14. En su salsa

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Comisaría de Policía

- No comprendo por qué me van a mantener arrestado...¡Yo no he hecho nada, Kanon! - Bramó Valentine, llorando como si de un chiquillo abandonado se tratara.

- Nada, nada no es exactamente la palabra...- Le recordó el abogado mostrando todavía cierta distancia con el muchacho.

- ¡Pero yo no he matado ni apaleado a nadie! ¡¿Y qué se cree este inspector?! ¡¿Que las lesiones que tengo me las hice yo mismo?! ¡A mí también me emboscaron como a Kagaho!

- ¿Sabes cuál fue tu peor error? ¡No haberlo denunciado cuando te sucedió, maldita sea! - Exclamó Kanon golpeando con el puño la mesa que les separaba, haciendo caer el bolígrafo y asustando aún más a Valentine, que se encogió de hombros y se sorbió los mocos como pudo.- Ahora, gracias a tu cúmulo de estupideces, tanto tú como el señor Thane Sifakis os quedaréis en esta nueva residencia a pensión completa unos días. ¡Y deja de llorar, joder! ¡Que ya no eres un crío!

- ¿Y ahora qué pasará? - Insistió Valentine, mirando a Kanon con los ojos completamente tomados por el llanto y el miedo.

- ¡Pues no-lo-sé! - Kanon le respondió recalcando unas innecesarias pausas para hacer su respuesta todavía más despreciativa.- Debo pensar...y mucho.- Añadió, rascándose la cabeza enérgicamente, dejando su cabello más alborotado de lo habitual.- Primero deberíamos avisar a tu familia...

- ¡No! ¡No, por favor! - Los ojos de Valentine se desorbitaron al escuchar dicha proposición, temiendo las consecuencias que tan devastadora noticia podrían acarrear a la salud de su padre.- Si mi padre sabe ésto se hundirá más...y mi madre le necesita...por favor Kanon...no le digas nada, te lo ruego...

Kanon le observó fijamente, sintiéndose en parte tocado por todo el lastre que Valentine arrastraba con él, y que le había lanzado a cometer verdaderas locuras por no haber sido capaz de pedir ayuda y confiar sus problemas a las personas que le hubieran podido ayudar.

- De acuerdo...de momento no será informado, pero vete haciendo a la idea que si ésto se complica mucho más, deberá saberlo.- Valentine asintió con la cabeza mientras bajaba la vista y tragaba saliva con esfuerzo y dolor.- Y una cosa más...a partir de ahora no hables con nadie sin mi presencia. No me ha gustado nada que te viera la psicóloga ésa. Y trata de pensar en positivo...- Dicho ésto Valentine miró con estupor a Kanon, no comprendiendo en absoluto dónde podía ver un lado positivo en todo aquello.- ¡¿Y ahora por que me miras así?!

- ¿Cómo que piense en positivo? ¿Te ríes de mí otra vez?

- ¡A ver, condenado tonto! Si estás aquí, aunque sea en calidad de arrestado, los que sean que te acechan no podrán hacerte nada. ¿Lo vas pillando? - Se explicó Kanon con retintín, acompañándose de un jocoso gesto de su mano al emular ajustar la sintonía a la altura de su sien.

En ese mismo momento Marin se hallaba reunida con Thane, y aún no habían podido dar con la psicóloga Phantasos, que se presentaba más como un holograma travieso que se escondía de ellos que como una persona real. Pero como se solía decir en algunas culturas...si Phantasos no se cruzaba con ellos, ellos irían a ella. O mejor dicho, Kanon acudiría a ella.

Así de simple.

Así de casual.

No le costó mucho dar con el despacho en cuestión. Su certeza se auguraba absoluta, dado que todo el mundo ensalzaba la belleza de la misteriosa psicóloga y esa mujer que se vislumbraba tras la vieja persiana era la única en todo el edificio que se presentaba fiel a la percepción de "bella". Aparentemente la chica estaba tecleando notas con diestro frenesí en las teclas de su ordenador, y una vez hubo concluido, la impresora no demoró en empezar a escupir un fajo de papeles que contenían información. Si confidencial o no, éso era algo que ella no iba a decidir.

Duelo Legal III: AcechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora