Extra 2

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-¿Sesión de estudio?- Sabrina observaba a su mejor amiga guardar sus libros en el casillero.

-Eso mismo Sabs.- Dove respondió rodando los ojos.

Estaban en pleno pasillo, era la última hora de clase. Sabrina intentaba convencer a su mejor amiga que la acompañara a su casa esta tarde, Dove se había negado, en este mes matemáticas comenzaba a dificultarse y a pesar de ser inteligente, quería quedar unas horas en la biblioteca repasando las clases de la semana. La rubia quería tener una noche de películas, pero la ojiverde insistía en tomar la tarde para los estudios.

-¿Y en dónde piensas estudiar?- La chica de ojos azules hizo un mohín.

-En la biblioteca, Sabs.- Al ver los ojos confundidos de su amiga le sonrió divertida. -Si no sabes, es una habitación con estanterías y mesas, en dónde hay una gran cantidad de libros...-

Sabrina la detuvo, alzando la mano frente al rostro de la rubia, torciendo la boca un poco ofendida.

-Se lo que es una biblioteca, Dove.- Bufó al escuchar la risa de la ojiverde.

-¿Entonces?-

-Me refería, ¿no podrías estudiar en mi casa? Es lo mismo.- La rubia alzó los brazos.

Dove negó suavemente con la cabeza, colgándose la mochila del hombro.

-No podría concentrarme.-

-¿Por qué?-

-¿Tú me dejarías estudiar en completo silencio y sin hablarme una sola vez en toda la tarde?- Le dijo alzando una ceja, Sabrina mantuvo la boca cerrada. -¿Ves? Prefiero ir a la biblioteca.-

Sabrina aceptó a regañadientes, alegando que aquella tarde planeaba comer un gran tazón de helado de fresa y galletas, sin ella.

La rubia sintió una lágrima car, ella también quería helado y galletas, pero a duras penas acepto su destino y fue pesadamente esa tarde a la biblioteca. Planeaba vengarse de Sabrin Carpenter, tal vez encerrándola en su baño, mientras Dove comía una caja entera de pizza al lado de la puerta.

Sonrió más animada por su malvado plan. Esperaba pasar unas horas tranquilas, en estos días no muchas personas acudían a la biblioteca así que estaría prácticamente sola. Al llegar a la entrada sintió que su corazón se le subía a la garganta, como un acto reflejo se ocultó detrás de la puerta, respirando rápido.

Cuando estaba levemente calmada, aspiró profundo y asomó la cabeza para observar nuevamente. En unas mesas más lejos estaba Sofia Daccarett de espaldas, pero Dove podía reconocerla, por su cabello. El de Sofia era más lacio que el de ella, también por la ropa que llevaba ese día, unos jeans blancos y un jersey. Se preguntaba en que momento le había tomado importancia a lo que vestía Sofia y eso que solo la había visto una vez en el día.

Dove sintió la tentación de irse, estudiaría otra tarde y así comería helado en casa de su amiga. Todo perfecto, pero ella quería estudiar, no se iba a privar de hacerlo solo porque la tonta de Sofia Daccarett estaba en la biblioteca. Bastaría con ignorarla y ya, no tenía porque sentirse cohibida por ella, de todas formas la perdedora era la castaña, no ella.

Con la barbilla en alto y espalda recta, para mostrarse segura, fue hasta una de las mesas junto a la ventana. En ningún momento observó a Sofia, no le daría la satisfacción de que la chica de ojos marrones fuera consciente de la atención extra que le daba la rubia. Con orgullo abrió su libro de cálculo y empezó a estudiar, anotando fórmulas.

Pasaron dos horas, Dove era plenamente consciente de la presencia de Sofia a unas mesas frente a ella, pero aún así no había levantado la mirada del libro ni una sola vez. Merecía un premio, justo cuando ya empezaba a concentrarse en la materia, había estado distraída pensando si Sofia la había visto, cuando escucho una silla arrastrarse.

Su cabello cubría su rostro, por ello pudo observar discretamente como Sofia se levantaba de la mesa con su mochila, dando por terminada su sesión y planeaba irse a su casa. Sofia estaba con los audífonos y la mirada perdida en otro lugar, no parecía haberse percatado ni de cerca de la presencia de Dove en la habitación. A la rubia le molestó como también le hizo sentirse aliviada, en partes iguales.

Sofia se estaba yendo, Dove sintió un ridículo impulso de llamarla o algo para evitar que se fuera, pero se mantuvo firmemente sentada a ella no le importaba. Clavó sus ojos en las páginas de números, al siguiente hora estudio perfectamente, ahora sin ninguna distracción.

Al día siguiente, en la cafetería, estaba lanzándole miradas asesinas a Sabrina por haber comido helado sin ella, ¡incluso le envió fotos cuando lo hacía! ¡traidora!

La ojiazul solo se reía, al sonar la campana la chica de ojos azules fue a su clases mientras Dove prefería ir al baño antes. Se estaba lavando las manos, pensando si llegaría a tiempo a clase de historia, cuando la puerta se abrió. Sintió un vuelco en el corazón, eran las voces de Rowan Blanchard y obviamente, Sofia Daccarett.

Su cuerpo reaccionó sin preguntarle, fue hasta una de las casetas y se ocultó en ella cerrando la puerta con pesillo, para evitar que la descubrieran, se subió en el inodoro, con la tapa cerrada por supuesto. Ni ella misma entendía por qué se escondía, ¿por qué tendría que tener pánico de que la vieran? No le interesaba para nada sea lo que fuera, que hablara Sofia con su amiga. Aún así estuvo atenta a lo que decían.

-¿Estudiaste algo, al menos?- Rowan le decía a la castaña, se escuchaba el agua del lavabo. -El examen de francés es la próxima semana.-

-Intenté, lo juro.- Dove contuvo la respiración al escuchar la voz de Sofia, no entendió el porque. -Pero se me dificulta, en verdad prefiero cualquier otra materia.-

-Tendrías que pasar más horas estudiando.- Sugirió su amiga.

-Ayer estuve toda la tarde con un maldito cuaderno, Row.- Sofia suspiró con una voz rendida. -Supongo que ir toda la semana a la biblioteca podría ayudar, ¿verdad?-

-¿Cómo ayudaría?- Rowan parecía divertida.

-Cuando estudio en la biblioteca me siento más inteligente.- La ojimiel dijo y pronto se escucharon las risas de la otra, Sofia bufó. -¡Venga, no te burles!-

-¡Es que es absurdo, Sof!- Después de unos segundos más de risas, volvió a hablar. -Si sigues así, terminarás todo el año en la biblioteca.-

Estuvieron un rato riéndose entre ellas por la falta de interés de la ojimiel en estudiar francés, hasta que finalmente se fueron. Dove abrió lentamente la puerta, para asegurarse de que estaba sola. Salió rápidamente del baño, de camino a su clase, pensando que seguramente llegaba tarde, nuevamente algo le salía mal por culpa de la castaña.

Pensaba en no volver a la biblioteca, si lo que decía Rowan era cierto, Sofia estaría mucho tiempo con ella durante sus sesiones de estudio. Tal vez podría estudiar en... Otra parte, para no cruzarse con la castaña. Si, lo mejor era aquella decisión, se lo estuvo repitiendo a si misma durante la primera hora de historia.

Aún así, esa misma tarde se hallaba nuevamente sentada en una de las mesas de la biblioteca, furiosa consigo misma por ir.

Miraba distraídamente su cuaderno, dando pequeños vistazos a la puerta. Ella había llegado más temprano, Sofia aún no aparecía. Al verla llegar se le quedó mirando, Sofia entraba con un suéter un poco grande para ella y dando un pequeño bostezo. Fue hasta su mesa, Dove podía verla de frene y sin darle un vistazo empezó a ller.

Dove la miraba, como la luz del sol de la ventana tras ella le daba a Sofia en el rostro, haciéndola parecer hermosa. Dove sintió un extraño calor en sus mejillas ante esos pensamientos, se levantó inesperadamente y con cuidado de que la castaña no la viera, se escabulló por unas estanterías hasta salir del lugar. 

Estaba confundida, últimamente siempre sentía estas nuevas sensaciones con la presencia de la ojimiel, quería estar lejos de ella.

Unos dos días después y Dove siguió asistiendo todas las tardes a la biblioteca, sin comprender por qué, a pesar de no querer ver a la ojimiel no podía mantenerse lejos de ella.

RIVALES || DofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora