tres

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YoonGi rodaba los ojos por tercera vez desde que Victoria llegó a la sala, ella estaba hace diez minutos intentando que su paciente deje de ser...¿Cómo decirlo de una manera no poco profesional? Un idiota. Min estaba totalmente resignado a la vida, no quería que nadie lo vaya a ver, no quería ver televisión, no quería que su doctora le haga un chequeo. Lo único que hacía era quejarse por la discapacidad de sus manos, aunque ya más de tres doctores le explicaron la situación y que a la larga iba a poder mejorar, pero que necesitaría paciencia.

Y paciencia era lo que menos tenía.

⎯ Me rindo.⎯ soltó Victoria levantándose de su silla para después marcharse del cuarto.

YoonGi bufó y el enfermero que estaba ahí, quien era un chico que aún iba a la universidad de medicina y estaba viendo personalmente el trabajo de los doctores, se había quedado en un silencio incómodo. A ese chico, quien Min ni siquiera se había dignado a escucharlo cuando se presentó de forma respetuosa, le había parecido bonita la doctora.

Es que sí, la verdadera pregunta era, ¿A quién no le parecía bonita Victoria? Es una mujer completamente dedicada a su trabajo, supremamente amable, dulce, cariñosa, y sabía cuándo poner los límites, los cuales YoonGi comenzaba a pasar. Sin contar que tenía una bella sonrisa, unos verdes ojos que te enamoraban y esas tiernas orejas que, si bien estaban fuera de lo común, eran bonitas, como ella.

Así que el chico tomó su pequeña linterna y se acercó a Min, quien levantó su ceja izquierda con interrogación. El menor suspiró y habló.

⎯ Un gusto señor Min, déjeme que le haga yo el chequeo así aprendo para mi futuro y...

⎯ ¿Te crees que soy un proyecto de ciencias o un trabajo práctico para que practiques conmigo, mocoso?⎯ preguntó él con mal tono.

Si había algo que Victoria comenzaba a detestar de Min era su forma tan mal educada de hablar, ni siquiera habían estado dos días juntos y ya quería darle de alta para que haga lo que él quiera, o mandarlo a otro hospital.

⎯ No, pero así podré graduarme.⎯ sonrió con ternura, el mayor chasqueó la lengua. El menor prendió la linterna y comenzó a pasarla algo lejos de los ojos de YoonGi para que éste no se sintiera incómodo.⎯ Aparte de que quiero impresionar a Victoria noona, ella es muy bonita.

⎯ Ya lo sé, mis ojos aún sirven.⎯ respondió aburrido mirando hacia otro lado. El enfermero puso una mano sobre el hombro de Min para que pueda verlo, pero el mayor se sacudió molesto.⎯ ¡No me pongas las manos encima! ¡¿Es qué acaso no sabes quién soy?! ¡Soy Min YoonGi de BTS!

⎯ Ya lo sé, señor Min.

⎯ Tráeme a la doctora amargada o cuando salga te denunciaré por tocarme.

⎯ Solo le toqué el hombro...⎯ respondió algo intimidado.

⎯ ¡Me tocaste igual sin mi consentimiento! ¡Eso es violación!

El menor salió del cuarto, dejando a un YoonGi molesto mientras se murmuraba cosas para si mismo. Nadie lo entendía, y eso le frustraba mucho. No podría hacer las cosas que uno hace normalmente día a día, porque sus manos no podían ni siquiera cerrarse, y encima ninguno de sus amigos o familiares habían ido a verlos.

Pff, traidores.⎯ pensó como todo un resentido.

Minutos después, donde él seguía soltando quejas de absolutamente todo, hasta de la ridícula película de amor que pasaban por la televisión, la cual era "Yo antes de tí", se llegó a sentir burlado por eso, ¿Es que las personas del hospital que ponían esos canales no se daban cuenta de la clase de películas que daban? Podría llegar a ser ofensivo. En fin, Victoria entró en la habitación con la misma cara de amargada que tenía desde que se conocieron.

Bitter| myg.✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora