Capitulo 4 [Asertivo]

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Celeste y Alex caminaban por los caminos del Parque Chaac para llegar a la bodega señuelo. Había tranquilidad en el recorrido por el poco ruido que lograba uno de los estanques cercanos, con sus pequeñas corrientes de agua, se podía ver claramente el pasar de los peces Koi, algunos Barbos y Carassius. Por otro lado, el rojizo atardecer se reflejaba en el agua haciendo un buen ambiente para el lugar. Celeste avanzaba mientras escribía un mensaje de texto en su teléfono, por otro lado, Alex cargaba con dos bolsas de comida para poder acompañar a David mientras realizaban la inspección a fondo del vehículo que fue otorgado por el grupo de Aritzi.

Ambos se encontraban enormemente agotados, gran parte del día se dedicaron a investigar por completo la estructura del Teatro Agora; desde quien dirigió la construcción, que materiales se usaron, hasta puntos débiles y puntos de oportunidad, tanto para ellos como para quien quisiera hacer un desastre en el lugar el día del evento. Consiguieron desarrollar una vía de escape fiable y punto estratégicos para David y Dita, aunque les faltó terminar de detallar los conductos de ventilación e iluminación de lugar, por fortuna para Celeste y por desgracia para Alex, este ultimo se encargaría de los detalles finales. Después de atravesar el parque llegaron a la zona de bodegas que se encontraba por la zona, muy cerca de los pequeños muelles del lugar.

—Busca el 212 —Pidió Celeste sin despegar la vista de su teléfono.

Alex se detuvo por instante para ver el panorama y así encontrar los carteles de indicaciones que ese tipo de lugar tendría a la vista. No tardó mucho en encontrar la dirección correcta y avanzar.

—Por este lado, a la izquierda—señaló y se dirigió al lugar, Celeste le seguía por detrás—. Por cierto, ¿Ya pensaste en el arma que se le dará a Dita?

—Me sigue gustando la idea de darle un cuchillo, pero... no creo que esté preparada para el evento y no he preguntado si es posible que ella lo lleve, ¡hasta a ti te limitaron! —respondió con monotonía, seguía en el teléfono—, ¡Hey! —dijo con entusiasmo mientras le daba una palmada a su compañero—. Deberías de darle un pequeño cursillo de defensa personal, le ayudaría y nos ayudaría un poco...

—En realidad no suena nada mal, creo que Dita puede comprometerse y ser más seria de lo que lo es David, parece que será menos problemático tratar con ella —sinceró—. ¿No lo crees?

—¡Totalmente! —confirmó la mujer, guardó su teléfono volviendo a la normalidad—, sigo sin entender cómo es que funcionamos tan bien si somos tan diferentes, ah, mira, es ahí —señaló—, 212, espera espera—apresuró el paso, se detuvo justo enfrente de la cortina de metal y tocó 5 veces.

La cortina de metal se levantó, dejando ver el vehículo que David fue a recoger y a este mismo dormido en una de las mesas de la bodega. Alex dejó las bolsas de comida a su lado y no tardó ni un minuto para que David se despertara con un golpe de energía.

—Me parece una falta de respeto a mi persona que no me hayan despertado de inmediato para comer—dijo el chico mientras se frotaba los ojos—, vamos a ver...—empezó a revisar las bolsas—. Por cierto, ¿Qué tal les fue? —, sacó un recipiente con puré de papa, le quitó la tapa de inmediato y empezó a comer con la primera cuchara que se encontró en la bolsa.

—Técnicamente ya está terminado todo en general, falta investigar unos detalles muy específicos, pero ya lo haré después —respondió Alex, que le tendía una servilleta a su compañero—. ¿Algún problema con el carro?

—Muuuy cierto, ocurrió algo.

David les contó a sus compañeros con lujo de detalle todo lo que tuvo que pasar para poder conseguir el elegante vehículo, desde la persona que se lo otorgó, lo confuso del lugar, hasta el momento en el que se percató de la mujer del lugar empezó a grabar su conversación. Ambos se encontraron muy confundidos, alguien había conseguido información sobre el equipo, sería complicado encontrar al culpable en poco tiempo, en gran parte porque los únicos que conocen información al detalle del equipo son los mismos clientes del grupo. Por otro lado, tenían muy cercano lo del teatro lo cual reduciría el tiempo para investigar.

—Después del trabajo de Aritzi lo que podríamos hacer es investigar en territorio de Corpo, ahí se suele negociar información interesante —Concluyó Alex.

—No quiero menospreciarnos, pero no creo que seamos lo suficientemente importantes como para que nuestra información tenga un valor grande para estar por ahí en territorio de Corpo —Añadió David.

Corpo era un viejo conocido del grupo, más de Celeste y David, ya se conocían de antes. Este contaba con el dominio de ciertos puntos a lo largo de todo Agovar, el más reconocido era el enorme centro comercial que se encontraba cerca de los Muelles, al norte de la ciudad, muy cercanos al Hotel Trina.

—Tiene un buen punto, Alex —Intervino Celeste en voz alta mientras ya se encontraba revisando el motor del vehículo.

—No es tanto por nosotros, sino por lo que tenemos, pocos somos los portadores Kastu, ¿No? —Alex soltó un largo suspiro, pensó durante unos instantes si continuar hablando—. Además..., el ejercito busca esa información, durante mi tiempo de servicio en algunas ocasiones tuve que buscar por ellos, no en el territorio de Corpo, pero si en las afueras de la ciudad. Recuerdo que a unos meses de terminar mi servicio volví a buscar, pero por alguna razón todos se encontraban fuera de su territorio, así qu...

—Fue durante... —Interrumpió David.

—Si, fue en ese tiempo. Yo...

—No, no te preocupes —se levantó de su asiento y dejó de lado su recipiente de comida a medio terminar—, ¿Sabes?, creo que es hora de que revisemos a fondo este elegante muchacho.

David se dirigió directo a abrir la cajuela de vehículo y empezó a trastear con lo primero que se encontró. Alex se quedó unos minutos en silencio buscando la mirada, una señal de Celeste. Ella solo volteó a verlo con una cara de resignación y un ligero levantamiento de hombros, se había equivocado al recordarle a su compañero parte del pasado que quería dejar atrás.

Recuerdos RadiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora