22 | 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄

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Los acelerados y, al mismo tiempo, discretos pasos del emperador eran seguidos por aquel fiel soldado que desde un inicio sospechó que su señor requeriría de alguien que pudiera detenerlo antes de cometer una idiotez

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Los acelerados y, al mismo tiempo, discretos pasos del emperador eran seguidos por aquel fiel soldado que desde un inicio sospechó que su señor requeriría de alguien que pudiera detenerlo antes de cometer una idiotez.

──Su majestad── trataba de llamar su atención sin siquiera tener éxito. Sovieshuu parecía estar atrapado en un transe debido a que su mirada tenía en frente suyo a su esposa en compañía del noble extranjero ──¿No cree usted que está siendo un poco... Dramático? Su majestad solo está teniendo una charla con el Gran Duque Kaufman── minimizó el asunto y eso logró hacer que obtuviera una fría mirada del pelinegro. Lo mejor que podía hacer ahora era callarse y aguardar ante el primer movimiento que éste tendría para evitarlo.

¿Por qué Navier esta con él?; ¿Con qué malditos propósitos charlas con él?

Se preguntaba.

Sus deseos de ingresar a la habitación era grandes, irrumpir esa charla y... Sí. Tal vez estaba siendo dramático, el muchacho podía tener algo de razón, pero ni siquiera podía confiarse en la sombra de cualquiera o hasta de la suya misma.

Podía sentir a la muerte estar respirando en su cuello.

Kaufman ¿no es aquel sujeto que también aparece en la historia?, ¿aquel que ocupa el papel del "tercero"?

Él es guapo.

Para su desgracia. La sola presencia del Duque resplandecía de entre miles de más. Él era extravagante y lo extravagante enamora.
Ya que el molesto príncipe de Occidente fue quitado del camino ¿no estaba dando paso a que el papel del amante de su esposa fuera para este Duque?

Fui un estúpido. Confíe demasiado en mí, creí que él no tendría importancia pero... Tengo que deshacerme de él con prisa.

─¿Eh?── Navier le dio algo en manos, ¿era un frasco?
Parecía estar inspeccionandolo, ¿con qué propósitos? ──¿Qué demonios fue lo que le dio?

──Tal vez no es nada malo y solo sea un perfume que la emperatriz preparó para dárselo de regalo── tal vez ¿pero los perfumes son una bebida exótica en el Reino de Luipt? ──O tal vez no── claro que ambos quedaron sorprendidos ante ese repentino trago que el moreno le hizo a lo que parecía y tenía apariencia de perfume.

Sea lo que sea no parecía haberle caído nada bien porque al instante el sujeto demostró estar teniendo síntomas extraños.

──¡Emperatriz!── decidió por ingresar finalmente. Si lo que el Duque ingirió era perjudicial entonces debería de ayudar a su esposa con el posible cuerpo del extranjero.

──Su majestad, ¿qué hace usted-...?── parecía estar temerosa de algo. Quizás estaba relacionado con lo que había sucedido hace instantes ──¿Requiere algo de mí?

No pensó muy bien en lo que diría. No podía simplemente decirle: «Te estuve espiando detrás de la puerta porque no quiero que me seas infiel con el extranjero», por favor, era verdaderamente estúpido. Fingir era la mejor opción, tal vez.

❝𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 ────𝘁𝗵𝗲 𝗱𝗶𝘃𝗼𝗿𝗰𝗲𝗱 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora