37: Debería sonreír 🍀

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—Por si os habíais olvidado: Rafael está enfadado con Lula por lo del vídeo, Theo y Lula se están dando un tiempo y las cosas entre los chicos están incómodas por el beso del capítulo 35.

Esa mañana desperté con la no grata sorpresa de que me había llegado un correo electrónico

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Esa mañana desperté con la no grata sorpresa de que me había llegado un correo electrónico.

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INVITACIÓN A EVENTO

Alba Sousa <a.sousahummels.com>

Buenos días, Rafael

Tu padre me ha pedido que agende en tu horario una fiesta que se realizará este sábado. Quiere que te presentes formalmente antes de que se te transfieran los bienes que heredaste.

Adjunto a este mensaje encontrarás la invitación.

Fdo. Alba Sousa Caballero

Asistente personal y encargada de eventos corporativos.

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Me puse la almohada en la cabeza y seguí durmiendo.

No solía caminar por el centro de la ciudad, estaba abarrotada y el contacto con desconocidos era inevitable, sin embargo, si quería hablar con alguien (en este caso Lindsay) tenía que ir a la federación donde entrenaba

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No solía caminar por el centro de la ciudad, estaba abarrotada y el contacto con desconocidos era inevitable, sin embargo, si quería hablar con alguien (en este caso Lindsay) tenía que ir a la federación donde entrenaba.

Aun le faltaba media hora, de modo que, salí a la calle y comencé a dar vueltas. Estaba ansioso. Tenía que tomar muchas decisiones.

Suspiré en busca de un bar más o menos decente. No quería entrar a un sitio pijo, pero tampoco iba a optar por cualquier lugar. Al final, volví sobre mis pasos y escogí la terraza de un hotel.

Me di prisa. Lindsay estaba a punto de llegar, y esperaba ser el primero. Hasta que algo me detuvo. Era el sonido de un violín perfectamente ejecutado. Giré la cabeza. El sonido provenía de un artista callejero; era un hombre viejo, lo cual incrementó mi asombro.

—¿Qué pasa?

Lindsay se paró a mi lado sin prestar atención. A decir verdad, casi nadie se paraba, tan solo dejaban unas cuantas monedas y se iban. Pese a esto, la destreza que manejaba era de la más alta categoría.

Tres es la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora