17. Picnic de pintura

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El día de ayer después de regresar del cine me pase buscando más o menos durante media hora el boleto del concierto que Angela menciono, pero oh vaya sorpresa, el concierto no es aquí. Es en México.

Angela camina a mi lado con demasiada tranquilidad, como si nada en este mundo importara.

—¿Por qué no me dijiste que el concierto es en México? Toma cinco horas llegar. —rompo nuestro cómodo silencio.

—No me lo preguntaste —se encoje de hombros —No tenía chiste decírtelo, los boletos están agotados, para conseguirlos tenemos que ir a una taquilla especial que precisamente se encuentra ubicada en México.

—Vamos —¿Que acabo de decir?

—Estas loco.

—Investigue que en México la mayoría de edad es a los 18 años...

Me interrumpe —Creo que se que es lo que tienes en mente, papá no me daría permiso de viajar a México.

—Intentalo, nada pierdes con hacerlo.

—Ni si quiera está aquí, llega como por el 20 de octubre.

—Eso es bueno, mira podemos ahorrar dinero y así poder ir a México.

—Tienes razón es una muy buena idea, pero tenemos solo un pequeño problema, tendriamos que juntar dicho dinero en 30 días, porque la fecha límite para comprar los boletos es el 1 de noviembre.

Vaya, si que investigo —Si podemos Angela hay que tener fé.

—A decir verdad también tenemos otro problema. Y es pedirle permiso a papá, de que me deje viajar, me preste las llaves de la casa de México y ammm... Creo que es todo.

—Te ayudaré a hablar con tu papá, lo prometo —le alzó el meñique.

Ella toma mi meñique y lo sujeta con fuerza —Esta bien acepto.

—¿Buscamos trabajo? Carl trabaja en un cadena de comida rápida la cuál dirige su papá, tal ves puedamos hablar con él y trabajar allí.

—Tu amigo no me cae para nada bien, pero claro que sí, trabajo es trabajo.

—Cool.

Caminamos alrededor de cinco minutos para llegar al trabajo de mi amigo.

—¡Hola mi amor! ¿Que haces aquí? Hace tiempo que no me visitabas. —habla Carl y mira a Angela —Hola criatura.

Angela de mala manera lo mira y finge una sonrisa —Hola.

—Hemos vendido a pedirte un pequeño favor.

—Habla.

—Necesitamos dinero, me preguntaba si podrías darnos trabajo, bueno, tu papá —le doy una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Para que necesitan dinero?

—Iremos de viaje prácticamente —hablo con sinceridad —A México.

—¿Puedo ir con ustedes? —toma una papá frita y la come.

—¿Bicho? 

—No lo se —dice Angela —Primero necesitaremos el dinero y después el permiso de papá.

—Si. —digo.

—Genial, claro que sí les doy trabajo amigos ¿Cómo podría negarle trabajo a unas personas tan increíbles como ustedes? —habla divertido.

—Gracias —hablamos Angela y yo en un unísono.

.

Tenemos ya una semana trabajando y no ha sido para nada fácil, hacer tareas ir a trabajar, tener poco tiempo para dormir y de mas, es muy cansado. Pero al final todo valdrá la pena.

Ya que Angela es una persona que definitivamente no sabe pintar, como sorpresa y para poder tomar un descanso de nuestra rutina, quise hacer un pequeño "picnic" pero en lugar de comida habrá pintura.

La cité en el lugar más alto de la ciudad en el que hemos venido a ver las estrellas.

El clima está muy lindo, no hace calor ni frío  es adecuado para la ocasión.

Me encuentro acomodando el pequeño mantel en el hermoso pasto verde, seguido de eso pongo sobre el, fieltros, pinturas y pinceles, y también a mi gato, el cual se escondió dentro de la canasta en donde traía dichas cosas.

En menos de diez minutos Angela llega, se ve muy cansada, trae puestos unos shorts no muy cortos con unos converse y su típica sudadera grande.

—Llegue —habla jadeando.

—¿Estás bien? ¿Todo está bien?

—Si jirafa, eh caminado mucho para venir hasta aquí.

—Lo siento pero en verdad valdrá la pena mi bicho.

Le doy una botella de agua y de inmediato la toma toda.

—Gracias, nunca había necesitado tanta agua.

Ella ve con demasiado detenimiento las cosas que hay encima —¿Y la comida?

—Oh si omití esa parte, no hará comida sino pintura —recorro todo con mi mano. —Aunque no te preocupes, traje comida chatarra creo que es sirve ¿No es cierto?

Ella me mira con ese brillo característico que tienen sus ojos —Claro que si, lo importante es pasar tiempo contigo.

—Bien... Te enseñaré unas cuantas técnicas de dibujo, te enseñaré desde lo más simple hasta lo más avanzado y todo lo plasmarlas aquí —señalo los fieltros —¿Entendido?

—Si mi general —Rie.

Pasa al rededor de dos horas  y ella a comparación de como empezó creo que a mejorado un poco, sus dibujos o pinturas ya no parecen de niña de cuatro años.

—Uff, estoy cansada ¿Podemos descansar?

—Umjum.

—Dame tu mano y cierra los ojos  —habla decidida.

Lentamente pongo mi mano sobre la suya y poco a poco voy cerrando mis ojos, una pequeña electricidad invade mi cuerpo —Lis- listo —mi voz sale en un balcuceo.

Ella comienza a trazar algo al tamaño de la palma de mi mano y después de hacer eso habla —Puedes abrir tus ojitos.

Al abrirlos veo un corazón echo como una niña pequeña —¿Que es esto?

—Literalmente —hace una pausa —Estoy poniendo mi corazón en tus mano —se hagacha tímidamente.

—Cuidare tu corazon con mi propia vida —cierro mi mano y la pongo contra mi pecho.

—Gracias... ¿Juanito? ¿Ese es Juanito?

—¿Ah? 

—olvide que mi gato estaba aquí —Si es el —digo entre risas.

—¿Que trae en su hocico? Una ¿Lagartija? —sin pensarlo llega Juanito y pone la lagaritija en sus pues —¡GREGORY QUITAME ESTO! —ella grita.

—Tranquila Angela solo es un pequeño reptil —tomo a la lagarija de la cola la cuál ya está más tiesa que otra cosa y hago un pequeño agujero en el pasto y la coloco allí. —¿No sabías que los gatos hacen eso como un regalo?

—No pues que bonito regalo —habla sarcásticamente.

—No seas exagerada, es lindo.

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Nota de la autora:

Según yo esté capitulo lo había subido desde hace una semana JAJAKA pero resulta que no.

Hasta aquí mi reporte Joaquín.





𝔊𝔬𝔱𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔞𝔤𝔲𝔞 𝔡𝔲𝔩𝔠𝔢 [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora