—Hoy te ves hermosa— alagó el atuendo que usaba en aquella ocasión su esposa. No oyó alguna respuesta de parte de ella pero si vio una reacción amena de su parte. Apartó la mirada con intenciones de no ser observada, ¿Habrá hecho sentirla incómoda?
Lo mejor que podría hacer ahora era callarse. Nada estaba saliendo deacuerdo al plan estipulado. Los alagos no hacían nada, no habían respuestas prometedoras que le dijeran: "todo esta yendo fabuloso, estamos ganandonos el corazón de la emperatriz"
—Su majestad...— devolvió la atención a su mujer. Navier aún prevalecía con la mirada apartada pero su oreja era un claro indicador de que estaba ruborizada—Se ve guapo en el día de hoy.
Algo es algo.
Pensó para su calma.
¿Sería apropiado tomarla por la cintura?, ¿O la mano?, ¿O por el hombro? Parecía estar dudando demasiado, se veía ridículo moviendo la mano de un lado a otro detrás de ella. Las miradas alrededor de ellos observaba con disimulo y extrañez esa conducta del monarca.
¿Era algo tierno o extraño?, ¿Estará mandando códigos a algunos guardias haciendo eso?
El carruaje llegó.
Los sirvientes abrieron la puerta y le permitieron a la persona dentro del vehículo bajar con calma y seguridad luego de haber colocado las pequeñas escaleras debajo de sus pies.
Ese tipo...
Los ojos negro de Sovieshuu se abrieron ante la sorpresa. Claro. Jamás olvidaría esos ojos violeta, ese cabello rubio grisáceo y tampoco esa expresión.
¡Es el amante de la emperatriz!
Su competencia.
Lo será aquí y lo fue allá, en su vida pasada.
Daiana estaba totalmente loca por él. Era su protagonista masculino favorito, su tipo ideal de marido perfecto, ¿Quizás eso fue alguna indirecta tirada a él sin necesidad de herirlo?, poco le tomó importancia porque no hace poco él pensaba que ese tipo, de porte magnifico, rostro guapo y personalidad perfecta, era un pixel que no significaba el ser una competencia en su relación.
Ahora todo era distinto. Él verdaderamente significaba el ser su competencia en su relación... ¡Y en su vida!
—Un gusto— oyó saludar a su esposa de mientras colocaba su mano a la altura de su pecho y le brindaba una corta reverencia en modo de respero. Era su turno:
—Es un placer— copió el accionar de Navier colocando su mano sobre su pecho eh inclinándose ante él en modo de respeto.
Reabrió los ojos ante la sorpresa que se llevó al sentir el ruido seco de algo caer al piso. El príncipe de Occidente se había inclinado ante él. La mano del rubio ceniza estaba colocada a la altura de su corazón. Su mirada violeta brillaba con fuerzas...
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❝𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 ────𝘁𝗵𝗲 𝗱𝗶𝘃𝗼𝗿𝗰𝗲𝗱 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀✓
Fanfiction𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 | ❝ si debo de robarle la vida al protagonista masculino para poder sobrevivir, lo haré. Si debo jugar con los ...