Capitulo 13.

684 46 2
                                    

Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesitas de madera que había en la feria. Sus amigas habían ido por algodon de azucar y Sofia se habia quedado a cuidar el puesto. El parque de diversiones era magnífico. Todas parecían estar pasándolo bien, a excepción de Sofia, que llevaba todos estos ultimos dias deprimida.

Aun recordaba el rostro de Dove; tan roto y en verdad parecía muy golpeada por las palabras que le había dicho Sofia. La ojimiel se arrepentía mucho.

Lo peor de todo es que después de que aquella pelea se había encontrado con la rubia. Al igual que otras veces, la había fastidiado con sus amigas, solo que había algo diferente. Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad de observar sus ojos fijamente, Dove siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.

Ya comenzaba a desesperarse, porque Sofia quería ver ese color verde que le quitaba el aliento. Se sentía como una necesidad, una ridicula y patetica necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma. No había ayudado en nada el nuevo pensamiento acerca de la rubia: querer besara.

La quería besar y eso la asustaba, era otra necesidad que le hacía temblar de pies a cabeza cada vez que la veía.

Observaba el rostro de Dove y sin poder evitarlo los ojos se le iban a su boca, tenía los labios mas hermosos del mundo y Sofia solamente tenía unas desesperantes ganas de morderlos y besarla hasta que le dolieran sus propios labios.

Suspiro ¿Qué leches le estaba sucediendo? No creía que fuera muy normal, el soñar todos los días con la misma chica y desear besarla. Mas si no era su amiga, más bien lo contrario. Era la chica que le hacía la vida imposible y allí estaba Sofia, suspirando por la rubia.

Cada vez... cada vez más las palabras de Dove hacían eco en su mente "¿No será que estas enamorada de mi?" Y en verdad, Sofia intentaba convencerse de que no era así, imposible. No, era una locura.

-Sofi ¿estás bien?- Preguntó Rowan acercándose a su amiga.

Llevaba una gorrita de oso en la cabeza, que había ganado en unos juegos.

-Si, claro.- Mintió bien mal, sabía con antelación que si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.

-¿Quiere un a las tazas giratorias?- Preguntó Nora al llegar, había rastros de azúcar en sus labios.

-¡Será divertido, vamos!- Animo Rowan, jalando a Sofia y Veronica de las manos, hasta llegar a la atracción y se montase en ella.

Estaban bajándose de los carritos cuando vieron a lo lejos al grito del salón, apareció la realidad despotricará sobre la suerte de Sofia. Todo le salía mal, y para joder mas las cosas allí estaba Dove, igual de hermosa que siempre.

Llevaba un vestido negro y un gancho en su cabello, reía mientras iba de la mano con Thomas y entrelazaba su brazo con el de Sabrina. Quería besarla, quería besarla, que la tierra se tragara a Thomas. Esa era una gran idea rondando en su cabeza. Soltó un gran suspiro y tomo a Rowan de la mano, quería alejarse de ellos a como diera lugar.

-Row ¿quieres ir a la montaña rusa?- Pregunto con una sonrisa a su amiga, ella parecía feliz.

-¡Claro!- 

-Vamos todas.- Dijo alegremente Vero y las cuatro se fueron a la atracción, dejando a los otros atrás.

Sofia logro respirar tranquila por unos segundos, eso hasta que fueron a comprar palomitas de maíz y casualmente allí estaba Dove. Tenía que ser una cruel broma de la escritora, ¿no?

De inmediato los ojos de Dove la vieron, pero aparto la mirada, sin dejar a Sofia ver sus ojos verdes por más de un segundo. Bufó irritada y se río un poco, al ver como Nora intentaba darle de comer palomitas, lanzándoselas, pero estas chocaban en su nariz.

Pero ella solo podía observar a Dove. La rubia sonreía mientras lamia un helado de fresa. {era su favorito porque ya la había visto comerlo varias veces, asi de acosadora era}, mas el estomago se le revolvía al verla dándole besos a su novio. Parecía querer tragárselo con el helado y a Sofia casi le entraron arcadas.

Ella quería besarla, besarla y borrar el sabor de es idiota de los labios de Dove. Le dolia el pecho a horrores, sentia una fuerte presion en el corazon y otra vez los ojos le ardían.

"Mierda, mierda, mierda" maldecía una y otra vez. Sus manos temblaban e intentó ignorar la escena que se desarrollaba frente a ella.

Hablo un rato con sus amigas, charlaban de cualquier cosa pero cada tanto voltean a ver a Dove, la rubia ahora estaba sentada en el regazo de Thomas mientras el chico le besaba el cuello.

Dolor, dolor y enojo. También odio hacia el chico, pero mas que todo, enojo contra Dove. No sabia porque se sentia asi, tan mierda. Todo le dolía, era horroroso y ella no encontraba explicación para su comportamiento. Se levantó bruscamente de la silla, sus amigas la observaron preocupadas, Sofia llevaba toda la semana rara y parecía que esta noche estaba peor que nunca.

-¿Esta todo bien, Sofia?- Pregunto Veronica, claramente preocupada por su mejor amiga e intentó tocarle el hombro, pero Sofia se apartó delicadamente.

Mostró una sonrisa forzada, pero no podía engañar ni a un ciego.

-Claro, solo... solo necesito ir al baño.- Dijo observando con suplica a sus amigas, para que la dejaran marcharse sin pedir explicaciones.

-Bueno,  si tardas mucho pensaremos que el inodoro te trago.- Intentó bromear Nora y recibió una débil sonrisa de su amiga.

Sofia caminaba rápido, intentado alejarse de la asquerosa pareja que había en la mesa cerca a ella. Fue hasta detrás de una de las carpas de franjas rojas y no se había dado cuenta, pero apretaba los puños tan fuertemente que sus nudillos estaban blancos. El dolor seguía, le encogía el corazón, y ahora no sabia que hacer. Comenzó a pensar en los ojos verdes, en su risa, sus labios. Oh, mierda. Ahora sentía sus mejillas húmedas y al abrir los ojos vio cual era la razón, estaba llorando.

-¿Que...? ¿Por que yo...?- Intento explicarse así misma mientras se secaba sus lágrimas con el dorso de la mano, se sentia ridicula.

¿Por qué lloraba? ¿Que era este dolor? Ella nunca lloraba, llevaba años sin hacerlo y esperaba que así hubiera quedado, no lloro ni cuando murió su adorado hámster.

Llorar apestaba, de seguro le iba a doler la cabeza y lo pero era que no sabía por que lloraba.

Todo era culpa de Chloe Hosterman. Ella era quien la hacía confundir, querer besarla, matarla, darle un golpe, abrazarla hasta romperle los brazos y besarle todo el rostro. Todo a la misma vez. Todo por culpa de esa maldita rubia de la cual estaba jodidamente enamorada. Abrió los ojos, sorprendida. No. Mierda. No podia, no podia, o ya lo estaba, era tarde, eran dos años tarde, se había jodido.

-No...- Murmuro entre dientes mientras ahora las lagrimas calientes caían con mas intensidad. -¿Era por eso? ¿En serio? ¿Al final ella tenía razón?-

Se preguntó a sí misma. Al parecer, Chloe Hosterman siempre iba un paso más adelante que ella.

Tenía razón, Sofia estaba celosa, {eso seria poco, estaba muerta de celos}, cada vez que la veía besar a Thomas.

Siempre la miraba todo el tiempo porque la ama, sus ojos la volvían loca solo porque la amaba, sus palabras siempre le dolían el doble porque la amaba tanto, que los insultos de Dove la herían profundamente y siempre la encontraba increíblemente atractiva, todo porque estaba enamorada de Dove.

Se dejó caer en el drama y rodeo sus rodillas con los brazos, los jeans en las mangas de su camiseta se estaban mojando por el roció del césped.

¿Desde hacía cuanto? ¿Cuando fue de pasar de destetarla a amarla?

Conclusión: ella nunca la odio, ella odiaba estar colada por Dove. Por eso en primer año creía detestarla, pero en realidad era todo lo contrario.

Duro una hora llorando todo lo que no había llorado durante dos años, desde que conocía a Dove. Lloraba por haber sufrido, lloraba porque ella tuviera novio y por lo que más lloraba, era porque Dove no sentía absolutamente nada por Sofia, que no fuera odio y desprecio.

A Sofia nunca en su vida se le ocurriría decirle, además, seguro sacaría provecho y se burlaría de ella el resto de los dos años que le quedaban.

Definitivo, amar era una mierda y la ojimiel ya estaba claro de eso.

RIVALES || DofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora