Capitulo -2

902 120 4
                                    

Atrevido, pervertido, criminal y con muchas otras ideas, Airi denominaba a Daishinkan en ese momento. ¿Cómo le hizo para entrar? Estaban en un segundo piso y la puerta estaba cerrada, ¿Y como supo dónde vivía?, ¿La siguió? Esa idea le llenaba la cabeza con la siguiente interrogante que le aterraba un poco ¿Que quería con ella? .

Seguía allí contra la pared cubriéndose con la blanca cortina que colgaba de la ventana de la cual un bello cielo nocturno con una luna llena y sus estrellas adornando la noche.

- ¿Insiste con eso? - Daishinkan levantó una ceja - Solo me hace acudir en vano, no sé cuál es su motivo para hacerlo y luego negar que me llama - cuestionó. Le parecía extraño la reacción que esa mortal tenía ante él, en sus ojos se veía una mezcla de enojo con una pizca de temor y impresión.

- No sé cómo supo dónde vivía, llamaré a la policía - amenazó extendiendo la mano hacia la mesa para tomar su teléfono celular.

Airi marcó el número de emergencias pidiendo una patrulla que acudiera a su casa por un hombre que entró diciendo que era un ángel. Le dijeron que esa línea no era para hacer bromas y que si quería podían darle el contacto de un psiquiatra si creía que veía angeles en verdad. Al analizar lo que dijo, notó que sonaba ridículo ¿Quien iba a creer que hay un ángel en casa?. Aunque amenazó con llamar a la policía y lo hizo, Daishinkan no parecía tener ni un solo gramo de miedo o intenciones de marcharse.

- ¡Dime que quieres para que así puedas lárgate de mi casa! - exclamó con agresividad en su tono.

- Es simple, solo dígame la razón de su llamado - Daishinkan no cambió su semblante, aún permanecía sereno y tan inconmovible como en un principio.

- ¡Que yo no te...

- ¡¿Por qué gritas tanto?! - una voz infantil los hizo voltear a ambos hacia la puerta de la habitación - ¿Te estás volviendo loca? - le preguntó esa niña que de brazos cruzados miraba la escena con reproche en la mirada.

- Ve a tu cuarto, deberías estar haciendo la tarea - le dijo Airi desde su lugar.

- ¿Quien se concentra contigo gritando? - le reprochó - además... ¿Quien es él? - miraba a Daishinkan con curiosidad.

La niña era muy parecida a Airi, ojos verdes, piel clara y cabello castaño como ella, era su hermana menor, tenía seis años.

- Solo ve, luego te explico - le suplicó. La niña se fué y los volvió a dejar solos a los dos.

- ¿Quieres que te crea que eres un ángel y que yo te llamé con esto? Está bien, te creo - le puso cerca de la cara el cascabel dándole la razón para que se fuera.

- De verdad soy un angel - habló Daishinkan mirando esa joya en la mano de Airi.

- Si y yo soy la reina de este país - le dijo con sarcasmo en el tomo que usó con Daishinkan.

¿Y para que mostrarle a un terco que el cielo está arriba cuando su insistente terquedad lo busca bajo tierra? Así se sentía Daishinkan delante de esa muchacha. Ya se lo había dicho dos veces y seguía sin creerle, comenzaba a querer irse, pero seguramente el sonido lo iba a seguir atormentando para que acudiera al llamado, ahora que sabía cómo era quien lo llamaba, le resultaba molesto. 

- Me parece que las flores marchitas que yo hice revivir le demostraron mucho ¿No? - al decir eso la muchacha ladeó la cabeza recordando eso.

Era verdad, él hizo eso y no tenía explicación natural de este mundo. Era una acción que sobrepasaba a lo lógico y lo normal. ¿Daishinkan le estaba diciendo la verdad?.

- Usted me cree ¿No es verdad? Si no fuera así, ya me hubiera echado como lo hizo está tarde. Inconscientemente me ha demostrado y se lo demuestra a usted misma que cree cuando le digo mi procedencia - le sonrió con esa sonrisa a la cual muchas interpretaciones de lo que ocultaba detrás se le podía dar.

Yo No Te LlaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora