Capítulo 8

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Cecilia.

- ¿Por qué estás haciendo esto? - preguntó canfeda mientras nos dirigimos a los apocentos de selim - ¿Es por Valeria? - preguntó.

- ¿Lo sabías? - pregunté molesta por qué se supone que ella es una "aliada" en este palacio.

- Era obvio que lo sabía.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Por qué según tú, no te interesaba el sultán así que no tenía por qué decirte que Valeria fue a verlo, incluso si te lo hubiera dicho ¿Que harías? - preguntó

No pude responderle por qué llegamos a los apocentos de selim.

- No te diré lo que tienes que hacer por qué de todas maneras no vas a obedecer - murmuró - viene a ver al sultán - le dijo a Ghazanfar y él me miró sorprendido.

- Cecilia - murmuró, pude ver cierta decepción en su rostro y sabía por qué, pero ahora no importaba - puedes pasar - se hizo a un lado y abrió la puerta.

Entre con toda la seguridad del mundo por qué sabía que yo le gustaba a selim por lo tanto él no me rechazaría.

- Selim - lo llamé por qué él estaba de espaldas.

Apenas escucho mi voz dió la vuelta lo más rápido posible y cuando se aseguro de que era yo sus ojos de abrieron levemente, pero rápidamente volvió a su rostro serio y distante.

- ¿Por qué estás aquí? - preguntó y para mí esa era la pregunta mas estúpida, pero bueno él es el sultán estúpido después de todo.

- Para jugar a las adivinanzas - le dije de forma irónica, pero al parecer no le causó gracia - amargado y estúpido - murmure.

- ¿Que? - se acercó a mí.

- Oh también eres sordo.

- Cecilia, no juegues con tu suerte puedo mandar a ejecutarte por lo que acabas de decir - dijo serio.

- Entonces llamé a los guardias y pida que me ejecuten - lo desafíe, sabía que no lo haría.

Él dió una pequeña sonrisa que borró rápidamente.

- Mujer atrevida - murmuró, pero claramente lo escuché.

- Sultán estúpido - le sonreí inocentemente.

- Cualquiera de estos días acabarás con mi paciencia - dijo con voz cansada mientras se dirigia a la cama para sentarse.

- No hice nada - me encogí de hombros.

- Eres la única mujer que se atreve a decirme cosas como esas - se tiró en la cama y yo me acerque a él.

- Estás muy cansado por lo visto.

- Se me acumulo los documentos y tuve que terminar con todos hoy - explicó.

- Levántate - ordené.

Él me miró con el ceño fruncido, pero se levantó y quedó sentado.

- ¿Así o me pongo de pie? - su pregunta me hizo sonreír.

- Quédate así.

El asintio, me subí a la cama y me puse a sus espaldas.

- ¿Que haces? - preguntó confundido.

- Quédate quieto y relájate - murmure en su oido, él soltó un suspiro.

Lleve mis manos a sus hombros y los masajee con delicadeza, estaba tenso, pero después de un rato su cuerpo comenzó a relajarse.

De repente él jalo uno de mis brazos y me sentí en su regazo, solté un grito de sorpresa por el movimiento repentino.

- Me asustaste - le dije cuando pude recuperarme de la sorpresa.

Él soltó una risa y yo puedo jurar que mi boca estaba muy abierta, él estaba riendo, suena como algo normal, pero es la primera vez que lo veo reír, siempre estaba con su cara sería y ahora estaba riendo, se veía mucho más guapo.

- ¿Por qué me miras así? - preguntó cuando vio mi rostro de sorpresa, supongo.

- Es que nunca te había visto reír - dije aún media atontada, cuando dije eso volvió a su porte serio - te vez más guapo sonriendo, pero deberías hacerlo solo conmigo.

- ¿Porque? - preguntó confundido.

- Por qué si - respondí con simpleza.

No iba a decirle que no quiero que ría con otras personas por qué el que lo hay hecho conmigo me hace sentir especial para él, era un sentimiento bonito así que lo quiero sentir siempre.

- Eso no da una explicación - dijo mientras comenzaba a acariciar mi cintura.

Me acerque a su rostro y me quedé a centímetros de sus labios.

- No necesito darle una explicación mi sultán - susurré y lo besé.

Él me siguió el beso y comenzó a quitarme el vestido blanco que llevaba puesto, mi corazón latía rápidamente por la emoción, de alguna manera me acomodo en la cama cuando ya no tenía ropa al igual que él y me miró a los ojos antes de continuar.

- Radiante - murmuró.

Lo que dijo me confundió, pero no pude decir nada por qué volvió a besarme con más necesidad que la anterior, bueno yo sabía que él había deseado esto por un tiempo así que no me sorprendia su intensidad.

- Ya no aguanto - murmuró.

Frunci el ceño confundida por sus palabras, pero rápidamente fue sustituida por una mueca de dolor y un pequeño grito cuando sentí la intromisión en mi parte baja.

-  Estúpido, amargado, sordo y para nada delicado ¿Algo más que quieras agregar?

- Prefiero que lo vayas agregando tú - dijo con su cara en mi cuello, pude sentir sus labios estirarse, él esta sonriendo, no podía verlo, pero si sentirlo.

El dolor se fue tan rápido como vino así que él comenzó moverse dentro de mi, gemia por qué la satisfacción que me daba era única quizás haya estado un poco asustada al principio, pero ahora solo que él no pare.

- Se siente tan bien - murmuró con un gruñido mirándome - eres tan perfecta, no tienes idea de cuántas veces imaginé esto - dijo y me besó.

No estaba segura de si mi corazón estaba acelerado por sus palabras o por qué estaba agitada por lo que estabamos haciendo.

Después de un tiempo alcance el orgasmo, selim dió un gruñido mientras se corría dentro de mi, mi respiración estaba agitada, pero selim no parecia para nada cansado y lo confirme cuando me sentó encima de él sin salir de mi, se supone que él estaba cansado por el trabajo, pero ahora pareciera que se le quito todo el cansancio.

Parece que la cansada mañana seré yo.

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