Capítulo 16 [Alison]

1 0 0
                                    

 El sudor del entrenamiento llenaba por completo la cara de Dita, llevaba días esforzándose al máximo en cada entrenamiento que tomaba con David en los gimnasios de Corpo. Estaba haciendo un poco de boxeo, le dolía el cuerpo con cada golpe que asestaba a los sacos, cada vez que golpeaba la pequeña colchoneta que llevaba David en las manos para bloquearle los golpes, hasta caminar le costaba en ocasiones, era de lo que más sufría porque para salir del lugar tenía que pasar por montones de escaleras. El entrenamiento de ese día le estaba constando lograr más de lo normal, por suerte solo quedaba trabajar en la ultima parte: El uso de espada. Era algo que no veía como la mejor opción de todas para dedicar parte del poco tiempo que tendrían gracias a la semana de elecciones que había empezado hace cuatro días. Aunque David no tardó mucho en convencerla en intentarlo ya que le recordó como pudo usar una tubería de los escombros teatro para poder ayudar contra los asaltantes del lugar.

La música del bar en la zona central de Corpo no dejaba de sonar a todo volumen, al parecer estaban celebrando la caída de uno de los grandes pilares de los bajos mundos de Agovar, Valb, uno de los grandes contrabandistas de la ciudad junto, todo gracias a alguien que decidió tomar cartas en el asunto. Dita no estaba interesada en aquello, pero el gimnasio no tenía paredes muy gruesas para evitar el ruido de las conversaciones así que lo tomó como un entretenimiento durante el entrenamiento de ese día. Lo que se grabó en la memoria fue el como encontraron el cuerpo: Abandonado en uno de los cuartos de su base, todo el lugar lleno de agua y con clima helado. Algunos todavía pudieron observar algunos pedazos de hielo. El misterio radicaba en que nadie tenía conocimiento de algún portador con el poder de crear hielo o cambiar las temperatura de los ambientes. Dita tenía su teoría, le gustaba la idea de que podría ser una fachada del mismo Valb para poder abandonar la vida criminal y así escapar de Agovar junto con su amada la cual era una rival de su asociación. Unos minutos después David indicó el cambio de actividad, la ultima del día. Dita no dudó ni un segundo en recostarse en el frío suelo del gimnasio, se limpió el sudor con una de sus mangas y tomó todo el agua que pudo sorber de su botella, por otro lado el chico se dirigió a uno de los puestos de armas de la zona y solicitó dos espadas de madera para el entrenamiento.

—¿Lista para esto?

—No del todo, pero ya tomé algo de energía —suspiró con cansancio—. Dame eso. Ya quiero terminar con esto, quiero ir por una barra de chocolate.

David le tendió el arma a Dita y no tardó ni un segundo en intentar jugar con la espada. Lanzó algunos tajos a diestra y siniestra, con torpeza y con demasiada brusquedad que dejó de hacerlo por el dolor que le daba a todo el cuerpo cuando lo hacía.

—Vamos a empezar por algo simple, mejoremos esos tajos horrorosos que hiciste. Debes de agarrar el mango del arma con las dos manos, tu mano dominante debe estar más cerca del filo.

Dita acató la orden sin complicaciones, se sentía rara de usar las dos manos para sostener una espada de madera, aunque no le pareciera tan ligera no veía necesario el uso de ambas manos.

—¿Esto es necesario en todo momento? —Preguntó con vacilación.

—Hay muchas formas, para esta si es muy necesario. No te preocupes tanto. Al final estarás usando una combinación de todo —explicó con serenidad—. Bien, los tajos que debes hacer tienen que ser diagonales. Mmmm, ¿Recuerdas las piñatas?

—¡Oh, si si! —afirmó con sentimiento—. Los animalejos rojos que vuelan, ¡Son maravillosos!

—¿Qué?

—¡Si!, son esas cositas chiquitas y redondi...

Dita se soltó a reír como si no hubiera un mañana, David no tuvo más que hacer que acompañarla a pesar del terrible intento de broma. Tiempo después, ese mismo día ella se dio cuenta de que había sido el primer ataque de risa que tuvo antes de su accidente en la playa. Confundir y hacer reír a David le alegró mucho en ese momento, necesitaba esa pequeña victoria. El chico continuó con su explicación y no tardaron mucho en poner en practica los movimientos básicos en el uso de la espada. Unos minutos después se había convertido en un ciclo de repetición, un ciclo de turnos que seguía con exactitud el ritmo del choque de ambos filos, era hasta cierto punto hipnótico, tanto que Dita empezó a bostezar del sueño que le estaba causando.

—¿Tan cansada estás?— Cuestionó su compañero con incredulidad.

—Ash, lo que no toman en cuenta es que yo no entreno como ustedes. Paciencia, que todavía me cuesta...

