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dos

⎯ ¡Caso de emergencia, repito, caso de emergencia!⎯ logró oír Min mientras sentía que todo le daba vueltas, le costaba muchísimo abrir sus ojos y una máscara de oxígeno estaba sobre su nariz y moca. Escuchó pasos apresurados antes de volver a perder la conciencia, y una voz femenina que daba una orden.

El cuerpo de YoonGi estaba helado, y los enfermeros junto a la doctora que tenía asignado el paciente, estaban preocupados, frente a sus ojos tenían un claro caso de hipotermia. La ropa de él estaba mojada, y tenía algunos cortes en sus manos y rostro. NamJoon había sido quien llamó a la ambulancia y policía luego de escuchar el grito asustado de su amigo, tuvieron que rastrear la llamada para poder dar con la ubicación.

Habían encontrado a YoonGi sumergido en el agua junto a su auto, estuvieron diez minutos para poder encontrarlo y por suerte no había muerto, aunque tuvieron que darle reanimación en la ambulancia porque perdía pulso. Nadie sabía qué era lo que había pasado, y Min aún no despertaba, así que lo único que quedaba era esperar a que él abra los ojos.

Victoria Predetti, la doctora encargada de YoonGi y unos pacientes más, no podía hacer mucho teniendo al chico desmayado. Solo pudo sacarle una pequeña muestra de sangre en caso de ser necesario, ayudó a cambiarle la ropa y secarlo, le inyectó suero, lo llevó a la sala de cirugías y revisó algunas cosas importantes como el pulso, la respiración, su cuerpo para ver si tenía alguna lastimadura, y no más de eso. Lamentablemente, lo primero que se percató, fue de que sus manos estaban destrozadas, y seguramente no iba a poder volver a usarlas, o si lo haría sería con muchísimo esfuerzo de terapia, cirugías, entre otras cosas. Un proceso que claramente iba a tardar.

La chica no era doctora reciente, ya hace cuatro años que se había graduado y trabajaba en ese hospital. Así que todos ahí le tenían cariño, y los pacientes que le llegaban ella siempre los trataba con respeto y cariño, pero así también sabía cuándo ponerse firme. Victoria había llegado desde Estados Unidos hasta Corea por una simple atracción al lugar, aparte de que quería conocer las universidades de ese país y de paso empezar en una.

Luego de algunas horas YoonGi finalmente abrió los ojos, escuchando a su lado el típico "pip...pip...pip..." de la máquina a su costado que marcaba su pulso. Se dió cuenta que estaba en una sala de hospital y rápidamente se asustó, comenzó a sentirse ahogado con aquella máscara de oxígeno, le desesperaba tener una aguja en su brazo a causa del suero y cuando vió sus manos, completamente vendadas, pegó un grito al cielo que se podría decir que pudieron escucharlo hasta en África.

Entre toda esa desesperación tocó el pequeño botón que se encuentra a un lado de la camilla de todos los pacientes, el cual era un llamado hacia su doctor, o algún enfermero. Min estaba teniendo un ataque de pánico y nadie estaba con él, no recordaba cómo terminó en ese lugar que estaba lleno de olor a anestesia, alcohol, y se escuchaban llantos de bebés o familiares. La máscara de oxígeno se movió de su rostro y él miró hacia la puerta cuando está se abrió, revelando a una rubia que llevaba una blanca bata. Min al instante se dió cuenta que era su doctora.

⎯ Tranquilizece, sino tendremos que sedarlo.⎯ dijo la mujer acercándose a la camilla. Le sacó la máscara de oxígeno en él y miró el suero, controlando que esté todo bien y en la desesperación no se le haya salido la aguja.

Victoria le indicó que tome respiraciones profundas, inhalación por la nariz y exhalación por la boca. Luego de unos diez minutos YoonGi ya estaba mucho más calmado, pero sus delgadas piernas temblaban un poco.

Él, después de pasar por ese feo ataque, se dedicó en mirar mejor a su doctora. Era obvio que coreana no era, le gustaba su cabello castaño claro casi rubio, seguramente era teñido. La mujer era bajita, no debía pasar el 1.70, tenía unas apretujables mejillas y no podía saber bien si era delgada por la ropa que llevaba, pero sus piernas se veían rellenitas.