Nurbanu
Bien, esto no era exactamente lo que esperaba respecto a volver al palacio.
Yo comenzaba a acostumbrarme a no hablar con selim por decisión propia y también porque él no parecía querer hablarme, pero ahora era totalmente distinto.
Había venido a mis apocentos para desayunar y comenzó a hablarme como lo hacía antes de que perdiera la memoria, se reía y me contaba que haría durante todo su día, aunque una parte de mi quería gritarle que se largue y que me deje en paz, la otra parte de mi quería que se quedara, quería volver a sentir esa sensación que me hacía sentir completa, así que como casi siempre hice caso a esa parte y me quedé escuchando atentamente a selim, pero hubo una diferencia está vez, ahora yo no hablaba, lo escucha, pero cuando me preguntaba algo me quedaba callada, eso pareció dolerle, pero decidió ignorar esa sensación y simplemente continuar hablando.
Realmente su actitud de esta mañana me sorprendió, pero me sorprende aún más ver esos enormes baúles delante de mi.
- Sumbul, ¿Podrías repetir lo que dijiste? - pregunté aún sorprendida.
Él sonrió divertido.
- El sultán selim le envía estos obsequios sultana y mando a decirle que espera poder cenar con usted está noche en los apocentos del sultán - repitió por tercera vez.
Me veía muy tentada a decirle que repita lo que dijo por una cuarta vez y no porque no yaya entendido el mensaje, era porque no me creía lo que él decía.
¿Por qué el cambio de selim?
No lo sabía.
¿Me interesaba saberlo?
Si.
- No ire a sus apocentos sumbul, si quiere cenar conmigo, será él quien venga a mis apocentos.
La sonrisa de sumbul se agrando aún más, si es que eso era posible y asintió rápidamente para después salir de los apocentos de una forma rápida.
Sabía que está situación le divertía, pero estaba dispuesta a darle un poco de diversión a sumbul.
Me acerque a los baúles abrí uno de ellos.
Bien, hay que aceptar que los vestidos están muy bonitos, me sorprendía lo bien que escogió estos vestidos, quiero decir, eran exactamente mis gustos.
- Sultana....
Fakria entro a mis apocentos junto con la sultana Mihrimah y ambas se quedaron estáticas en cuanto vieron los baúles que también estaban delante de ellas.
- Eso es...
La primera en hablar fue la sultana Mihrimah quien me miró a los ojos y asentí.
- Si, extrañamente hoy en la mañana vino a tomar desayuno conmigo, ahora envía esto y espera que cene con él - expliqué.
Las sonrisas en sus rostros no se hicieron esperar.
- Bueno ¿Y entonces? - preguntó Mihrimah.
- Entonces le dije que si quiere cenar conmigo, él tiene que ser él que venga - respondí con simpleza.
La sultana Mihrimah comenzó a reír.
- Buena respuesta, pero ahora mismo solo quiero ver la cara de mi hermano cuando sumbul le diga eso - dijo aún riéndose.
Párese que sumbul no va a ser la única persona divirtiéndose con esta situación.
- Sultanas.
Sumbul volvió a entrar a los apocentos con esa sonrisa que tanto lo caracterizaba.
- Fue muy bueno ¿Verdad? - preguntó la sultana Mihrimah.
- Lo fue sultana - dijo con simpleza para después mirarme a mi - el sultán estuvo de acuerdo con lo que dijo - sonrió.
- Vaya, parece que mi hermano vuelve a la normalidad - comentó la sultana Mihrimah con algo de diversión.
- Espero que todo mejore entre ustedes sultana.
Fakria hablo por primera vez y realmente parecía contenta por mi.
No dije nada, de hecho, no sabía que decir, ni como actuar con la nueva actitud que estaba teniendo selim.
(...)
Realmente vino.
No era una broma, realmente está aquí y tiene una sonrisa inmensa en el rostro.
- Nurbanu.
Me nombró, pero no me moví de mi lugar, aún así él no abandono esa sonrisa y simplemente se acercó a mi, cogió mi mano derecha y la alzó para dejar un suave beso mientras me miraba a los ojos aún con esa sonrisa.
- Estás muy hermosa.
No sabía que decir, realmente sus actitudes comenzaban a dejarme sin palabras y eso me molestaba, porque sentía que él tenía el control de esta situación y no iba a permitir eso, así que si él actuaba descaradamente, yo también podía hacerlo.
Sonreí y quite mi mano la cual aún estaba entre su mano.
- Bueno, es algo que no se puede evitar, soy una mujer muy hermosa, me he cansado de escucharlo tantas veces mientras estaba sola en aquel palacio.
Su sonrisa se borró de inmediato y la mía tan solo se agrando más, ahora él pareció quedarse sin palabras.
- Deberías cenar - dije con una sonrisa.
Él tomó una respiración profunda y solamente asintió.
Nos acomodamos y comenzamos a comer en completo silencio, sin querer mi mente me llevo a esos momentos en los que ambos comíamos entre risas y juegos, no importará cuanto tiempo pasará o cuánto me hubiera dolido todo lo que pasó, en el fondo aún deseaba eso y más.
- No lo recuerdes - dijo de la nada y lo mire confundida - no ha pasado mucho tiempo desde que llegaste al palacio, pero tus gestos son muy expresivos, la cara que tienes ahora mismo quiere decir que recuerdas algo que aún te duele, así que no lo recuerdes - termino de decir.
No respondí, si lo hacia, esto llevaría a otro tema y era lo que quería, quería dejar eso atrás porque realmente era incómodo para mí, no quería recordarlo.
Terminamos de comer y dejamos que se llevarán los platos, pero aún seguia sin saber que decir o hacer, me estaba dando cuenta que el ambiente entre ambos era realmente aburrido y no tenia ni punto de comparación a como era antes.
- ¿De que hablábamos? - preguntó.
Lo mire confundida, no entendía a qué se refería.
- ¿De que hablábamos antes de que ocurriera lo de mi accidente? - preguntó.
Me quedé confundida por un momento ¿Él quería saber eso?
- Bueno.., solías contarme sobre lo que hacías durante el día y yo hacía lo mismo.
No pude evitar que una pequeña sonrisa se extendiera por mi rostro.
- Que bonita sonrisa - susurro.
Parece que no quiso decirlo en voz alta porque desvío la mirada y se levantó de inmediato, su rostro estaba avergonzado y podía jurar que tenía las mejillas algo rojizas, pero realmente eso sonaba como una tontería.
- Ya es tarde, deberías descansar, fue bueno poder pasar un poco de tiempo contigo - camino hacia la puerta, pero antes de irse volteo un poco la cara - espero permitas que tengamos otra cena igual a esta otra vez - dijo y se fue.
No pude evitar soltar una pequeña risa, realmente fue divertido ver a selim en esa fase de avergonzado, pero era realmente raro ¿El golpe tiene algo que ver con qué él tenga esa actitud?
No lo sabía, pero no importaba, era divertido y lo divertido me gustaba, así que disfrutaría molestar a nuestro sultán cada vez que pudiera.
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Lo que lograste cambiar
Short StoryUn emperador dominante y una exclava indominable ¿Que pasará?