—¿Entonces que es lo que hacías cuando salíamos de operativo y no ibas con nosotros?

—Amm, leía —respondió con pena—. ¿Sabes que? Podemos cambiar de tema, cuéntame más de ti. Me hablaste de cuando te diste cuenta de que eres portador kastu, ¿Porque no me cuentas de tu hermana?

El joven se mantuvo en silencio durante unos instantes.

—Si que estás aburrida —Afirmó con resignación. Tomó su espada con fuerza y los cortes que soltó chocaron con una fuerza que desbalanceaba por momentos a su compañera—. Terminaré de hablar hasta que se tires el arma.

Los golpes de David eran más agresivos, el cambio repentino tomó por sorpresa a Dita, que lo único que pudo hacer fue replicar la estrategia y esperar a que uno de los dos se rindiera primero. Sin embargo, con toda desventaja, se sentía en ventaja porque ella podía concentrarse en absoluto en no soltar el armar y el, por otro lado, tendría que pensar que en decir, hablarlo y evitar que ella no ganara.

—Se llamaba Alison. Mis padres ya la tenían como una adoración meses antes de que ella naciera, creo que ellos tenían en sus planes tener dos hijas y como la primera terminó siendo un chico pues la segunda era una ultima oportunidad. Tal vez estés pensando: "¿Entonces la odiabas cuando nació?" No, absolutamente no. También formaba parte de ese grupo de la familia que ya la quería mucho antes de que naciera, me encantaba mucho esa idea —jadeó, la sensación de ardor en su brazo empezaba a sentirse. Dita seguía callada, escuchando todo detalle durante el entrenamiento—. Nos llevábamos muy bien, ¿Sabes?. No sé que tipo de libros leas pero hay un estereotipo sobre los hermanos, siempre los presentan como dos personas que no conectan del todo, y que al final por cosas de la historia se unen. Pero la nuestra no fue así, siempre estuvimos unidos; Alison siempre iba contra corriente ya que gran parte de la familia había tomado bandos, gran parte la apoyaba como la futura mejor hija de la familia.

—¿Y... Tu que pensabas... de ello ?—Interrumpió Dita con mucha fatiga, intentaba al máximo no cansarse de más. David estaba sorprendido por tal determinación inmediata.

—No me..., No nos importó en absoluto, pero siempre nos trajo problemas... Recuerdo una vez que salimos de la ciudad para visitar a mis abuelos. Íbamos a celebrar su cumpleaños catorce, estábamos muy emocionados ya que ese año le conté sobre mi habilidad. Queríamos poner la habilidad a prueba lo máximo que pudiéramos y usaríamos el establo de lo abuelos para eso... No vas... No vas a detenerte, ¿Verdad?

Dita negó con la cabeza, estaba totalmente decidida a continuar.

—Bien, lo entiendo —David ya sentía un ardor muy fuerte en los brazos, el sudor le caía por la cara y no podía limpiarse. Tomó un gran respiro soltando un tajo tan fuerte que hizo retroceder a Dita una gran cantidad de espacio. La chica, sorprendida, aumentó la fuerza de los siguientes golpes—. Salimos por la mañana, un viaje de carretera un poco divertido, como el de las películas... bueno, eso no hace falta describirlo. Durante la fiesta la familia decidió prender el televisor, en ese año ya se hablaba de la batalla de los portadores y el gobierno de Agovar. De repente empezó una discusión sobre si debían de sacar de la isla a los portadores o si no, fue muy gracioso para nosotros, pero los que estaban a favor empezaron a hablar de genocidio...— el ardor de sus brazos llegó a un punto en el que ya no había vuelta atrás. Dita estaba más callada de lo normal, sudaba a cantaros pero mantenía en gran parte su postura—. Yo no dije nada, siempre en esos temas me mantuve alejado, aunque siempre me mantuve alejado, ella lo sabía. Pero ese día ella fue la que se quebró por el momento. Ella gritó con todo su ser diciendo que nadie tenía idea sobre lo que estaban diciendo y salió hacía el establo de los abuelos, no supe como reaccionar. Toda la familia se fue contra mi, gritos, hasta insultos, yo no me moví de ahí, yo sol... —David a su vez tomó un último esfuerzo, dio su ultimo golpe el cual logró que el sable de madera saliera volando al igual que al de Dita. La fuerza de ambos hizo que tropezaran y cayeran al suelo donde sufrieron el ardor de sus brazos y pudieron descansar. El ruido del bar central se escuchaba a lo lejos donde acompañaban a la par las fuertes respiraciones de ambos que poco a poco fueron disminuyendo.

—Románticos y misterio— Exhaló Dita.

—No te entiendo...— Respondió exhausto.

—Oh, eso es lo que he estado leyendo, tonto — Empezó a reír de una forma muy liberadora, logrando que en poco se uniera David.

Recuerdos RadiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora