Capitulo -29

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A fuerza de una patada Toan derribó la puerta. Él venía en compañía de la amiga de Airi, quien veloz se arrodilló ante su amiga tirada en el suelo y la llamó para ver si estaba conciente. No respondió.

-Ve por alcohol antiséptico -le pidió Toan tomando a la amiga del hombro para que lo dejara a él encargarse.

La muchacha de piel morena y melena rizada se levantó del piso y rápido fue a donde sabía que Airi guardaba medicinas y cosas así y tomó un frasco de alcohol antiséptico. Fue de inmediato corriendo hacía la sala donde Toan había dejado a Airi recostada en el sofá.

Le pasó el frasco y este lo abrió y se lo colocó a oler para que reaccionara. No pasó más de un par de minutos para que Airi recobrara el sentido.

-¿Qué sucede? -fue la pregunta que Airi formuló al intentar sentarse, más no la dejaron. Se llevó la mano a la cabeza en un punto dónde le dolía y descubrió allí que algo tibio escurría. Se miró los dedos y se dió cuenta que era sangre.

-Te desmayaste antes de abrirnos la puerta -le contestó su amiga con una mirada preocupada.

-Caiste boca abajo, te golpeaste con algo -añadió Toan para explicarle el porqué de la herida en la cabeza.

-Me sentía bien... -murmuró para si misma. Nadie escuchó eso que dijo.

-¿Eh?, ¿Estás delirando? -preguntó su amiga buscando la mirada de Airi que se mantenía un poco gacha.

-No -contestó- ¿Se conocen ustedes dos? -les preguntó mirándolos a ambos.

Y no, no estaba delirando, sino que le pareció extraño verlos a los dos llegar juntos, ya que no se conocían. Eran de dos círculos de amistades distintos de ella.

Toan y la su amiga se miraron un poco confundidos y luego volvieron a mirarla a ella.

-Te dije que cuando desapareciste pregunté a todo el que te conocía respecto a tu paradero. Incluyendo a Helen, que es tu amiga más cercana -le explicó- Pero los detalles no importan ahora.

-No estás bien -le dijo Helen; su amiga.

-Lo estaba -contestó- Me dijeron que lo estaba. No creo que sea lo que les preocupa.

De nuevo ambos jóvenes se miraron, está vez no una mezcla entre la preocupación y el desconcierto.

-Vamos -indicó Toan al ponerse de pie.

-¿A dónde? -cuestionó ella sin entender.

-A un hospital, ¿A dónde más? -le respondió- Ayer no te sentías bien y hoy desmayaste; sin mencionar que tienes una pequeña herida en la cabeza. No sería adecuado dejarte así a esperar a que algo peor suceda.

Ella no puso objeción alguna y junto a ambos amigos se fue.

De camino al hospital, Airi de mantuvo muy callada. No se sentía tan mal, sin embargo, estaba muy pensativa. No paraba de pensar no solo en lo que sucedía con su salud, sino que si algo malo sucedía, dejaría a su hermana en desamparo. Ella estaba en el asiento trasero del auto, mientras sus amigos a veces la miraban por el espejo retrovisor con preocupación. En un par de ocasiones durante el trayecto, le preguntaron si se sentía bien, ella se limitaba a asentir ligeramente. No quería charlar con nadie, solo quería estar sola en el mundo que le permitía sus pensamientos.

Al llegar, fue atendida como de rutina. Trataron la herida de su cabeza y solo le dijeron que el médico que trataba su enfermedad, estaba de vacaciones y que volvería en una semana. No había otro especialista en la materia que la pudiera atender; solo restaba esperar un poco. Le respetaron unos medicamentos para el malestar general y que descansara por prevención de agravar algo. Eso además de que le hicieron algunos estudios para descartar otras posibilidades.

Yo No Te LlaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora