MAIKO

EL CORAZON DEL CEREZO

Una persona se vuelve cliente de una ochaya solamente si un cliente activo le recomienda en el establecimiento, estos no son lugares abiertos al público en general lo cual supone en sí un proceso de selección. Por ello puede afirmarse, que cualquiera que disponga de los medios para celebrar un banquete en un ochaya de Gion Kobu es una persona de confianza, refinada y culta.

No es extraño ver padres llevar a sus hijos a los osashiki, a veces lo plantean como parte de su educación, pero es una realidad que las geishas no solo entretienen a hombres, en ocasiones, especialmente en fiestas de año nuevo las mas solicitadas a las fiestas son las maiko y las geiko que llegan a convivir con todas las generaciones familiares reunidas, la vida de estas artistas comúnmente queda ligada a las familias de sus mas acérrimos clientes, de esta manera estas mujeres llegan a acudir incluso a bautizos y mientras los padres conviven y se divierten las antes mencionadas se disputan el honor de acunar al precioso recién nacido entre sus brazos.

Hace mucho años, un hombre llamado Ken Ackerman, oriundo de America llego a Kioto para instalarse como el nuevo embajador americano en estas tierras, con el llegó su esposa Helen. Por su nombramiento el Delegado de la embajada organizó una reunión en su honor en la ochaya Tsubashi, ese mismo día una maiko hizo su debut.

Yumeko era una niña de 17 años, de cara ovalada y simétrica, nariz aristocrática y unos bellos ojos adormilados, su fortaleza no era el baile así no con la conversación, era una gran escucha y versada en miles de temas que le valían para que solo siendo una aprendiza circulara en eventos de gran abolengo, esta de más mencionar que el hombre celebrado quedó estupefacto cuando entró al salon de te, con su hermoso atuendo de rojos y negros y los adornos que suavemente tintineaban en su paso ondulante, los mas de diez años que el le llevaba en ese momento parecieron una nimiedad.

Dicen que "los viajes terminan cuando los amantes se encuentran"; ese día dos almas se reconocieron, Ken se volvió el benefactor principal de Yumeko desde ese encuentro, y cuando celebró su Erikae el hombre contacto inmediatamente a su okiya para solicitar ser su Danna. estuvieron juntos por casi quince años, el matrimonio de Ken y Helen fue una pantalla política para ambos, por su parte el hombre pudo ir sucediendo escalafones diplomáticos y ella vivir la libertad que siempre añoro; así que cuando Ken le sugirió a su amante que dejara el oficio de Gion y el se divorciaría, Yumeko lo rechazó con un tajante no, ella estaba verdaderamente enamorada pero amaba más el mundo de la flor y el sauce, derrotado y con el corazón roto su amor retorno a America y la geiko se quedó en shimbashi, años más tarde le confeso en una carta que tenían una hija en común, Aiko.

Ken Ackerman murió a los cincuenta años dejando una viuda y un hijo estoico y serio de nombre Levi, el mismo que ahora se encontraba cumpliendo la última voluntad de su difunto padre, encontrar a Yaeko y a Aiko y cuidar de ellas como su padre habría hecho. Como antes se mencionó, el hombre de ojos azules no podía presentarse simplemente así por todo Hanamachi para pedir información, fue un golpe de suerte que su mejor amigo Erwin Smith y su familia fueran invitados de mas de cinco generaciones atrás en esos míticos lugares.

y ahí estaba ahora, asistiendo a cuanto osashiki era celebrado para poder concretar su busqueda.

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—¿que va a meterme que?— le exclame alarmada a mi Onee san que estaba a punto de echarse a reír por mis muecas.

Podrias pensar que al vivir en una casa donde solo habitan mujeres y conviviendo por tanto tiempo con mis pares yo seria una personas más preparada o versada para este anuncio, pero no era asi, existía aun el tabú alrededor del mizuage.