11. Presión

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Camus se internó en su despacho, invitando a Shaka y Mu a seguirle. El inspector les ofreció cordialmente un par de cafés, lo cual ambos forenses aceptaron y agradecieron después de haber superado una larga noche en vela.

- ¿Qué es lo que tenemos aquí?

Shaka le ofreció el informe redactado de forma rápida y poco trabajada, achacando el matusero resultado a la falta de tiempo y prometiendo una segunda entrega más acurada.

- Es un boceto general de lo más importante...- Informó Shaka mientras observaba con seriedad la adusta expresión de Camus al leer la información.- Lo más relevante que hemos podido deducir a través de los moratones en sus brazos es que alguien le sujetó con extrema fuerza para que una segunda persona le inyectara una gran dosis de Fenciclidina, causante con una seguridad del 90% de su estado comatoso. Sufre heridas internas derivadas de la sarta de golpes recibida, así como una fractura en el húmero derecho, causada seguramente por el forcejeo con el que trató de defenderse. Si te fijas...- añadió, tomándose la libertad de acercarse las fotografias del cuerpo para dar con la que le interesaba - los moratones en el brazo izquierdo coinciden con lo que serían los reultados de una fuerte presión sobre el músculo, una presión ejercida por los dedos de una mano grande, masculina.

La imagen volvió a deslizarse hacia las cercanías del campo de visión de Camus, quién la tomó entre sus manos y la analizó en silencio.

- Además, en las uñas hemos encontrado restos de piel y sangre que no pertenecen al chaval.- Mu amplió la información consiguiendo que la mirada de Camus se posara sobre él un segundo antes de deslizarla de nuevo hacia los papeles esparcidos frente a él.- Ésto indica que el joven se defendió, quizás arañando una zona descubierta de sus agresores, seguramente el rostro o el cuello dado que hemos hallado también un cabello claro atrapado bajo una de las uñas.

- No se aprecian cortes ni incisiones de ningún tipo, así que descartamos que haya sido agredido con arma blanca...

- ¿Ha sufrido agresiones sexuales? - Preguntó Camus mirando alternativamente a cada uno de los forenses por debajo de sus contraídas cejas.

- No. No hay ninguna muestra de fluidos sexuales en ninguna zona de su cuerpo, ni heridas que evidencien lo contrario.- Shaka cesó con sus palabras y Camus suspiró sonoramente al tiempo que apoyaba el mentón sobre su mano, cubriéndose parcialmente los labios mientras seguía leyendo y contrastando la información con las fotografías.- Ahora estamos a la espera de un segundo análisis más exhaustivo para corroborar los primeros resultados. Así mismo debo decir que en el hospital seguramente se destruyeron pruebas por el hecho de haber aseado al chico antes de permitirnos el acceso.

- Salvar la vida del muchacho era la prioridad.- Acotó Camus con sequedad.

- Estoy absolutamente de acuerdo con ello, pero le podrían haber estabilizado sin borrar posibles pruebas.- Se justificó Shaka.

- ¿Cuánto tardarán los segundos resultados de los análisis para contrastar los primeros? - Inquirió el inspector, haciendo caso omiso de las quejas de Shaka.

- Horas...- Dijo Mu, quien también lucía un aspecto más que cansado, pese a la oleada revitalizante del fuerte café que el inspector se procuraba gracias a una buena y pequeña cafetera afincada en su despacho.

- Pues id a descansar, que os hace falta, y nos vemos cuando los tengáis en vuestro poder y estéis en disposicion de redactar el informe definitivo para el juez.

- ¿Y qué va a pasar con Valentine?

La pregunta que se escapó de Mu servía a su preocupación hacia el joven practicante, y la respuesta de Camus le tranquilizó, aunque sólo en parte.

Duelo Legal III: AcechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora