Selim
Me dolía demasiado la cabeza y más cuando tenía a Mihrimah delante mío haciendo las preguntas más raras que había escuchado en toda mi vida.
- ¿Recuerdas a nurbanu? - preguntó por quinta vez
- ¿Quien es nurbanu? - volví a preguntar por quinta vez.
- ¿Cecilia? - preguntó con duda.
- No se de qué hablas Mihrimah ¿Por qué haces estás preguntas? Mi cabeza me duele ¿Podemos hacer esto luego? - pregunté - prometo que trataré de recordarlo en el transcurso del día.
- No, no hasta que me digas quien es nurbanu, no puedo esperar todo el día.
Se sentó al costado mío con lo brazos cruzados.
- ¿Cómo puedo decirte quien es, si no la conozco?
- La conoces, recuerda, selim recuérdalo por favor - pidió.
Sus ojos tenían súplicas y no entendía por qué, realmente quería recordar para poder responder, pero no entendía de que hablaba ¿Quizás era alguna de las mujeres con las que había estado? De todas maneras, si eso fuera así ¿Por qué le interesaba tanto? ¿Había algo distinto en esa mujer?
- Mihrim....
- Su majestad - uno de los agas entro a los apocentos - la sultana Nurbanu quiere verlo - informó.
Mire a Mihrimah de inmediato ¿Era ella de quién me hablaba? Ella sonrió y asintio, pero en sus ojos estaba el temor y podía deducir que sentía temor de que aunque la vea, no la recuerde, pero ¿Por qué es tan importante?
- Dile que pase - dije en un suspiro.
Asintio y salió de mis apocentos, casi de inmediato entro aquella mujer que había visto cuando me desperté, sus ojos se veían demasiado cansado, pero aún así me sonrió dulcemente.
Mi corazón dolió ante esa imágen, sentía claramente como si alguien estuviera clavando una daga en mi corazón.
- Sultana - saludo a Mihrimah, me miró por un un tiempo, como si estuviera dudando de algo - su majestad - saludo por fin.
Por alguna razón sentí una gran incomodidad cuando me llamo así, era como si esa no fuera la manera correcta de llamarme, solo asenti con la cabeza en modo de saludo, sentí la necesidad de hacerlo.
- Los dejaré solo para que puedan conversar.
Mihrimah se levantó de mi costado y salió de mis apocentos rápidamente.
Me quede ahí, sentado, ella estaba mirándome fijamente, sus ojos eran hermosos, me preguntaba cómo se vería ella en una versión mas pequeña, frunci el ceño confundido antes ese pensamiento.
- Si no dirás nada, puedes retirarte - dije mientras me levantaba.
Me di la vuelta para salir al balcón, quería tomar un poco de aire por qué si no, seguiría pensando en cosas sin sentido como una versión mas pequeña de ella, era ridículo pensar en eso.
- Selim - murmuró, pero llegué a escucharla.
Mis pasos se detuvieron cuando la escuché y mi corazón se sintió cálido ante su suave llamado.
¿Quien era ella y por qué causaba estas emociones raras?
- Ya te dije que no deberías llamarme así - me di la vuelta.
Aunque haya dicho eso, la verdad era que quería que me siguiera llamando así, de pronto ella levanto la cabeza decidida y se acercó a mí rápidamente, cogió mi mano.
- Demos un paseo por el jardín.
Esa no fue una pregunta, fue una orden, mis labios quisieron curvarse un poco, pero lo detuve a tiempo.
- Tengo cosas que hacer, como averiguar quién fue el que me dejó en cama, hay que deshacerse de él de inmediato.
Me libere de su agarre sin lastimarla, no me creía capaz de hacer eso.
- Entiendo, entonces déjame ayudarte - sonrió.
Mi corazón latio ante esa sonrisa.
- ¿Cómo podrías ayudarme? - pregunté confundido.
Ella borró su sonrisa de inmediato y bajo la cabeza un poco.
- Estuve ahí - murmuró.
- ¿Que? - pregunté a la defensiva.
¿Por qué ella estaba ahí? ¿Tenía algo que ver?
- Mejor regresaré en otro momento - sonrió forzadamente y salió de la habitación.
¿Por qué su actitud cambio tan rápido? ¿Si tenía algo que ver? Por alguna razón mi mente descarta esa idea por completo.
- Agas - llamé.
- Su majestad.
Uno de ellos entro.
- Traigan a Dilsha - pedí cansado.
Necesito distraerme y desestresarme un poco, el me miró totalmente confundido y no entendía el por qué ¿Había pedido algo difícil o raro? No lo creo.
- Su majestad, la señorita Dilsha fue ejecutada - dijo algo temor.
- ¿Quien dió esa orden? - pregunté calmado.
- Usted su majestad - respondió de inmediato.
Mi mente comenzó a asimilar lo que dijo, ¿Yo había dado esa orden? ¿Por qué lo haría?
- ¿Por qué ordené eso? - pregunté.
- Hizo que la sultana Nurbanu y la pequeña sultana corrieran peligro - explicó.
¿Pequeña sultana? ¿De que estaba hablando? ¿Por qué no recordaba nada de eso?
- Puedes retirarte.
Él asintio y salió, suspiré y me dirigí a mi cama para sentarme, cerró lo ojos y trate de recordar algo, pero por más que lo intentaba, no podía recordar nada.
¿Quien era nurbanu? ¿Por qué causaba esa sensaciones? ¿Por qué ejecute a Dilsha? ¿Quien es la pequeña sultana? ¿Por qué me dolía verla triste o cansada?
Mi mente estaba llena de preguntas, pero no tenía ni una sola respuesta, solo sabía que el nombre nurbanu causaba un montón de emociones que nunca había sentido, no que yo recuerde, pero algo me decía que era mejor no recordar, era mejor dejarlo así o eso creía yo, si ella causa estás emociones en mi, es un problema por qué es un punto débil más para mí, Mihrimah es lo que debo proteger, es mi punto débil, no puedo permitirme tener uno más.
Suspiré y salí al balcón para tomar aire.
Tenía que alejarme de esa mujer por qué si no estaría en graves problemas.
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Lo que lograste cambiar
Short StoryUn emperador dominante y una exclava indominable ¿Que pasará?