32. Violet

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La mirada de Thane se perdió entre la oscuridad de un pasado que quizás algún día fue luminoso para el médium. Las lágrimas seguían fluyendo, ahora bajo la observación que nunca antes habían tenido, siempre derramadas en secreto.

Kanon había caído otra vez sobre la silla, y sus ojos no cesaban de querer despellejar más y más la coraza con la que Thanatos se había protegido durante su torturada vida. Marin simplemente enmudeció ante el eco de esas palabras escupidas con dolor, y que seguían estrujándole el corazón.

- Thane...por lo que más quieras...por lo que más has amado en esta vida...- Dijo Kanon después de tragar con esfuerzo toda la acritud del trato que había arrancado esa necesaria confesión -...tienes que contárnoslo todo...Si no lo haces, yo me rindo.- Thane no se movió un ápice. Permanecía quieto, con la mirada nublada y evadida, respirando con la dificultad que le imprimía en el interior de su pecho el llanto que se obligaba a amarrar.- Por favor, necesito que empieces por aceptar en voz alta tu mayor secreto...para reconocer como se merece a tu mayor tesoro, como bien has dicho...

La voz de Kanon ya no reproducía ningún tono amenazante, sino más bien demandante y conciliador, a pesar que su mirada seguía mostrándose quizás excesivamente dura.

- ¿Y de qué va a servir que diga en voz alta que Pandora era mi hija? - Susurró Thane con dificultad y sin valor.

- Para poder pronunciar su nombre con la dignidad que te robaron, y la que ambos os merecéis.

- Su concepción no fue digna, precisamente...

Marin mostró el ademán de sacar la libreta que siempre viajaba dentro de su bolso y así poder anotar cualquier dato que pudiera ser relevante, pero la mirada de reojo que le brindó Kanon, acompañada de un gesto con su mano perpetrado bajo la protección de la mesa interpuesta entre ellos y Thanatos, consiguió que Marin renunciara a su intención y se limitara a escuchar, a grabar en su mente todas y cada una de las palabras que se auguraban a punto de ver la luz.

- ¿Su concepción fue fruto de un encuentro forzado? - Preguntó Kanon sin rodeos, a riesgo de quebrar con su cruda confrontación la inminente explicación que Thane necesitaba liberar de una vez. Thanatos negó con la cabeza al tiempo que sus callosas manos acudían a borrar los surcos que seguían dejando sus lágrimas sobre el dolor esculpido en su tez.- ¿Entonces? ¿Por qué su concepción fue indigna?

- Su madre era una mujer casada...- Dijo Thane, al fin hallando el coraje de enfrentar la mirada de Kanon, y mantenerse firme en su conexión.

- Era...

- Murió cuando Pandora contaba con tres años de edad. Y su marido también. Un incendio consumió la mansión donde vivían como família aristocrática que eran...la mansión dónde mi hermano trabajaba como artista personal en plena proyección mundial.

La introducción cesó, ayudando a acrecentar la impaciencia en Kanon, que se revolvió en su silla con el fin de apoyarse con ambos brazos sobre la mesa e invitar a reanudar la explicación, y hacerlo de forma clara y concisa.- Thane, te lo ruego, desde el principio...

Un suspiro atravesó los pulmones y los años de oscuridad de Thanatos. La contención de respiración de los abogados contrastó con la necesaria alimentación de aire que el médium necesitó proveerse para poder hablar, con el respeto y la claridad que la muerte de Pandora le clamaba sin cesar.

- Está bien...- Dijo al fin, permitiendo que su mirada se alejara de al atención que sobre él depositaba Kanon, aparentemente más calmado, aunque visiblemente tenso ante la expectativa que generaba la situación.- En ese entonces yo era algo más joven que tú, no mucho más auguro, pero mi "don" ya había trascendido fronteras. Hacía tiempo que me había alejado de mi família y su incomprensión ante semejante maldición. Hacía años que me había apartado de la influencia de mi hermano gemelo y de su eterno odio hacia mí. Pero mi nombre era conocido, mucho antes que él siquiera soñara en hacer importante el suyo, así que la família por la que Hyppolitos trabajaba como pintor reclamó mis servicios...Siempre hay personas que necesitan cerrar círculos entorno a sus seres queridos que ya se han ido, y Violet contactó conmigo. Desagradable fue la sorpresa cuando viajé a su mansión y allí hallé a mi hermano, recibiéndome con el mismo odio que le conocí desde el momento de tener consciencia. No le gustó que la apoderada família que estaba catapultándole a la cima del mundo del arte solicitara mi ayuda en temas que él nunca aceptaría. Pero fingió...como siempre. Hyppolitos siempre ha sido, es y será un maestro en el arte de fingir...quizás más que en el de pintar...Así que hallándome atrapado en esa disyuntiva, decidí llevar a cabo las sesiones necesarias para ofrecer ayuda a esa mujer que necesitaba despedirse de quién no había podido hacer en su momento, sin contar que me enamoraría de ella...y que ella acabaría sintiendo lo mismo por mí. Nuestros encuentros comenzaron siendo furtivos y clandestinos, pasionales y adictivos...perpetrados siempre en las sombras, alejados de la moralidad que a ambos hubiera debido cortarnos las alas, las mismas que en exceso dejamos volar.- Cuando Thane se detuvo en el eslabón posiblemente más dulce de su pasado, Kanon pudo apreciar cómo su rostro se moldeaba con unas finísimas líneas que reflejaban felicidad, transformándose repentinamente en el boceto de una añoranza difícil de soportar.- Hacía años que Violet deseaba ser madre, pero el tiempo le hizo creer que ella no sería nunca bendecida con ese sublime don...Hasta que el mismo tiempo le mostró que ella se equivocó en su convicción. Que no era ella la que no estaba bendecida con la belleza de la procreación, sino el aburrido esposo que la trataba con el mismo interés y respeto que otorgaba a cualquier objeto de su excéntrica y desmesurada fortuna. Pero Violet calló. Quizás por miedo, quizás por no caer en deshonor...Y también fingió, como tan bien hacía Hyppolitos cada vez que nos cruzábamos y que nuestras miradas se encontraban sin ilusión. Le hizo creer a su esposo que por fin el universo les había concedido el regalo de ser padres de una hermosa criatura, sin decirle que esa criatura no le pertenecería jamás, prometiéndome a mí que yo la conocería cuando ella tuviera el valor y la oportunidad de huir conmigo, dejando todo ese superficial mundo atrás. Pero ese momento nunca llegó. Ni siquiera pude ver nacer a la niña que debía ser la luz de mi vida...porqué tu padre, Kanon...tu padre lo impidió...

Duelo Legal III: AcechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora