Capitulo -7

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Airi compró el vestido que le gustó sin importarle las críticas de las otras que estaban allí.

Caminaba por la calle con Daishinkan haciéndole compañía al andar. Él se mantenía un paso adelante con las manos tras la espalda dándole una apariencia señorial. Airi lo miraba con atención, parecía mentira que ese ser era un ángel, más lo era.

-Daishinkan -Airi lo llamó.

Él detuvo su andar y giró su cabeza para dedicarle una sonrisa.

-Dígame... -le dijo.

-Tengo un poco de tiempo libre. Sé que lo llamé sin querer, lo acepto, ¿Quiere acompañarme a tomar algo? -le preguntó en un tono calmado.

-Me parece bien -Daishinkan se sonrió grácil.

-Primero iremos por mi hermana -le dijo al pasar por su lado caminando a pasos alargados y rápidos.

Daishinkan no puso objeción en eso, la siguió hasta su casa dónde su hermana estaba, acababa de llegar de su escuela. Airi dejaba a su hermana regresar sola, era lo suficientemente grande, aunque le preocupaba, la pequeña terminó por convencer a la mayor.

Le dijo al oído a la pequeña a dónde irían y esta se emocionó muchísimo. Airi le pidió a Daishinkan que la esperara unos minutos para subir a cambiarse.

Bajó unos cinco minutos después con el vestido que compró esa tarde y el cabello suelto.

-Para un buen lugar lo tenía que usar -dijo Airi al llegar a la puerta y tomar sus llaves.

-Mi hermana se ve bonita -dijo la pequeña a nadie en especial.

-Gracias -le dijo la otra al jalar su nariz como juego.

Al lugar a donde iban era a la playa, había llegado una feria que llegaba a la ciudad en esa época del año. Estaba lleno de gente, mucho bullicio para el gusto de Daishinkan, pero le pareció agradable a fin de cuentas luego.

La hermana de Airi se la pasaba de un lado a otro entre juegos y demás, mientras que Daishinkan y ella solo caminaban por allí.

-Muy lindo lugar -comentó Daishinkan cuando se sentaron en una mesa.

-Pensaba traer a mi hermana, y porqué no, a usted también -le dijo con una sonrisa burlona.

-¿Le parezco un niño? -Daishinkan alzó una ceja.

-No, pero casi -murmuró- Solo es un lugar al que la gente se viene a divertir. ¿Usted hace algo por diversión? -le preguntó buscando entablar una conversación con él.

-Porsupuesto -le dijo- Pero aburrirme no es algo que me suceda a menudo. Para mí los términos de diversión son muy distintos a los suyos.

-¿Esto le es aburrido? -le cuestionó refiriéndose al lugar.

-No, de hecho es entretenido a su manera. Nunca había estado en un lugar así, aunque no es de mi agrado estar entre tantas personas, es agradable con la compañía que tengo -le sonrió de una manera que a Airi le pareció tierna.

-Iré por algo de comer -le dijo al levantarse para ir a un puesto.

Le trajo algo a Daishinkan que él vió con curiosidad. Era una especie de nube rosada en un palo y de la cual un olor dulce desprendía. Un algodón de azúcar. Lo probó y le pareció una sensación extraña en su lengua, se derretía, pero tenía buen sabor.

Airi rió al verlo, le parecía un niño recién descubriendo nuevas cosas. Tenía esos rasgos infantiles que en conjunto con el momento hacían ver a Daishinkan como un pequeño tierno.

Yo No Te LlaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora