20 | 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄

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──¡Oh Dios mio!, ¡Pobresilla!── pronuncia sintiéndose verdaderamente preocupada por el ave que golpeó contra la puerta

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──¡Oh Dios mio!, ¡Pobresilla!── pronuncia sintiéndose verdaderamente preocupada por el ave que golpeó contra la puerta.

No dudo demasiado en abrir la puerta del balcón para poder ayudarla.
Era un ave hermosa. Sus plumas doradas parecían estar tan limpias o purcras que al mismo tiempo no parecía el ser un ave salvaje o en libertad. ¿Quizás sea la mascota de alguien que por accidente se le escapó?, ¿O tal vez había llegado hasta el balcón de su esposo con un propósito?

──¿No estas herida, verdad?── cuando era una niña tenía prohibido convivir con los animales, no porque su familia le prohibiese el tener alguna compañía animal, cuidaban de Navier demasiado; el retenerla alejada de los animales solo se trataba de una verdadera exageración por parte de toda su familia –la cual la idolatran demasiado–
Tener una clase de contacto así con algo tan hermosa le emocionaba──Debiste de estar huyendo de algo── supuso. Hasta el momento el ave parecía estar tranquila en sus manos──¿O estabas buscando algo quizás?

──¿Cariño?── en todo momento el ave de doradas plumas se había mantenido quieta en sus manos pero oír la voz de su esposo la alteró. Se movía buscando liberarse de las manos de Navier, ella la soltó al instante. Fue algo demasiado repentino y hasta rápido el como ese animal volaba hasta adentrarse a la habitación y caer delante de Sovieshuu rendida.

Fue hasta para el Emperador de Oriente sorpresa esa llegada tan poco esperada.
Félix se hallaba sobre el suelo, no podía ponerse de pie y al intentarlo solo lograba volver a caerse. Era tan obvio que estaba demasiado herida.

──¿Otra vez-...?── su esposa ingresó al dormitorio y tomó al ave nuevamente──Navier...

──Golpeó la puerta del balcón── acaparó la conversación contándole lo sucedido y el motivo por el cual el ave se hallaba así──Fue algo inesperado, sentí unos ruidos extraños provenir de allí, me acerqué y el pobre se había chocado contra la puerta. Me asusté un poco por lo repentino que fue.

──No parece estar tan mal── opinó.

──¿Acaso no la viste?── preguntó mientras su expresión de preocupación cambiaba a una de enfado. Verdaderamente le enfadaba el que su esposo no fuese alguien sensible con la linda ave. Él mismo notó como intentó volar y cayó contra el piso──Necesita de nuestra ayuda.

──Entonces── él se la quitó de las manos──Vamos a ayudarla y lo haremos sacrificandola.

Oír eso le hizo temblar de terror a Heinrey que al instante trató de huir sin tener éxito y volviendo a caer contra el piso. Navier volvió a alzarla para resguardarla entre sus manos.

──¡Eso sonó muy cruel!── gritó──¿No puedes sentir un poco de lástima por ella?

──Entonces, ¿Qué tienes en mente el hacer para ayudarla?── lo mejor era sacrificarla. Parecía ser que el problema de ella era su ala, ¿No quedó inútil ya?, lo inútil debe de ser desechado cuanto antes, de no ser así solo sería una carga molesta.

❝𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 ────𝘁𝗵𝗲 𝗱𝗶𝘃𝗼𝗿𝗰𝗲𝗱 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora