Capítulo 7.

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Septiembre, inicio de clases.

Bueno, las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Sofia, sentía que los dos meses se le fueron volando.

Hace varios meses desde su cumpleaños y se encontraba otra vez desayunando, ahora con quince años, dispuesta a ir a su segundo año en la secundaria.

Lo había pasado fenomenal sus amigas y los primos de Verónica la habían mantenido distraída todos los días, conversaban hasta la tarde con las tres chicas, via Skype. De alguna manera Nora era una de sus amigas más cercanas y más ahora que asistirían juntas a la escuela. Su hermano, Cameron, era un galán y siempre parecía amable con todo el mundo. Lo único desgraciado en todos esos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Chloe Hosterman. La chica, que por cierto, Sofia odiaba y le estaba haciendo la vida imposible.

Todos los días recordaba sus ojos. Había logrado dejar de escucharla o pensar en su risa, pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos.

Ahora, pensar que hoy la volvería a ver, le  revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía nerviosa y a la vez ridícula por sentir nervios. Aunque vivieran en las misma ciudad, nunca se la encontró y todo eso debido a que se enteró que fue a un viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea como sea, allí desgraciadamente estarían cara a cara.

-¡Agh, en serio, que horror!- Dijo hundiendo el rostro entre sus manos y su madre, Laura, la miró divertida.

-¿Sigues atormentada por esa niña, cariño?- Preguntó a su hija.

Laura, durante todo el año Sofia le había hablado sobre las chicas que la fastidiaban, diciendo que no era grave como para acusarlas y restándole importancia.

-¿Por qué se preocupan tanto por una chica?- Pregunto José, como siempre el no entendía la situacion.

-Porque esa niña lleva haciéndome la vida imposible.- Dijo dándole un mordisco a su emparedado, sentía la mantequilla de maní en el paladar. -Por eso no quiero verla.- 

Parece todo lo contrario, cariño. Has estado muy ansiosa estos días.- Le guiño el ojo y Sofia se ruborizo.

-¡Mamá!- La regaño, escuchando su risa. 

Después de un rato salió directo a la escuela, vestía igual que toda su vida: camiseta blanca, una camisa de cuadros negros y rojos, junto a unos vaqueros desgastados ajustados a la cadera, en conjunto con sus zapatillas converse. Este nuevo año optó por llevar su cabello liso y castaño con ligeras ondulaciones al final.

Al llegar, a la primera que encontró hablando en el aparcamiento fue a Verónica. Conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse, todos la saludaron con ánimos. Nora se echo a los brazos de Sofia y se colgó de ella, todos comenzaron a reír.

-Nora, ¡déjame respirar! Si nos vimos ayer.- Exclamó divertida, cuando la pelirroja se separó y le guiño un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Rowan, parecía muy feliz y los saludo a todos con la dulzura que la caracterizaban. Después de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible azul cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena. 

Como si fuese una película, de él comenzaron a bajar los que conformaban al grupito. Brenna y una chica llamada Sarah, conversaban animosamente entre ellas y no lucían igual que el año anterior. Ya que al cumplir los quince años era cuando las chicas comenzaban a madurar, claramente lo habían hecho ya que vestían con unos jeans de mezclilla ajustados hasta los tobillos y unas blusas vaporosas que dejaba al descubierto el abdomen.

RIVALES || DofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora