—Supongo que estoy contando con la presencia del nuevo gobernador de Agovar por los siguientes cinco años, ¿O me equivoco? —Intentó adivinar Celeste. Pensó de inmediato en la posibilidad de que la razón de la visita surgiera de la necesidad de agradecer el apoyo durante el cierre de campaña, que viniera a buscar su ayuda para conocer más de los portadores kastu o que la buscara para un nuevo trabajo. Ella esperaba que fuera esta ultima posibilidad, un poco más de dinero no le vendría mal a el equipo teniendo en cuenta de que tendrían que salir de la ciudad un buen tiempo.
—En todo lo correcto.
—¿No debería estar una figura de tal poder en un lugar protegido?, ¿Festejando la victoria? —se sentó con comodidad en el sillón más cercano de la recepción para después buscar de entre los cojines una de las barras achocolatadas que Dita se encargaba de ocultar por el lugar—. Dita siempre tiene un suministro de estas cosas. Mogía de hagbre.
—Estoy muy bien protegido a pesar de no contar con portadores —explicó, tranquilo—. Hay algunos agentes en las escaleras y en los alrededores del edificio. El festejo es para otro día, que esa es una de las razones de mi visita.
Celeste miró de reojo hacía el elevador, justo al lado de las escaleras donde pudo alcanzar a ver a uno de los agentes.
<<Si que estoy cansada>>, pensó.
—¿Y cuales son las otras?
—Mi esposa y la perla. La encontraron en Perú como víctima de un accidente.
—Y la perla ya no estaba con ella, supongo.
—Efectivamente.
—Ya veo... —no contaba con tener noticias de la susodicha mujer en un lapso de tiempo muy corto. Pero teniendo en cuenta que ella portaba con una perla de un material extremadamente escaso lograba que Celeste viera muy posible su seguimiento hasta otro país, su robo y su asesinato para eliminar toda prueba de su búsqueda—. Lo lamento, supongo que ha de ser duro tener una perdida así.
—Gracias, lamenté lo que tuve que lamentar hace unos días —admitió—. Pero eso no hace que olvide todo lo que ocultó. Necesito de tu ayuda y de tus contactos
—Podemos investigar sin problemas, no es el tipo de trabajos que aceptamos, pero podemos apañárnosla —aseguró—. Entonces... ¿Vas a celebrar?
—Técnicamente esa es la fachada, el interior es una junta de negocios con muchos de los grandes pilares de Agovar. Vienen tiempos de cambio. Aún así sigue siendo una celebración, sería raro que mis "sobrinas", las cuales tomaron gran popularidad en muy poco tiempo no estuvieran ahí. Claro, también me gustaría que fueran un apoyo para la seguridad del lugar, con su respectivo pago.
—¿Cuando es? —Celeste estaba rompiendo su misma regla de aceptar trabajos para el gobierno Agovar. Horas después tuvo la duda sobre si fueron sus ganas de dormir o no, pero pensó mucho en la idea de que podría servir como un pequeño descanso para el equipo, al final de cuentas no iban a dejar la ciudad hasta que Mazzeti despertara de su pequeño coma de tres días y decidieran que hacer. David y Dita habían entrenado durante todo el tiempo en el que ella se encontraba fuera, al menos podría aprovechar la oportunidad para pasar un buen momento con ellos.
—Mañana a las 9, en la cima del Hotel Trina —explicó Aritzi—. ¿Cuento con su participación?
—Totalmente —Afirmó. Se levantó del sillón y ambos se acercaron para darse un apretón de manos.
—Excelente, tengo otros asuntos que atender. Gracias, Celeste. Mañana les mandaré un vehículo hasta aquí— Se despidió con prisa mientras terminaba de darle los últimos sorbos a su lata de agua.
El político descendió por los escalones del edifico junto a su equipo de protección. No tardó mucho para que Dita y David salieran de una de las salas de conferencias para poder hablar de la visita.
—Estuvo esperando casi una hora —dijo David—. ¿Porque lo aceptaste? ¡No tiene sentido!
El joven estaba confundido. No comprendía las razones de aceptar un trabajo más si el equipo ya podía salir de la ciudad y contaba con los suficientes recursos para poder mantenerse un tiempo en las afueras de esta. Por otro lado, veía que ella se encontraba más agotada de lo normal, una señal de que la búsqueda de Mazzeti no salió como esperaba.
—¿Como te fue con el rarito? —Preguntó David de inmediato.
— Lo atrapamos...
—¿Pero...? —Interrumpió Dita.
—Corpo tuvo que inyectarlo, el sabía cosas... Así que tenemos que esperar a que despierte, son tres días. Un dinero de más no nos vendría mal, David. Supongo que escucharon todo —asumió—. Véanlo como un respiro, uno por el que nos pagaran y no ayudará cuando decidamos que hacer para encontrar a Alex con la información que obtengamos. Después iremos por esos análisis, Dita, no lo olvido.
Celeste ya no daba mucho de si, necesitaba dormir de inmediato y descansar todas las horas que pudiera. En la fiesta pensaría con detalle lo que harían en los próximos días, por el momento, el sillón de la recepción la llamaba a gritos.
—Miren, quiero descansar. Mañana será un día tranquilo, descansen y en el desayuno hablaremos de detalles... —Explicó la mujer al momento que acomodaba un par de cojines para recostarse sobre ellos.
—Entonces a primera hora deberemos de ir con Rizol, voy a avisarle de una vez...— Dijo David.
—No... No es necesario... —respondió con somnolencia—. Dita tiene un ve-ti-do ex-tra....
—No me imagino lo que habrá hecho para estar así —Continuó Dita, que se acercó a otro de los sillones y sacó una barra de chocolate.
—No creo que haya hecho mucho físicamente, trabajar con Corpo siempre la agota mentalmente —sinceró David—. Vamos, hay que dejar que descanse.
—Buenas noches, Celeste —Susurró al apagar la luz de la recepción.
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Recuerdos Radiantes
ActionEn la Ciudad de Agovar se encuentran muchos tipos de personas. Celeste, David y Alex, portadores de habilidades especiales se encuentran con Dita, una chica que no recuerda nada de su pasado y junto a ella trabajaran en un operativo para proteger a...