05 | 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄

9.9K 1.4K 67
                                    

Sonó bonito

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sonó bonito.

Seguía sin poder quitarse aquello de la cabeza; era la primera vez que Sovieshuu la llamaba de tal forma. Le parecía tan lindo y tan extraño a la vez que empezó a creer que su esposo estaba padeciendo por una grave enfermedad.

-¡Condesa!- llamó a la dama mayor que siempre esta a su servicio. La condesa dejó de lado su labor para ir hasta su señora, preocupada por culpa de ese llamado tan desesperado que muy pocas veces oyó de parte de ella.
Saludaría a su señora pero se adelantó antes de que algún sonido saliera de su boca -Llama al médico que atendió al emperador, ahora mismo.

-¿Al médico?-

-¿Qué estas esperando?, ve de inmediato.- exigió tomando nuevamente por sorpresa a la mayor. Fue casi a corriendas donde el médico para llevarlo directo con la emperatriz.

Mordió la punta de su pulgar por culpa de los nervios.
Si resultaba que su esposo estaba enfermo, la fiesta de Año Nuevo tendría que cancelarse definitivamente.

De mientras Navier enloquecía por culpa de la preocupación, Sovieshuu disfrutaba de ese pastel de fresa con arándanos que antes habían colocado delante suyo. Verdaderamente era delicioso, se derretía en su boca tan exquisitamente que hasta seria capaz de comer toda una tarta enorme de ella.

-Su majestad.- oyó el llamado a su puerta -Lamento molestarlo pero eh venido a indagarle si usted desea cenar junto a la emperatriz.

-Dile a la emperatriz que me saltaré la cena.- aún no estaba listo para estar nuevamente delante de ella, su plan no estaba del todo acabado después de todo -Asegurale de que estoy bien.

-Como usted ordene.- volvió a la tranquilidad (finalmente).
Dejó el libertad un suspiro de aburrimiento. Acomodó sus codos sobre el escritorio y jugó por unos momentos con la cuchara mientras aún el plan de su salvación seguía estando a medio hacer.

¿Qué tan difícil es el ser un marido perfecto?

Lleva horas sin tener una sola idea que pudiera ayudarlo para poder ganarse el corazón de su esposa.

-¡Guardia!- llamó a quien fuera de los guardias que estaban en la entrada de su habitación. Uno de ellos ingresó y guardó silencio en espera de oír su orden -Llama a... La señorita que me acompañó hasta mi habitación está mañana.

-¿Se refiere a la señorita Laura?-

-Sí. Llamala.- no estaba seguro de si se estaban refiriendo a la misma chica de antes pero ya que fue la primera persona con quien habló de esté palacio, a juzgar por todo lo que ella le dijo, parece conocer bien la larga relación entre él y... Su esposa -Pero no quiero que llames demasiado la atención. Se discreto. ¿Entendiste?

-Sí, mi señor.-

-Le ordeno que me diga inmediatamente lo que mi esposo tiene

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Le ordeno que me diga inmediatamente lo que mi esposo tiene.-

El pobre anciano estaba temblando de terror ante esa mirada seria de su majestad. Navier no parecía estar contenta y eso que solo dijo 'saludos a su majestad, la emperatriz' hasta el momento, no más.

-Ahora mismo.- volvió a demandar.

-No comprendo a qué se refiere, su majestad.- comentó mientras sonaba nervioso -Revisé el estado del emperador y el goza de buena salud.

-¿Acaso le ordenó que no dijera nada?- las películas no dejaban de hacerse en su cabeza y cada vez la ponían más histérica -Soy su esposa y soy la emperatriz,- aclaró -si no me dice lo que él tiene, inmediatamente usted ira a parar a la calle.

¿Era una amenaza o una advertencia?, no estaba seguro pero de que estaba aterrado, lo estaba.

-Se lo aseguro, por favor, crea en mí.- suplicó casi poniéndose de rodillas -Su majestad está tan sano como un roble. No sucede nada malo con él.

Si no es un delirio, ¿Qué es entonces?

-Él empezó a actuar extraño.- parecía haber creído finalmente y eso calmó al médico, el cual no tardó en suspirar de tranquilidad para llevarse la agonía -Distinto. Como si fuera otra persona.

-¿No cree que esta exagerando?- la condesa y el médico no hallaron diferencia en la conducta del pelinegro, solo parece estar decaído y no más, como si un resfriado lo halla afectado pero no perjudicado.

-Yo nunca exagero nada.- en ello tenía toda la razón. Navier es una mujer demasiado centrada, alguien que piensa tres o cuatro veces las cosas antes de hacerlas, el que ella esté paniqueando es demasiado extraño y raro, poco común de su conducta -Quiero pedirle que revise una vez más el estado de mi esposo, por favor.

Con un pañuelo secó el sudor de su frente.

-Bueno, puedo revisar una vez más a su majestad pero estoy seguro de que no hallaremos nada malo en él, emperatriz.-

No. No estaba volviéndose loca. Algo tuvo que pasar con Sovieshuu y debía de saberlo aunque él se lo ocultara.

-¿Has visto a Laura por alguna parte?- preguntó la condesa luego de notar el alrededor en calma, sin la pelirroja todo era verdaderamente tranquilo y aterrador al mismo tiempo. ¿Dónde podría estar ella?

-... ¿Algo que le agrade hacer a la emperatriz y puedan hacer ambos?- ahora mismo la recién nombrada todavía creía que el emperador estaba borracho, la pregunta que le hizo fue demasiado inesperada.

Cruzó esas puertas creyendo que recibiría un reclamó por parte de él, pensó que quizás recordó aquello que dijo en su recorrido al dormitorio, jamás se imaginó que el mismo emperador Sovieshuu le preguntaría algo así.

-Bueno- su voz era un tanto temblorosa -¿por qué no dar un paseo alrededor del jardín?

¿Dar un paseo?, eso es estúpido hasta para mí. Creí que le gustaría ir a algún viaje ¿pero un paseo?

-Hace mucho tiempo que usted y la emperatriz no comparten paseos.- de ser así, tal vez sea un buen comienzo. Quiero decir, por su cabeza pasó la idea de tener un viaje, solo para ellos, en donde podrían tener un encuentro más intimido, llegando a poder conocerse. Pero quizás el pasear juntos sea el inicio más suave que le corresponde -Podrían ver juntos los jardines de rosas. Ambos adoraban estar allí.

¿Hacían antes esas clases de cosas?

Era mejor no indagar demasiado en el tema.

-Sí, gracias por tu ayuda.- le agradeció. La pelirroja reverenció ante él antes de retirarse del dormitorio.

-Si usted me permite- ella aún se no había marchado, decidió por permanecer un poco más solo para decirle lo siguiente: -aconsejarle con respecto a esto, intente no demostrar el estar aburrido. Por favor.

-¿Qué dices?-

-N-No deseo que usted se ofenda.- aclaró con rapidez mientras su corazón latía rápido -Solo deseo que la relación entre sus majestades mejore. Nada más.

-Gracias.- fue sorpresivo ese 'gracias' de parte de él -Tomaré tu consejo, Laura.

Al momento en el que ella salio, quedó por instantes paralizada delante de la puerta.

Su majestad cambió tanto.

Su majestad cambió tanto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 ────𝘁𝗵𝗲 𝗱𝗶𝘃𝗼𝗿𝗰𝗲𝗱 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora