Capitulo -19

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Airi jugaba con una servilleta entre sus manos, debajo de la mesa apartado de la vista de Daishinkan y Toan. Tenía la mirada agachada, no sabía bien que debería hacer en ese momento.

-¿Y bien? -interrogó Toan buscando la mirada de Airi.

Airi soltó un suspiro de lo más profundo de su ser. Quería responder, pero no sabía si su respuesta sería la mejor decisión que podría tomar para si misma.

-Luego te digo -levantó la mirada a él- No es el momento ahora -le dijo a penas mirando de reojo a Daishinkan. A él se refería con el mejor momento.

-Puedo esperar más -le sonrió con ternura en la mirada.

-Me alegra -le devolvió la sonrisa- Dai es un buen amigo, lo conocí hace tiempo y me ha ayudado mucho -añadió para no dejar a Daishinkan fuera del círculo, aunque más bien era para cambiar el tema.

-¿En serio? -le sonrió a Daishinkan- Me alegra bastante saber que alguien además de mí es gentil contigo.

-La señorita Airi merece más que gentileza -contestó tomando la servilleta de su regazo para limpiarse la comisura labial lentamente mientras tenía los ojos cerrados- Creo que usted entiende a lo que me refiero -agregó mirando al joven hombre.

-Porsupuesto que entiendo -contestó- Conozco bien que necesita, por ello me agrada cuando alguien tiene este tipo de tratos con ella, aunque he de admitir que hay ciertas cosas que prefiero otorgar yo. Tu me entiendes -rió con galantería, pero eso no evitó que Airi pellizcara su pierna cerca de la rodilla al oírlo. Él solo la miró y le sonrió como diciendo "perdón" con esa mirada tierna que solo le dedicaba a ella.

-Claro que entiendo -contestó- Lo comprendo a la perfección.

Toan miró a Daishinkan con atención por un momento. Había algo inusual en él, no era su color de cabello, tampoco el de sus ojos, aunque era poco común ver a alguien albino y menos con síndrome de Alejandría, no era eso lo que le resaltaba en Dai su atención. Era la forma en la que hablaba, y no era su formalidad, sino como comentaba y respondía respecto a Airi. Debía admitir, él parecía tener algo más que solo lo que sus palabras delataban. Tal vez celos. Más Dai no los sentía en realidad.

Delante de los ojos de Daishinkan, ese hombre buscaba ciertas muestras de afecto de la muchacha, y también se las daba, como por ejemplo discretas caricias y y sonrisas que delataban cariño, pero Airi parecía incomodarse con ello, puesto que las recibía con cierto comportamiento o gestos detrás que delataban su incomodidad. A veces miraba a Daishinkan, a veces intentaba buscar un tema más de conversación entre los tres, pero eso no lo evitaba. El Gran Sacerdote conocía porque se comportaba así, esa actitud se debía a su presencia. Conocía el dilema en que se encontraba Airi, lo quería a él, pero también estaba ese hombre al cual le ofrecía un afecto más como para ella, más humano. Algo que Dai no podría ser n su totalidad, sino de una manera un poco diferente. 

Sentía que sobraba en ese lugar, en ese círculo, porque no era eso, ni un triángulo porque incluído no estaba del todo entre ellos, eso era casi una pareja.

Daishinkan se levantó, le sonrió a Airi y le dijo:

-Me agradó bastante verla hoy -Airi inmediatamente le prestó su completa atención.

-¿Ya se va? -la mirada de Airi tuvo un leve matiz de tristeza que solo Daishinkan pudo notar al mirarla a los ojos con atención.

-Debo atender unos asuntos. Usted entiende a lo que me refiero -contestó Daishinkan mientras llevaba su mano al bolsillo de su pantalón.

-El rey del todo... -murmuró la joven en una voz tan baja que nadie pudo escucharla.

Daishinkan sacó un par de billetes de alto valor, los dejó sobre la mesa antes de devolver la billetera a su pantalón.

Yo No Te LlaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora