Recuerdos Radiantes

Capitulo 5 [Vestido Azul]

Dita y Celeste se encontraban de camino a las áreas residenciales de Agovar, un área de mucho lujo que se encontraba a unos minutos de la Plaza Hera. La zona era un lugar perfecto para Rizol, una muy buena colaboradora del equipo y creadora de varios de los conjuntos que se usaban para los operativos, desde vestimentas de uso rudo, vestimentas casuales hasta complementos como pequeñas bolsas de municiones o protectores, uno nunca sabe que podría servir de ayuda, pero una cosa era segura y es que los trabajos de Rizol eran de los mejores que había visto el equipo.

Ambas recorrían por una de las famosas calles de la zona, un camino inclinado por el que se tenía que atravesar de forma curveada, nada de caminos rectos. La zona destacaba por el uso de sus áreas verdes y su decoración estadounidense. El camino era de adoquines, un naranja tenue, y los bordes constaban de piedras de adoquín pulidas, un gris que hacía mucha compañía del naranja, así como con la sombra y brisa de los árboles.

Dita se encontraba con unos nervios que no podía controlar. Su relación con el equipo apenas iba creciendo y el que se le empezara a incluir en las actividades de preparación la hacía creer que era una buena señal, pero también la asustaba. No tenía más de seis meses de que se había unido al equipo y aunque eso ya no la hacía una desconocida, su pasado si porque literalmente no lo recordaba. Lo máximo a lo que llegaba a recordar era a la noche en la que despertó en aquella playa y se encontró con una Celeste mal tratada por la batalla, fue una fortuna para ambas encontrarse en aquel momento.

—Dita, ¿Qué habilidad te gustaría tener? — Preguntó Celeste, sacándola de sus pensamientos.

—Vaya, mmm. Me lo soltaste sin aviso —soltó una risa nerviosa—. ¿Para qué?

—Necesitamos que darte un poder falso, de alguna forma alguien ha reunido información sobre nosotros, ayer pasé un buen rato con David y Alex hablando de donde podría salir nuestra información, no pudimos llegar a nada tan concreto, solo que podremos buscar en territorio de Corpo. Así que se me ocurrió que dejar información falsa por ahí, puede ser buena alternativa—explicó la mujer con un poco de cansancio, había tenido una noche larga de trabajo.

—Ya que lo dices, la habilidad de moldear cualquier objeto a voluntad no me desagrada...

—Interesante, me esperaba algo muy genérico —respondió sorprendida—, Pero qué bueno que no tienes ese poder.

—Ah, ¿Por qué lo dices?

Celeste se sorprendió por la pregunta, la mayoría de la gente de Agovar conocía las razones, pero estaba hablando con Dita, la chica apenas si recordaba algunas cosas, aunque pensaba que esto si lo tendría en sus recuerdos...

—Antes había mucha más gente portadora. Hace como diez años que las pruebas de sangre se volvieron ilegales, todo el que se encontrara con ese tipo de sangre debía de reportarlo. El gobierno de Agovar hacía lo posible por erradicar a los portadores de esa sangre kastu, lo cual abrió un enorme mercado negro de pruebas ilegales, y claro, con un precio demasiado elevado. Estas acciones no lograron impedir los planes de Agovar, el asunto terminó de una forma terrible, ocurrió lo que ahora llaman "El incidente Astrum", donde muchos portadores murieron. Los últimos que quedaron fueron personas super famosas, personas de clase alta y los pocos que alcanzamos a escapar. Agovar decidió no mover un dedo contra ellos, pero a pesar de eso, todos decidieron ocultar sus poderes, son exageradamente pocos los que lo dan a conocer al público. Un poder como el que dices sería de un excelente uso para malas manos, al menos esa es la idea que me da, cuéntame más sobre la idea que tienes.

—Es un poder muy simple, pero cumple con lo que debe de hacer, ¿supongo? —respondió Dita, parecía un poco contenta de contarlo, era algo en lo que estaba fantaseando un buen tiempo, pero no quería hacérselo saber a nadie—. La idea es que puedas agarrar cualquier objeto, lo moldeas como una masa y con esa misma masa haces lo que quieras, simple, pero creo que si lo tuviera podríamos sacarle mucho provecho.