Algunos días después...
La vista del proceso contra Thane y Valentine se presentó antes de lo esperado por Kanon y Marin. Apenas tuvieron tiempo de prepararse con decencia los argumentos que usarían para plantear una defensa que a priori les estaba haciendo aguas por todas las costuras de sus proposiciones. El juez Dohko la había presidido, y ante ellos el recién ascendido fiscal no mostró siquiera un grumo de empatía hacia un caso que le estaba alimentando el ego de forma peligrosa.
Shura fue implacable. Frío y tenaz en una acusación que se sentía justificada y respaldada por todas las nuevas pruebas que habían aparecido ante todos. Y la prensa allí estuvo para dar fe de un nuevo giro en el caso que morbosamente se bautizó como "El asesinato de Pandora la Gótica". El hecho que el principal y nuevo sospechoso fuera hermano del famosísimo artista "Hypnos", padre adoptivo de la víctima, ya era de dominio nacional. Los trapos sucios de su pasado velozmente se habían convertido en alimento de millares de mentes curiosas y ávidas de espectáculo a costa del calculado sufrimiento y dolor que Hyppolitos no había cesado de prodigar de un programa televisivo a otro.
El fiscal al mando demandó la pena máxima de prisión por Thane Sifakis, y de quince años por Valentine, asumiendo su papel de cómplice en el homicidio. Llegar a algún tipo de acuerdo con la "nueva" Fiscalía fue con algo que ni Kanon ni Marin soñaron, debido a su firme creencia de la inocencia de ambos, y al sobrepasado juez Dohko no le restó otra opción que fijar la fecha del inicio del nuevo juicio en el día 2 de Enero.
Shura apenas les dedicó una fugaz mirada durante su comparecencia ante el juez, y para asombro de Kanon, el español parecía estar encontrándose muy a gusto en un rol que durante años había visto desempeñar a Saga desde las fieles sombras de su siempre excelente asistencia. El fiel amigo de Saga estaba cambiado. Ésto se convirtió en una obviedad difícil de despreciar incluso por Dohko, quién le conocía desde hacía un considerable tiempo. Lo que el juez ignoraba eran los motivos que propiciaban dicho cambio, y con paciencia tuvo que asumir que el nuevo proceso sería llevado con mano de acero por el nuevo fiscal, adiestrado por el astuto e impecable Saga Samaras. Pero lo que en realidad más le preocupaba al tranquilo Dohko era tener que vérselas otra vez con la versión poco pulida de su conocido fiscal, deseando poder agarrar energías durante las inminentes fiestas para afrontarle de nuevo las discutibles formas desarrolladas ante un tribunal.
Escapar de los Juzgados indemnes fue otra opción que los abogados defensores asumieron imposible. Decenas de periodistas aguardaban su salida, y las tediosas cámaras de televisión ya se habían instalado en la Sala de Audiencias para no salir de ella hasta concluído el proceso.
- Kanon, ésto no me gusta nada...- Susurró Marin cerca de su colega.- Odio cuando la prensa se planta de lleno a entorpecer nuestro trabajo.
- Tú no hables, sobretodo. Todo lo que podamos decir lo usarán en nuestra contra.- Le advirtió Kanon antes de cruzar el umbral que los lanzaría directamente a los leones.
- Y tú contrólate. Tampoco digas nada, y por lo que más quieras...no mandes a nadie a tomar viento porqué abrirás todos los telediarios de hoy.
Marin no lo sugirió. Directamente se lo ordenó, sabiéndose ya conocedora experta de los prontos de carácter de su indómito colega.
- ¿Pero por quién me has tomado? - Masticó Kanon observándola de reojo con su media sonrisa dotándole el rostro de picardia.
- Por quién eres, Kanon. No me fio de ti.
- ¡Tranquila mujer! Si lo hago será con elegancia...
Marin suspiró impotencia mientras negaba con la cabeza la incapacidad de Kanon de querer controlarse. Porqué saber hacerlo era completamente posible y factible en su caso, pero esa sonrisa que no se difuminaba en el rostro del abogado le daba a entender que no quería.