diecinueve

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⎯ ¿Y eso?⎯ preguntó YoonGi aún con los ojos cerrados. El beso había terminado pero no permitió que Victoria se separe mucho, la sostenía de la cintura mientras él sonreía.

La rubia miró el rostro de él algo apenada, sentía que se había arriesgado mucho a besarlo, que si bien no había sido un beso subido de tono, quizá YoonGi no quería y le correspondió por cortesía. O aún peor, existía la posibilidad de que Min haya querido ser el primero en dar ese paso, pues en Corea es más común visto que los hombres sean los primeros en esas situaciones.

Pero al contrario de lo que pensaba Victoria, a YoonGi le había encantado que sea ella quien tenga la iniciativa. Sus anteriores novias (que en realidad fueron solo tres, contando a ChaeYoung) no daban el primer paso, ya sea en dar un beso o hasta con algo tan inocente y pequeño como tomarle la mano, y si bien a él no le molestaba ser el de la iniciativa, no es secreto para nadie que a la mayoría de hombres lo volvían loco que las mujeres tengan la iniciativa en las cosas, y YoonGi entra en esa mayoría.

⎯ Lo siento, ¿Me arriesgué mucho?⎯ preguntó ella con un tono divertido para disimular su vergüenza y preocupación. YoonGi abrió los ojos al escucharla, pero no dijo nada, lo que hizo que Predetti se ponga peor.⎯ Oh diablos, me adelanté mucho. YoonGi, lo sien...

Min terminó por callarla de un beso, para demostrarle que hablaba de más y que claramente no se había adelantado. Es más, si Victoria supiera la cantidad de veces que YoonGi hubiera tirado su amistad al tacho de basura por besarla se quedaría sorprendida.

A YoonGi le gustaba mucho, y a la vez le ponía nervioso, la combinación de los labios fríos de él con los cálidos de Victoria. Por algún motivo lo tomaba como algo totalmente nuevo y los nervios recorrían todo su cuerpo, como si fuera su primer beso. Eso se le hacía buena señal, siempre pensó que si te ponías nervioso con un simple acercamiento es porque estás con la persona correcta, y él quería, de verdad quería, que Victoria sea su persona correcta.

YoonGi sabía que los padres y su hermano la iban a amar, más que nada su madre que siempre aspiró a ser médica y por temas económicos no lo logró. Además, tener una médica en la familia siempre es bueno, ya sea por motivos de salud o de economía, pocas veces se veía a un doctor o una doctora con problemas financieros, así que sus padres podían estar tranquilos que a su hijo comida no le iba a faltar.

Pero lo más importante era que YoonGi la amaba, porque tenía ese presentimiento que Victoria lo apoyaría en todas y cada una de sus tontas decisiones. Sería la mujer perfecta, la que te acompaña y apoya en lo que amas. Claro, además de eso la rubia tenía sus cualidades que a Min le encantaban, pero si se ponía a nombrar una por una estaría un largo rato.

⎯ No te adelantaste en nada.⎯ respondió el pelinegro cuando se separaron del beso, mientras apoyaba su frente sobre la de ella.

Victoria con sus manos acariciaba los delgados brazos de YoonGi que ahora estaban abrigados por el saco, hacía frío, bastante, pero no lo notaban mucho al estar en su burbuja, hasta que la rubia habló.

⎯ Te quiero.

⎯ Y yo a tí.⎯ contestó tierno. Se separó de ella y miró la hora, dándose cuenta que ya eran las diez y media de la noche.⎯ Vamos a buscar a Love.

(...)

⎯ ¿Mami está bien?⎯ preguntó la pequeña mientras tomaba de su té.

Ya era un nuevo día y está vez YoonGi fue quien tuvo que ayudar a Love a arreglarse para la escuela porque Victoria estaba en cama con fiebre, posiblemente juntando un resfriado. Así que Min tuvo que ponerse en papel de padrastro y hacer las cosas como podía por sus manos, ya no le dolían tanto, pero no va a negar que para tender la cama de la pequeña sí tuvo un pequeño dolor.

Bitter| myg.✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora