31 | 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄

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—Tu puedes

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—Tu puedes. —se dijo a si mismo delante del espejo.

Antes de cualquier contacto se era necesario una limpieza anterior. Él quería que todo esto fuese perfecto para Navier y, de ser posible, también para él.
Sí, no engañaría a nadie tratando de actuar con serenidad, él se encontraba muy nervioso de hacer esto. ¿Qué sucedería si no logra llegar a las espectativas de su esposa?, ¿Y si se acobarda en último momento?, ¿Y si ni siquiera es capaz de complacerla?

—Mierda, ¿Por qué te acobardas tanto, Baek Eun-Hyuk? —se preguntó a sí mismo mientras el vapor de la habitación lo hacía sudar y generaba en sus mejillas un delicado rubor que lo dejaba ver como un hombre tan nervioso por su primera noche de bodas—. Éramos profesionales en esto, se supone que bajábamos cuántos pájaros de un solo tiro. —ahora mismo solo estaba diciendo idioteces, no sabía que más hacer con este sentimiento tan sofocador que le estaba generando el querer huir de su propia esposa—. ¿Es porque es ella?, ¿Es solo porque es Navier? —se volvió a ver al espejo y parecía que con tan solo ver sus ojos había encontrando la respuesta— ¿O es porque...eres Sovieshu?

Era Baek Eun-Hyuk en alma, pero en cuerpo era Sovieshu Vikt. Emperador de Oriente, esposo de Navier Trovi y el jodido personaje de mierda de una historia de fantasía para pubertos con expectativas en un amor fiel y bonito.

Tenía que dejar de soñar de una vez por todas. En primer lugar, hemos llegado hasta aquí por una sola y simple cosa: sobrevivir. Como cualquier otro ser humano intentar el seguir con vida cuando sabe que corre el riesgo de que todo se acabe con tanta facilidad y de la manera más dolorosa posible.
Navier ni siquiera tendría que seguir estando a su lado, pero aún así la ha encadenado jugando con sus sentimientos...aguarden, ¿En serio ha estado jugando todo este tiempo con ella? Ni siquiera tenía en su cabeza el plan, es como si acabase de abrir los ojos otra vez luego de haber estado tanto tiempo dormido.

¿Cómo es que llegó hasta aquí?, ¿Quién verdaderamente era él ahora mismo?

—Basta. —dejaría de lado todas esas preguntas porque no lo llevarían a ningún camino claro, todo se oscurecería y no lograría hallar la salida de allí después de eso—. Lo mejor que puedo hacer ahora es seguir actuando como el esposo ideal, ¿No es así? —se dijo a si mismo en el reflejo—, estamos teniendo frutos muy buenos. Ni siquiera creo que el verdadero halla podido tener este gran premio, quiero decir —inevitablemente empezó a burlarse de si mismo mirándose a los ojos— ni siquiera podrás tocarla, yo tendré ese privilegio. Ni tú, ni él, yo.

Navier ya se había desvestido mientras esperaba paciente a la llegada de su esposo.
Miró su cuerpo al espejo de la habitación y algo en él le parecía insuficiente. ¿Será que le guste?, ¿Bastará para él?

El vestido que eligió para esta ocasión era incómodo porque la habitación estaba fría y sus pechos se sentían cálidos por lo que él golpe de la temperatura le estaba erizando la piel.

❝𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 ────𝘁𝗵𝗲 𝗱𝗶𝘃𝗼𝗿𝗰𝗲𝗱 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora