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Instituto de Medicina Forense

Shaka y Mu apenas habían hablado durante el trayecto que les condujo directamente a sus quirófanos. Ambos se habían estado preparando mentalmente para afrontar seguramente el reto más escabroso de su corta vida profesional. Sus ropas de calle quedaron bajo la custodia del vestuario, y ahora los dos estaban en una área restringida, antesala de su zona de trabajo y vistiéndose con los uniformes pulcramente esterilizados, cuidándose de protegerse la cabeza de forma que ningún elemento personal pudiera contribuir a contaminar el nuevo estudio.

La palidez que había acudido a tomar las mejillas de Mu todavía seguía instalada en ellas, y Shaka pudo percibir cómo los nervios que desestabilizaban a su amigo le mantenían perpetrando un lavado de manos más que exhaustivo. Después del secado, el primer par de guantes sintió costosa su colocación. El segundo y definitivo ya se deslizó con facilidad, y la bata impermeable fue lo último en acudir a cubrir sus cuerpos, ya vestidos con una camisa y unos holgados pantalones de un color azul Francia.

- Mu...¿estás bien?...

Shaka lo preguntó al momento de posicionarse a sus espaldas para atarle los cordeles del segundo ropaje de protección. Mu solamente fue capaz de asentir levemente sin articular palabra, esperando que Shaka terminara para hacer él lo mismo. Ninguno dijo nada más, y cuando el liviano impermeable de Shaka estuvo sujeto, éste se dio media vuelta, tratando de hallar la mirada de Mu.

- Eh...si no te ves capaz no importa...- Dijo Shaka, tomándole de los hombros en un gesto amical y reconfortante.

Mu suspiró para intentar conseguir algo de sosiego, observando de reojo y a través de un grueso ventanal, el cuerpo que les esperaba tendido en su cama de acero.- Sí...sí que puedo...y siento si todo ésto me ha abrumado en exceso...pero joder, Shaka...no puedo dejar de preguntarme, ¿cuándo dejaremos el alma de esta chica en paz?- La mirada llorosa de Mu regresó a la compañía del azul profundo de Shaka, quién fingía mejor sentirse más templado y firme, pese a no haber podido librarse de una presión estomacal que también le dificultaba la respiración.- Después de lo que sufrió..y de lo que ya le hicimos tú y yo semanas atrás...¡¿por qué otra vez?, maldita sea!

- Para conseguir que ella misma nos de las pistas para contribuir a que se encuentre el malnacido que le hizo ésto, y que pague por ello. Solo así podemos ayudarle a que su alma descanse en paz. Por ésto estamos aquí tú y yo. Ésta es nuestra misión.

- ¿Y qué nos va a decir que se callara la primera vez? - Insistió Mu, ojeando de nuevo la escalofriante visión del cuerpo.

- Es posible que el error estuvo en que nosotros no supimos escucharla bien. Quizás no le prestamos la atención que se merecía...- Las enguantadas manos de Shaka seguian sobre los hombros de Mu, tratando de transmitirle las fuerzas y la confianza en sí mismo que ahora le faltaba.

- ¿Y cómo puedes estar tan sereno tú? ¿Cómo lo consigues?

Una sonrisa nerviosa acudió a los labios de Shaka, quién negó levemente con su cabeza mientras no cesaba de mirar fijamente a su colega, aunque sus manos ya habían abandonado el contacto sobre sus tensos hombros.- No lo estoy, en absoluto...y te confieso que hoy, por primera vez en mi vida profesional, me he reprochado el no haber elegido otra especialización en lugar de ésta.

- ¿Pero qué dices...? Tú eres el mejor en ésto, Shaka...- Dijo Mu huyendo del magnetismo de la mirada que siempre le había atrapado.

- Somos los mejores, Mu. No te olvides de ésto. Somos un equipo que no funcionaría bien sin una de sus piezas, así que créete que eres importante aquí, porqué lo eres, y mucho.

- Exageras...

- No, sabes de sobra que no me gusta hacerlo...Y ahora respiremos hondo y vayamos a escuchar todo lo que Pandora nos quiera decir de nuevo, ¿de acuerdo?

Duelo Legal III: AcechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora