Capitulo 35.

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A los dos días Sofia se encontraba en su habitación, aburrida. Llevaba un gran yeso que le cubría el brazo fracturado. Debía esperar un mes para que sanará ¡Gracias Thomas-pito-corto! Por suerte sus amigas, que la habían visto ayer, le contaron que después del incidente expulsaron a Thomas del colegio durante una semana y que había recibido una gran reprimienda de la entrenadora.

También le contaron con detalle la gran pelea que había tenido con Dove, en la cual la rubia le gritaba que era un idiota como unas cien veces. Eso mejoró su día al máximo, el cual era un asco, ya que estaba sin hacer nada. Respirar no contaba como una actividad.

Solo podía pensar en la rubia, y para ser sincera, también en cómo estarían las cosas en la escuela. Sus pensamientos también viajaba a las otras dos rubias que adoraba, las Hosterman la tenían hundida. Su brazo dolía si se daba un golpe o lo sacudía. Así que ella no podía moverse mucho.

Ya era de tarde y sus amigas debían quedarse para el entrenamiento de Nora. Entonces Dove también debería de estar allí, se lamentaba ya que quería ver a la rubia. En verdad, quería ir a la escuela, pero su madre era paranoica.

Leyó varios libros durante las últimas horas, pero la aburrían, vio la televisión e intento hacer cualquier otra cosa que no requiriera utilizar su brazo. Gracias a dios que era el izquierdo, si no estaría completamente inútil. Ya era tarde noche cuando llego su mamá y la saludo, su padre y ella estaban abajo en la cocina mientras Sofia seguía encerrada.

Sofia estaba terminando de usar el ordenador, y llevaba uno de los audífonos cuando escucho el timbre. No le presto mucha atención, ya que debía de ser una visita para su madre. Seguía mirando unos videos en YouTube cuando escucho la voz emocionada de su mamá, Laura.

-¡Cariño, es para ti!- Dijo con la voz alegre y Sofia frunció el ceño, quitándose los audífonos.

-¿Para mi?- Preguntó gritando, para hacerse oír.

-¡Si, es una amiga tuya!- Dijo aún a gritos y Sofia se extraño, una sonrisa estuvo en sus labios. ¿Podría ser Rowan?

-¡Ya voy!- Exclamo divertida, sabiendo que Rowan igual subiría.

Pero si fuera ella, ¿su madre no se lo diría como siempre? Digo, ella solo tenía tres mejores amigas.

-¡Tomate tu tiempo, cariño, yo le muestro la casa a Chloe!- Dijo Laura riéndose mientras Sofia caía de la silla.

-¡¿Quién?!- Gritó alarmada, agradeciendo no haberse golpeado el brazo y salió corriendo por la puerta.

-¡Chloe, cariño! ¿No escuchas? ¡Me la llevare un rato!- Dijo su maligna madre mientras Sofia corría por las escaleras.

Sofia prácticamente salto los escalones y quedó de rodillas frente a la entrada, con el cabello alborotado. Llevaba unos short de lana y una camiseta holgada para dormir. No era la mejor vestimenta para dar saltos mortales.

Se levantó lentamente, ayudándose con la barandilla, hizo una mueca por su brazo y se encontró con su madre mirándola con desaprobación. Pero sus ojos se clavaron en la rubia en la puerta. Dove vestía una falda y una blusa muy linda mientras mostraba a Sofia una sonrisa tímida y sus ojos esmeralda brillaban con diversión.

-Sofia, debes tener más cuidado con tu brazo. No quieres volver al hospital, ¿verdad?- Advirtió su madre, al notar el rubor en el rostro de su hija observó como miraba a la rubia y aplaudió. ¡Era la chica de la cual su bebita estaba enamorada!

-Perdona mamá, es que... Chloe ¿Que... bueno? ¿Que haces aquí?- Pregunto levantándose mientras se rascaba la cabeza y torcía el cuello.

-Yo quería visitarte. Para saber si seguías viva, claro.- Respondió la rubia con una sonrisa tímida mientras miraba con adoración a la ojimiel, eso no le paso por alto a Laura.

RIVALES || DofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora