Capitulo -9

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El problema que Airi tenía con su tía era respecto a la custodia de su hermana. Según la demanda que puso en contra de Airi según protección infantil. Decía que la joven en su situación era incapaz de cuidar de una niña pequeña, ya que no podría dedicar el tiempo suficiente, sin mencionar que si algo le sucedía a ella, la pequeña quedaría sola en su totalidad. Un poco de razón tenía la mujer, ya que si no fuera por Daishinkan, Airi hubiera desmayado sola en la calle en compañía de la niña. Ese tipo de problemas eran los que le preocupaban a la tía.

Airi sentía que era innecesario, ya que su salud había mejorado y con la pequeña estuvo incluso cuando su salud estaba devastada. No era justo que le quitaran a lo único que le quedaba, no lo iba a permitir.

Esos dos días libres pasaron, esa mañana estaba en su trabajo como era de costumbre. Airi no podía apartar miles de pensamientos de su mente, estaba ida y algo distraída. Solo pensaba en que en una semana habría un juicio dónde se determinaría a quien le concederían la custodia de su hermana y en esa tarde, protección infantil le harían varias preguntas a su hermana, verían como era en realidad la vida de esa niña con ella, entre otros procesos más para determinar aquello.

Tarde salió ese día del trabajo, estuvo muy alterado, suerte que no tuvo que salir, ya que otro hizo entregas por ella. Airi solo se quedó entre el olor a flores en sus macetas y dulces recién hechos; una mezcla muy dulce, pero agradable.

De camino a su casa era de tarde, salió lo más temprano posible para recibir a esas personas. Caminaba un poco apurada entre las calles que iban de bajada y subida, sin aire llegó a la puerta de su casa, dónde se llevó la sorpresa de que ellos habían llegado, estaban con su hermana en su casa.

-Buenas tardes, señorita Airi -le dijo el hombre al ponerse de pie.

Estaban un hombre y una mujer sentados en el sofá de su sala en compañía de la pequeña. Quien sabe que tipo de preguntas le hicieron cuyas respuestas pueden sonar mal cuando no lo son.

-Buenas tardes -balbuceó luego de reponerse de la falta de aire.

-¿Sabe usted que la cita era a las 4:00pm? Acaba de llegar algo más que solo media hora tarde -le reclamó el hombre.

-Lo siento, no pude... -Airi se pausó al ver que ese hombre traía en manos una libreta y lápiz, ellos si estuvieron haciendo preguntas- No pude conseguir transporte -concluyó su frase.

-Hubiera tomado precauciones. Si hermana estuvo sola mientras usted estuvo ausente. Cuando llegamos ella estaba por entrar; que bueno que llegamos para darle la atención debida -le dijo la mujer de imponente mirada.

-Rara vez llegó tarde, cuando sucede, mi vecina viene a supervisar a mi hermana -le contestó.

Así transcurrió todo, preguntas que más bien le parecían acusaciones, repuestas justificantes que ellos le conseguían un "No está bien" o al menos eso creía ella. Otras veces le parecía que todo iba bien, que parecían entender la situación y que tenía todo bajo control, pero a fin de cuentas sería un juez quien determinaría las cosas.

Cuando esos dos se fueron ya era de noche, bastó con que Airi cerrara la puerta tras ellos para preguntarle a su hermana:

-¿Qué te dijeron cuando yo no estuve? -le preguntó con intriga en la mirada.

-Que deberías haber estado aquí, nada más -le respondió sin darle importancia- ¿Ellos son malos? -le preguntó con un gesto inocente dibujado en su rostro y una mirada acorde a eso.

-No, ¿Por qué lo dices? -le cuestionó la mayor al darse la vuelta para ir a la cocina a hacer la cena para ambas.

-Ellos me preguntaron si quería vivir contigo o con nuestra tía. A mí no me gusta vivir con ella, pero parece que ellos quieren que te deje -le contó.

Yo No Te LlaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora