𝐿𝑖𝑑𝑖𝑎.
Unas horas atrás había recibido un correo diciéndome que la AurPair llegaría hoy y siendo honesta, ya no recordaba que había pedido una. El proceso fue largo y me hubiese gustado que llegara hace unos días atrás para evitar... Ya saben, todo esto.Estaba camino al aeropuerto en busca de la chica. David y Gala se habían quedado con Sebas y con los bebés. Ya casi llevaban una semana en mi casa y agradecía el apoyo.
Isabella Duarte, era el nombre de la chica a la que buscaba. Era mexicana y estudiante de Medicina en alguna universidad de Alemania que no conocía.
Yo llevaba un cartel con su nombre y me sentía como en las películas. Varias chicas pasaron y ninguna parecía llamarse Isabella. Miré mi reloj varias veces, pues tenía que hacer otras cosas y no quería estar tarde.
Después de varios minutos parada, una chica de pelo castaño y lentes se acercó a mí. Vestía unos jeans negros desgastados y un enorme abrigo lila; había investigado bien sobre el clima.
—¿Usted es Lidia Córdova? —preguntó leyendo un papel entre sus manos, volviendo a mirarme.
Ignorando el hecho de que el usted me haya hecho sentir vieja, asentí con la cabeza y le ofrecí mi mano. Seguramente teníamos la misma edad.
—Sí, soy yo. Mucho gusto, Isabella, ¿cierto? —le sonreí amable.
—Sí, así es. Muchas gracias a usted y a su esposo por aceptarme en su casa. —decía mientras caminábamos hacia la salida del aeropuerto. —Tengo entendido que ambos son mexicanos, ¿no?
—Sí, los dos somos mexicanos. —le respondí y la ayudé a cargar su equipaje, pues traía dos maletas y una mochila que ella misma cargaba.
—¿Y por qué están en Alemania? —la miré con curiosidad y ella me sonrió inocente. —Lo siento mucho si pregunto mucho, pero en la información que me dieron sobre ustedes, no venía nada sobre el por qué de su estancia en Alemania. —explicó.
—Entiendo. —guardé silencio un momento para abrir la cajuela y después hablé. —Verás, mi esposo es futbolista profesional y un equipo de aquí lo compró. Así que bueno, esa es la razón. —subí y acomodé sus maletas en la cajuela y la cerré.
—¿En serio? —preguntó sorprendida. —¿En qué equipo de México estaba? —sus ojos avellana brillaban de curiosidad y sonreí.
—¿Te gusta el fútbol? —quise saber, abriéndole la puerta de copiloto. Asintió emocionada y subió a la camioneta. —Jugó en el América. —cerré la puerta, dejándola con la boca abierta.
Rodeé la camioneta, abrí la puerta y me subí. Me puse el cinturón y después giré para ver que ella ya lo tuviese puesto.
—¿Su esposo es Edson Álvarez? —preguntó de golpe y solté una risita.
—Edson es el esposo de mi prima y están en Holanda. —le dije riendo. —Mi esposo es Sebastián Córdova. —aclaré y arranqué la camioneta.
—Ay no, eso significa que usted conoce a Diego Lainez, ¿verdad? —decía emocionada y yo solo podía reír. Quizá así yo me veía hace unos años.
—Sí, obvio.
Ella comenzó a contarme sobre cómo había conocido una vez a Diego y este le había firmado un póster. Todo el camino habló de fútbol y me hizo preguntas sobre otros jugadores que le parecían interesantes.
Llegando a la casa, le dije que tenía otras cosas pendientes que hacer. Así que le ayudé a bajar sus maletas y las llevé a la entrada de la casa, en donde un Sebastián en pijama apareció en la puerta.
—Hola, amor. —lo saludé con un fugaz beso en los labios. —Ella es Isabella y nos estará ayudando con los bebés por un tiempo.
—Mucho gusto, Isabella. Soy Sebastián Córdova, el esposo de Lidia. —Isabella miraba con emoción a mi esposo y no decía nada. Él me miró confundido y solté una risa.
—Le gusta el fútbol, así que posiblemente hable de eso por horas. —le susurré a Sebas. —Muy bien, Isabella. Estás en tu casa, entra y Sebastián te presentará a los hermosos bebés con los que vas a convivir. —él me dedicó una mirada asesina y le lancé un beso.
—Muchas gracias, señora. —me dijo ella cuando reaccionó y la miré con una ceja alzada.
—Dime Lidia, por favor. —le supliqué y ella asintió. Me giré hacia Sebastián y volví a darle un suave beso en sus labios. —Me voy, espero no tardar tanto.
—Conduce con cuidado, ¿sí? Me avisas cualquier cosa. —dijo besando mi frente. —Te amo.
Tomó las maletas de Isabella y ambos entraron a la casa. Pude oír a la chica hablar sobre la vez en que lo fue a ver al Estadio Azteca y negué con diversión. Sentía que Isabella nos daría mucha diversión en casa.
Volví a la camioneta y conduje hasta mi destino: el Signal Iduna Park, pues hoy tendrían partido y sabía que ahí estarían ambos. Además de el director técnico y el dueño del club. Tenía que hacer algo para evitar que Hanna siguiera dañando la vida de los demás.
❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅
Después de mucho tiempo, ¡Hola de nuevo! 😭
Pido disculpas por desaparecer así de pronto, pero las situaciones que se han estado viendo últimamente, me hacen sentir estresada.
Y nada, ¿qué creen que paseeeee? Lidia está decidida, eh. 🤯
Espero que les guste y muchas gracias por el apoyo, nunca me voy a cansar de agradecerles. Las quiero y nos leemos luego. 🤍
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𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 ➳𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂́𝒏 𝑪𝒐́𝒓𝒅𝒐𝒗𝒂 #𝟐
ФанфикTe daré amor en la otra vida, en esta no me alcanzaron los años. 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 ¿𝐃𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬? 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐨𝐧𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥.