—Rafa
Llega un momento en la vida en el que simplemente lo sabes, has tocado fondo. Ya no puedes caer más bajo.
A mí me pasó después de nuestra sexta ruptura. Y sí, con seis idas y vueltas lo más lógico habría sido dar carpetazo y seguir adelante. Pero no podía. Pensaba en ella todo el tiempo; en su cabello, en sus ojos, en su piel, en sus labios, en...
Coño, ¿qué estoy haciendo? —detuve mis pensamientos—. A la mierda, ella es un virus que debo erradicar.
Por desgracia, ya lo había intentado todo...
—Podemos dejarlo para otro día.
Desvié la mirada y me vestí lo más rápido que pude.
—Quizás estás cansado.
Me reí en silencio. Joder, nunca imaginé que iba a experimentar este tipo de humillación. Y es que había sido víctima de un "gatillazo".
Lo más jodido es que aquel era mi tercer intento.
¡Me cago en todo! Después de tres personas seguía siendo incapaz de mantener una erección.
—Vale, déjalo —hablé disperso—. Tengo que irme, pero puedes quedarte si quieres —El chico me miró confundido—. Cuando te vayas, dile a recepción que pida un Uber a mi nombre. Ya no me da tiempo de llevarte a casa.
Ni siquiera me paré a ver su expresión. Si él estaba cabreado, contento o decepcionado, no lo supe. Lo usual es que no fuese un gilipollas con quienes pretendía acostarme, pero me urgía salir corriendo.
Al final, fui al único lugar en donde no iban a juzgarme (no en voz alta, al menos).
Era la casa de mi terapeuta, la doctora Isabel Calvet, una mujer de cincuenta y pico de años que vivía sola en una finca rural. Era una zona antigua, por esta razón la fachada parecía sacada de un libro de historia.
—¿Te das cuenta de lo inapropiado y grosero que es esto?
Alcé los hombros. No es que no me importara, es que no sabía cómo contestar.
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Tres es la medida
Teen Fiction¿¡Ella sale con dos chicos a la vez!? Puede que sí, pero su historia no va de infidelidades sino de descubrimiento. De experimentar con el corazón, y de ir más allá de las relaciones normativas. Lula ha terminado con su novio de toda la vida, el pr...