.
- Soy el sultán, decido a quien castigar y a quien no, ahora vete.
La realidad era que no me atrevía a castigarla, pero no sé lo diría.
- Es tu servidor más fiel, pero aún así ordenaste su ejecución, ya entiendo por qué te llaman el sultán cruel - su voz salió con desprecio, mi corazón dolió cuando pensó en la posibilidad de que Cecilia me despreciara.
Ella se dió la vuelta, pero antes de que salga pregunté algo.
- ¿Porque él? - pregunté, ella volteo a verme confundida - ¿Por qué a él si le aceptas las invitaciones? - ella me miró incrédula
- Fue una - levanto un dedo - una invitación y fue por que quería que se mejorara - gritó molesta.
¿Si me enfermo ella aceptará una invitación mía? Me pregunte para mí mismo, pero despeje esa idea y me concentre en la conversación que estaba teniendo.
- Aún así tú jamás me aceptas una invitación.
- ¿Por qué lo estás mandando a ejecutar? - preguntó cambiando el tema.
- Por qué él sabe las reglas del harem, sin embargo las ignoro y salió a dar un paseo contigo.
- Cruel - soltó con mucho más desprecio que la última vez, se acercó a mí y se planto con una pose de desafío delante mío - eres cruel incluso con la persona que te sirvió por años y que daría su vida por ti - puso uno de sus dedos en mi pecho - no mereces nada selim, nada.
- Tienes razón, no merezco nada, pero puedo tenerlo todo así que no importa si realmente no lo merezco por qué de igual manera lo tendré - aseguré serio.
- Por eso - dijo con una sonrisa algo triste - por eso es que jamás estaría contigo quise convencerme a mí misma que no eras una mala persona y quise no dejarme llevar por los rumores, pero eres una mala persona - golpeó mi pecho repetidamente con el dedo - tú eres una mala persona, no quieres a nadie, ni mucho menos aprecias, Ghazanfar daría su vida por tí, pero tú lo mandas a ejecutar por algo tan sencillo como e..
- No es sencillo - la detuve - es por qué eres tú Cecilia, puedo ser mejor persona que él si eso quieres, puedo darte mejores cosas que Ghazanfar y que cualquier otro hombre en este mundo - aseguré.
- No quiero nada de ti - dijo molesta - ni tus regalos, ni tus halagos, ni tu atención, no quiero nada que venga de ti, será mejor que no vuelvas a enviarme nada por qué vendré aquí y te lo tirare en la cara, tal y como lo hice la primera vez que nos vimos. - se dió la vuelta y se fue.
¿Porque no quieres nada de mi? Eso era lo que quise preguntarle, pero no me dió ni un segundo para hacerlo, ni si quiera se por que hice todo esto por Cecilia, no debería si quiera haberle mandado regalos, no debí interesarme en ella, ya fue suficiente de Cecilia, haría caso a lo que dijo y no haría más por ella.
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Lo que lograste cambiar
Short StoryUn emperador dominante y una exclava indominable ¿Que pasará?