cuatro

1.9K 199 43
                                    

Min se encontraba aburrido, al igual que todo el tiempo en el que no estaba acompañado. Sus amigos y familiares cercanos habían ido a visitarlo y desearle suerte, dándole ánimos de que sus manos se curarían. Victoria se había convertido en su nueva persona favorita para molestar, habían pasado dos días de que le había hecho aquellas preguntas y le gustaba mucho hacerla enojar, pero él sabía cuando debía parar o le terminarían cambiando de médico.

Su novia, Rosé, no había ido a verlo en esos cuatro días, tampoco era que YoonGi este anhelando que ella vaya a hacerle compañía, pero lo veía un tanto sin corazón que ella ni siquiera se haya acercado a, por lo menos, preguntar cómo está su novio. Hasta un amigo de su hermano mayor, alguien que en realidad no se habla pero se conocen de pequeños por ser vecinos en Daegu, había ido a verlo, ¡Y su propia novia no!

Ahora escuchaba a JungKook parlotear mientras cambiaba las películas de Disney+ con el control de la televisión. YoonGi consideraba que el menor se estaba tomando muchas atribuciones, estaba acostado en la camilla de su amigo, tranquilamente y cómodo como si estuviera en una gran cama King size, comiendo papas fritas y mirando la televisión. Por mientras, el mayor estaba en un rincón de esa incómoda camilla a causa del tremendo cuerpo que se cargaba su amigo, o como el mismo Min afirmaba, el músculo andante.

⎯ ¿Sabes que te pasó algo parecido a lo de Doctor Strange?⎯ habló JungKook y Min rodó los ojos.⎯ En realidad te pasó lo mismo, ¡¿Y si estamos en un multiverso y ahora serás un hechicero supremo?! Por favor pido ser un vengador yo también.

⎯ JungKook...cierra la boca.⎯ contestó sin paciencia, sus hombros dolían por la posición en la que
estaba, y para empeorarlo, el menor se acomodó un poco más. Si no fuera por la barra de metal que tiene al costado de la camilla, Min ya estaría en el suelo.⎯ Te conseguiré una novia.

⎯ No quiero una.⎯ respondió con la boca llena mientras veía la película en la tele.

⎯ Le gusta Marvel.

⎯ Ah pero hubieras empezado por ahí.⎯ se limpió la grasa de las manos con las sábanas y YoonGi gruñó molesto.⎯ ¿Cómo dijiste que se llamaba?

Antes de que el mayor pudiera contestar, Victoria entró por la puerta del consultorio mientras sujetaba su cabello en una coleta alta para que no le incomode, dejando a la vista aquellas tiernas y grandes orejas con bastantes aros. Sin darse cuenta, en el rostro de YoonGi se formó una sonrisa al verla.

⎯ Uh, hay invitados, creo que es mejor que venga más tarde.⎯ dijo ella con una sonrisa amable. Antes de que se vaya JungKook se levantó de la camilla.

⎯ ¡No, no! Tiene que atender al gruñón de mi amigo, señorita...⎯ entrecerró un poco sus ojos para leer en la bata de médico, no había llevado sus lentes de contacto.⎯ Predetti, ¿Está bien pronunciado?

⎯ Sí, se escribe y lee igual.⎯ respondió. Limpió sus manos con alcohol etílico y colocó los guantes de látex para dirigirse a YoonGi.⎯ ¿Cómo estás hoy? ¿Te siguen doliendo mucho las manos?

En esos días, las manos de Min habían comenzado a doler de una manera horrible, literalmente se le había hecho un sufrimiento ese dolor. Tanto que tuvieron que recurrir a otra cirugía, en donde no encontraron nada extraño. Victoria supuso que fueron los nervios de él al haberse ido la anestesia, sumando que cuando duerme puede moverse y sin querer recostarse sobre las áreas lastimadas.

Predetti estuvo al tanto de todo esto, analizando cada cosa para que a su paciente molesto no le pase nada grave. Ella tenía empatía con él, no quería ni imaginarse lo difícil que era estar en su lugar, y lo último que quería era que YoonGi tenga una dolencia más, o para peor, otra fractura. Las manos de él estaban llenas de cortes cerrados que poco a poco terminarían de cicatrizar, pero el dueño de las mismas no veía eso por tenerlas vendadas.

Bitter| myg.✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora