Capítulo 31

3.3K 271 6
                                    

Nurbanu

Lo único que podía hacer en estos momentos era moverme de un lado al otro mientras esperaba que alguien saliera para decirme que selim estará bien, eso era todo lo que pedía y quería.

- Nurbanu - la sultana Mihrimah llego a mi lado - ¿Cómo está? - preguntó preocupada.

- No me han dicho nada aún - comenzaba a desesperarme.

- ¿Tú estás bien? - preguntó viendo con preocupación la sangre en mis manos, no me la había quitado aún.

- Estoy bien sultana, solo quiero saber si selim estaba bien - dije ya desesperada.

- ¿Gözed? - preguntó de la nada.

- Ella está bien, canfeda fue a verla, en mis apocentos estará más que segura, aunque ya no haya reportes de que aún haya enemigos en el palacio, no puedo arriesgarme a qué le pase algo a mi hija también.

- ¿Por qué no vas con gözed? Yo me quedaré con selim.

- No sultana, no me iré de aquí hasta que me digan que selim estará bien e incluso así me quedaré para cuidar de él - aseguré.

- Entonces yo cuidaré de mi sobrina - dió una sonrisa suave - por favor avísame de inmediato cuando haya noticias de mi hermano - pidió.

- Lo haré sultana, gracias.

Ella solo sonrió y se dió la vuelta para irse, yo solo quería que el doctor saliera lo más rápido posible y me dijera que todo estaba bien, eso lo único que quería escuchar.

(....)

Cuando el doctor salió de los apocentos me acerque rápidamente a él, fue tanta mi rapidez que el doctor llegó a asustarse pensando que lo atacarían o algo así.

- ¿Cómo está? - pregunté de inmediato con voz totalmente desesperada, ya estaba cansada de esperar.

- Su Majestad está estable sultana, pero no sé cuándo despertara.

- ¿Está estable, pero no sabes cuándo despertara? ¿Que clase de respuesta es esa? - grité molesta.

Había esperado durante horas y lo único que me dice es eso, no, definitivamente no me quedaré con esa respuesta.

- Hice todo lo que pude sultana, pero el golpe en la cabeza fue muy fuerte, puede que deje secuelas - advirtió.

- ¿Que tipo de secuelas? - pregunté.

- Aún desconozco eso.

- ¿Desconoce eso? ¿Que no es un doctor? ¿Cómo puede decirme eso? - comencé a gritar de nuevo.

- Sultana - canfeda llegó - sultana por favor tiene que calmarse.

- ¿Cómo quieres que me calme? - pregunté incrédula - se supone que es un doctor, debería saber que pasa, debería decirme que selim estará bien y que despertara pronto ¿Es tan difícil decir eso?

Mis ojos comenzaron a picar y sabía que comenzaría a llorar frente a ellos si es que no me calmaba así que respire profundo y agite mis pestañas para que las lágrimas desaparecieran.

- Sultana - canfeda murmuro.

- ¿Puedo entrar a verlo? - le pregunté al doctor.

- Claro sultana, eso sí puede hacerlo - respondió de inmediato, nervioso por qué mi voz aún se escuchaba molesta.

- Canfeda, lleva al doctor con la sultana Mihrimah y que le informe lo mismo que informó a mi.

- Lo que usted ordene sultana.

Asentí y entre rápidamente a los apocentos, cuando ví a selim en la cama sin moverse y con un color de piel pálido mi corazón se hundió y las ganas de llorar volvieron más rápido de lo que se fueron.

Me acerque a él con pasos temblorosos y cuando llegue a su lado las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.

- Mi sultán - murmure

Acerqué mi mano a su mejilla derecha y acaricie suavemente con miedo a lastimarlo, era prácticamente imposible, pero se veía tan débil que daba la impresión de que un simple aire podría hacerlo caer.

Selim siempre solía verse tan imponente y fuerte, ni una sola pisca de temor ni duda, pero ahora mismo esa imagen se había derrumbado por completo.

- Despierta pronto por favor - pedí aunque no sabía si podía escucharme o no.

Puse mi otra mano en su mejilla izquierda y me incliné para dejarle un pequeño beso en la frente.

Alguien abrió la puerta y yo voltee de inmediato a la defensiva, con temor a que sea alguno de los hombres anteriores.

- Soy yo nurbanu, puedes estar tranquila - la sultana Mihrimah hablo y mi cuerpo se relajó por completo - el doctor ya me informó del estado de mi hermano - suspiro acercándose.

- Yo solo quiero que despierte - susurré.

- También quiero lo mismo nurbanu - respondió.

- ¿Cómo está gözed? - pregunté.

- Deberías ir a verla, parece que te extraña, está muy inquieta, la iba a traer conmigo, pero pensé que quizás no sea adecuado sacarla de tus apocentos aún - explicó.

- Hizo bien sultana, no pondré en peligro a gözed.

- Los guardias ya acabaron con todos los infiltrados así que puedes relajarte un poco, todo estará bien nurbanu, mi hermano despertara, puedo asegurarte eso - sonrió débilmente.

- Confío en selim, se que despertara, pero no puedo evitar estar asustada - murmure.

- Todo estará bien, ya lo verás.

Siento que está tratando de convencerse a sí misma, pero está vez también necesito convencerme de que todo estará bien, selim despertará y seguramente estará furioso conmigo por arriesgar mi vida así como lo hice, pero eso no importa, lo importante es que estará bien, eso es lo que cuenta, tan solo quiero que despierte, es lo único que pido.

Lo que lograste cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora