Instituto de Medicina Forense
La excusa enmascarada de mentira que Shaka vertió para poder escapar de las clases de protocolo que Saga quería impartir con Kanon resultó ser más veraz de lo que el forense había supuesto, consiguiendo sentirse menos culpable gracias a la presencia de tres cadáveres que realmente estaban desquiciando el siempre sólido temple de Mu.
- No sé por qué querías escapar de tu casa, pero llegas como caído del cielo...
Éste fue todo el saludo que Mu le ofreció al verle acceder a la zona quirúrgica, vestido ya con sus habituales ropajes de color azul Francia.
- ¿Qué ha pasado aquí? - Preguntó Shaka, observando desde una distancia prudencial los tres cuerpos calcinados, uno de ellos dolorosamente pequeño en tamaño.
- ¿No te has enterado? - Inquirió su colega, alzando la mirada sólo para reafirmar la urgente y vanagloriada presencia de Shaka a su lado, quién negó con la cabeza al tiempo que se recogía el rubio cabello a la altura de la nuca y lo sujetaba con una goma.- Un incendio en una vivienda de las afueras de la ciudad. Al parecer dejaron la estufa de gas prendida durante la noche, con la mala fortuna que se hallaba demasiado cerca de un mantel...o las cortinas, éso no me ha quedado claro, pero ya ves el nefasto resultado.
- ¿Y por qué no me llamaste, Mu? - Shaka se enguantó las manos con rapidez, y seguidamente fue en busca de una mascarilla de tela.
- No te encontrabas bien por el resfriado...no quería molestarte. Es más, todavía no sé si te encuentras bien...
- Estoy perfectamente. Y mejor pasarme el día aquí que en casa.- Respondió, acercándose al cadáver de más volumen, posicionándose al lado de su colega para poder ver hasta dónde éste había avanzado en la autopsia.
- ¿Has discutido con Saga? - Preguntó Mu, sintiéndose terriblemente mal al instante, sólo por el egoísta e impulsivo deseo de escuchar una afirmación como respuesta.
- No...no ha pasado nada con Saga. Estamos bien, pero ha venido Kanon para que Saga le "adiestre" la desenvoltura ante un tribunal...Puedes imaginarte el panorama que se ha creado en un santiamén. O me iba o enloquecía sin remedio.
- Vaya, así que al final ha accedido...
- Éso parece, aunque dudo que salga nada bueno de allí. Ahora debe estar sufriendo sus prácticas Rhadamanthys.- Shaka estudió el cadáver con atención mientras se explicaba con naturalidad, concluyendo la conversación sobre temas lectivos de protocolo procesal cambiando drásticamente de tema.- ¿Conclusión?
- Asfixia, como era de suponer antes de empezar.- Acotó Mu, dejando la última herramienta quirúrgica utilizada en compañía de las demás.
- ¿Le coses mientras empiezo yo con el cuerpo de la mujer?
A Shaka le asaltó un seguido de tres estornudos que aún consiguieron entorpecerle su rutinario proceder, pero rápidamente quitó importancia al asunto, alegando que a él los resfriados le duraban ni más ni menos que un suspiro. Mu inspiró con calma y agarró aguja e hilo sin añadir nada más. Sabía sobradamente que no era adecuado discutir. Si Shaka quería creer éso, pues que fuera feliz haciéndolo. No sería él quién le iría a contradecir.
Era ya pasado el mediodía cuando el interfono de su quirófano sonó. Mu cerró el flujo de agua que emergía de la manguera con la que estaba limpiando una de las mesas metálicas usadas y se acercó a atender la llamada. Shaka recién estaba cerrando el pequeño torso que yacía frente a él, y por la compungida expresión que mostraba su rostro Mu supo al instante que su colega estaba pasando uno de los habituales malos momentos de su incómoda profesión.